Café de Finca ha pasado de ser un microtostador de cafés de especialidad con un coffee shop en Castelldefels (Barcelona), a una marca con "una filosofía y una visión singular", que tiene previsto llegar a Madrid y Valencia en 2025. Actualmente, tiene otras dos cafeterías en gestión en Barcelona ciudad -en la calle Via Laietana- y en Reus. Además, de llevar sus productos a los hoteles de la cadena Zel, en Tossa de Mar, Punta Cana y Mallorca. Porque, básicamente, están centrados en la distribución B2B, pero desde 2016 sus productos están disponibles a través de su web para consumidores.

El pasado mes de julio, Café de Finca cerró su segunda ronda de financiación por un valor de 2,5 millones de euros, para el crecimiento. Así, se unieron al proyecto inversores particulares vinculados al mundo del deporte como el futbolista, David Villa; la capitana del FC Barcelona, Patri Guijarro; el futbolista del PSG, Carlos Soler; además del fundador de la compañía Job and Talent, Felipe Navío o el dj Wally López. "La marca tiene una importante vinculación con el deporte al compartir y transmitir valores similares", destaca la firma y queda demostrado por el hecho de que en su primera ronda de financiación, de un millón de euros, en noviembre de 2022, contó con el apoyo de los hermanos Marc y Pau Gasol, Falcao, Mario Suárez o Ter Stegen, entre otros.

El tostadero está en Castelldefels, "el lugar en el que nacimos y desde donde crecemos", explica su fundador Jonathan Moral, quien defiende que "son varios los aspectos que nos diferencian de la competencia y todos tiene que ver con la trazabilidad del café, desde el origen hasta el punto de venta". Lo concreta explicando a ON ECONOMIA que, desde la vertiente del origen, "disponemos de finca propia en Honduras, y otras con las que colaboramos desde hace ya tiempo, con una relación totalmente directa con los productores; un trato personal con cada uno de ellos que, en algunos casos, llega a ser de amistad". También se preocupan para que "en las fincas haya un respeto máximo por las condiciones de trabajo de las personas y que se respete la sostenibilidad en las fincas".

El fundador de Café de Finca, Jonathan Moral, con Adrian Cabrera, productor de Guatemala

Como la relación con los productores es directa, "recibimos en nuestro tostadero toda la producción también de una forma directa y es aquí donde, de forma manual, tostamos el café, lo empaquetamos y lo distribuimos", añade. En la actualidad, en el tostadero de Castelldefels trabajan 27 de las 57 personas a las que emplea la compañía. 

Por último, según Moral, "cuidamos todos los detalles del punto de venta para que las condiciones de conservación de nuestros cafés sean las idóneas y no alteren las características del producto".

Café de Finca tiene como objetivo principal popularizar el café de especialidad en España de una manera transparente y sostenible. "Uno de los objetivos que tenemos en Café de Finca no es que entiendan nuestro producto en sí, sino que aprendan con nosotros qué es el café de especialidad y qué lo diferencia del café de consumo mayoritario. Lo bueno de nuestro producto es que el cliente solo tiene que probarlo, sin necesidad de que lo conozcan. Solo con el hecho de probarlo ya notan la diferencia, aprecian que es un producto mejor", concreta.

Los directivos de Café de Finca, Jonathan Moral y Juan Pendas

La compañía nació en 2009 de la mano Jonathan Moral, pero poco después, en 2014, Juan Pendas se unió al proyecto y desde entonces los dos se encuentran al frente del negocio. Reacios a dar cifras del negocio, Moral concreta que la producción actual de café es de 10.000 kilos al mes, de los cuales unos 1.200 provienen de la finca en propiedad que tienen en Honduras. Pero no apuestan por tener más cultivos en propiedad, "no es nuestro core, ni nuestro objetivo, porque esta es una labor que dejamos a los verdaderos protagonistas: los productores”. 

La finca de Honduras es un proyecto de I+D gracias al cual pueden conocer e indagar más sobre el mundo de la producción, para ir a la vanguardia de procesos experimentales y variedades botánicas más exóticas. "Es una herramienta para estar posicionados en el nicho del café de especialidad", asegura.