La caída de precios de los hidrocarburos y de la demanda energética lastran los resultados de Repsol pero no impiden que exhiba unos beneficios de 1.420 millones de euros en el primer semestre de este año. La guerra de Ucrania encareció las materias primas en 2022, pero la bajada de los precios en los primeros seis meses de este año provocó la caída de ingresos y ebitda en este período.
Según informó este jueves a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la compañía que preside Antonio Brufau registró un beneficio neto de 1.420 millones de euros en el primer semestre, un 44,1% menos. El resultado ajustado, que mide específicamente la marcha de los negocios, se situó en 2.718 millones de euros, un 15,7% menos. Y el resultado bruto de explotación o ebitda cayó un 46,3% hasta los 4.303 millones de euros, mientras que el ebitda ajustado lo hizo un 21,6 % hasta los 4.982 millones.
Los resultados de la primera mitad del año se produjeron en mitad del lento crecimiento de la economía mundial a cuenta de las decisiones en política monetaria y las tensiones internacionales derivadas de la guerra en Ucrania. En este clima de incertidumbre, los precios de los productos energéticos se desplomaron respecto a 2022, cuando se produjo una subida anómala de las cotizaciones de las materias primas que impactó al alza en los números de Repsol. Entre enero y junio los márgenes de refino disminuyeron un 29%, los precios del crudo Brent descendieron un 26% y el referente estadounidense de gas, el Henry Hub, cayó un 54%.
Inversiones en proyectos bajos en carbono
En el primer trimestre de 2023, Repsol, cuyas cuentas se vieron impulsadas por el aumento de la producción, la gestión integrada del sistema de refino en España y los avances en la captación de clientes, invirtió 3.047 millones de euros, principalmente en proyectos bajos en carbono, de los que un 43% se destinó a España y un 39%, a EE.UU.
Por segmentos, el resultado ajustado del exploración y producción bajó un 47,3%, hasta los 884 millones de euros, por los menores precios de realización de crudo y gas, una mayor amortización y mayores costes de producción, que compensó con una mayor producción, menores regalías, menores costes de exploración, la apreciación del dólar respecto al euro y menores impuestos.
En Industrial, el resultado ajustado ascendió a 1.623 millones de euros, un 13,7% más, por el mejor rendimiento en Mayorista y Trading de Gas, Repsol Perú y Trading, frente a unos menores resultados en Refino y Química y mayores impuestos.
En Clientes, el primer semestre se cerró con un resultado ajustado de 322 millones de euros, un 111,8% más, impulsado por todos los negocios, en tanto que en Generación baja en carbono se alcanzaron los 46 millones, un 41% menos, por los menores resultados en Renovables y Ciclos Combinados. Finalmente, en Corporación, el resultado operativo se situó en -195 millones de euros en comparación con los -252 millones de un año antes.
Generación renovable
En materia de generación renovable de electricidad, la compañía ha avanzado en su meta de llegar a los 6.000 megavatios (MW) en 2025 y 20.000 MW en 2030. Lo ha hecho gracias a la incorporación de la cartera de activos renovables de Asterion Energies (7.700 MW) y al inicio de proyectos en desarrollo en Italia, que se agregan a la progresiva puesta en marcha de nuevas instalaciones en España, Estados Unidos y Chile. En total, se ha alcanzado una capacidad renovable en operación de 2.016 MW.
En lo que se refiere a la contribución fiscal, Repsol aportó 7.343 millones de euros, de los que el 67% corresponden a España. Los tributos propios devengados ascendieron a 2.186 millones de euros y representaron el 59% de los beneficios. En una nota de prensa, Repsol destaca el hecho de haber contribuido con una tasa del Impuesto sobre Sociedades del 31%, "muy por encima" del tipo nominal aplicable en España −del 25%− y de la media de países de la OCDE.
A nivel financiero, la deuda neta se situó en 797 millones de euros, un 9% por debajo del cierre de marzo y un 65% inferior a la del 31 de diciembre de 2022. Por su parte, la liquidez alcanzó los 11.441 millones, suficiente para cubrir cerca de seis veces los vencimientos de deuda bruta a corto plazo.