La farmacéutica catalana Almirall se va recuperando de unos años muy difíciles por el duro revés que sufrió en Estados Unidos. De hecho, el negocio en el país norteamericano continúa a la baja, pero la compañía de la familia Gallardo lo cubre gracias a sus dos grandes apuestas: el negocio dermatológico y las ventas en Europa. Gracias a ambas, va incrementando la facturación, pero los beneficios siguen a la baja.

Almirall facturó 676,5 millones de euros entre en enero y en septiembre de 2023, un 4,4% más que en el mismo periodo de 2022. El margen bruto subió un 3,9%, hasta los 438 millones, por el incremento de los gastos de ventas. Los gastos generales también se incrementaron, mientras que la empresa dedicó un 9,5% más a R+D: 78,4 millones.

Estos incrementos hicieron bajar el ebitda un 5,6%, hasta los 138,2 millones, mientras que el resultado neto fue de 13,6 millones. Según la información enviada por la empresa que dirige Carlos Gallardo a la CNMV, este beneficio supuso un aumento del 24,8% con respecto al mismo periodo del año pasado, pero también incluye el resultado neto normalizado, según el cual sufrió una caída de las ganancias del 58%. La presentación de Almirall no especifica la diferencia entre ambos resultados.

Las claves de la recuperación de Almirall

Más de la mitad de los ingresos de la farmacéutica catalana corresponden a su negocio de dermatología: 345 millones de euros, con un incremento del 8%. El resto corresponde a medicina general, que también sube, con medicamentos como el Crestor y el Almax, que disfrutan de muy buena salud.

Por geografías, es claramente el negocio en Europa el que impulsa Almirall, con un incremento del 10%, hasta los 588 millones. Los Estados Unidos siguen a la baja (un 22%, hasta los 33 millones) y en el resto del mundo el negocio está estable, con 42 millones. Si cruzamos áreas de negocio y geografía, se observa el gran impulso de la dermatología en Europa, que se dispara un 15,8%.