La Caixa vuelve a Catalunya. Siete años y medio después de trasladarse a Palma, tras el referéndum del 1 de octubre, la Fundación Bancaria La Caixa ha decidido retornar el domicilio fiscal a su antigua sede, en la avinguda Diagonal de Barcelona, según han explicado a ON ECONOMIA fuentes cercanas a la institución que preside Isidre Fainé. El patronato de la fundación ha aprobado por unanimidad el cambio de sede, además del de CriteriaCaixa, su holding de participadas, en una reunión extraordinaria.

La decisión se produce tras el regreso de varias empresas —como Molins y el Sabadell— en los últimos meses, en un momento en el que diversas instituciones, comenzando por el Gobierno de Salvador Illa y siguiendo por la patronal Foment, están haciendo esfuerzos para convencer a las empresas que se marcharon de regresar. 

En un comunicado, La Caixa ha explicado que ha optado por el regreso a Catalunya “atendiendo al hecho de que ya no se dan las circunstancias que motivaron el traslado temporal de dichas sedes a la ciudad de Palma en el año 2017”, y ha remarcado que “el cambio no implica movimiento de personas ni de espacios o servicios corporativos, en la medida en que la mayoría de los empleados y centros de trabajo han estado siempre ubicados en Barcelona”.

La institución que preside Isidre Fainé ha querido también “remarcar que su compromiso con las Baleares y con la ciudad de Palma permanece inalterable, mediante el desarrollo de programas para mejorar la calidad de vida de las personas más vulnerables en esta comunidad”. De hecho, algunas reuniones del patronato de la fundación continuarán realizándose periódicamente en CaixaForum Palma.

La Caixa decidió, en octubre de 2017, llevarse la sede de Catalunya en pleno apogeo del procés, cuando muchas empresas estaban tomando la misma decisión. No obstante, el entonces director general de la fundación, Jaume Giró, se opuso al cambio de sede y defendió que no se debía mover la sede histórica de la institución.

Fundación histórica y primer grupo industrial del Estado

La Caixa nació hace más de 120 años, en 1904, como Caja de Pensiones para la Vejez y de Ahorros de Cataluña y Baleares, y, aunque era una caja de ahorros, ya tenía el compromiso social. Hasta la crisis de 2008, siguió siendo una caja con obra social y participaciones, pero entonces comenzó su división y se creó la Fundación Bancaria la Caixa, que se quedó con la obra social y las participaciones, mientras que CaixaBank quedó por otro lado, aunque el banco sigue teniendo a Criteria como su primer accionista.

La fundación comunicó hace dos semanas que este año ha incrementado el presupuesto hasta los 655 millones de euros, una cifra récord, después de haber destinado más de 5.000 millones a iniciativas sociales, de investigación, educativas y culturales en la última década. En 2024, atendió a 235.000 beneficiarios en España y Portugal a través de los programas de intervención social directa.

En cuanto a Criteria, es el primer grupo industrial de Catalunya y España, con participaciones en empresas cotizadas superiores a los 25.000 millones de euros. El holding es el primer accionista del banco más grande del Estado, CaixaBank, con el 31,17%, de Naturgy (26,7%) y de Colonial (17%). Además, tiene el 9,99% de Telefónica, el 9,36% de ACS y participaciones en Puig y Aigües de Barcelona. Este martes anunció un acuerdo para entrar en Veolia, el gigante francés del agua, con un 5%, operación valorada en unos 1.000 millones de euros.