El próximo 19 de noviembre, CaixaBank presentará al mercado su nueva hoja de ruta a tres años ante inversores y analistas. La presentación del Plan Estratégico para el período 2025- 2027 será el pistoletazo de salida de la nueva etapa a la que se enfrenta el banco catalán, que incluso contará a partir del 1 de enero con un nuevo presidente, Tomás Muniesa, tras la renuncia voluntaria de José Ignacio Goirigolzarri este miércoles.

Goirigolzarri, de hecho, ha querido cerrar su etapa en CaixaBank (a donde llegó tras la absorción de Bankia) tras casi cuatro años en el cargo, al considerar que se han cumplido los objetivos propuestos por el banco en el último Plan Estratégico, el correspondiente al 2022-2024, que se definió tras la fusión. 

El lema del Plan 2022-2024 fue “Cerca de nuestros clientes” y se presentó solo un año después de integrar Bankia y tras presentar el mayor ERE del sistema financiero español, que acabó con la salida de más de 6.000 trabajadores y la pérdida de miles de clientes, como suele ocurrir en las integraciones. El mismo tenía tres prioridades: crecimiento del negocio, un modelo de atención más eficiente (adaptado a cada perfil de cliente) y ser referente en sostenibilidad, promoviendo la inclusión financiera y liderando el impacto social positivo.

Pero el contexto macroeconómico y la situación de mercado esperada por CaixaBank en mayo del 2022, cuando se presentó este plan, ha cambiado significativamente. La elevada inflación llevó a la subida de tipos de interés más rápida en la historia en Europa y la banca disparó su margen de intereses, rentabilidad y beneficio. En paralelo, se vio afectada por una menor demanda de crédito.

Como resultado de ello, CaixaBank ya había cumplido buena parte de los objetivos del plan estratégico en 2023 y ha tenido que revisar este año algunos de ellos al alza. Entre la actualización de los objetivos para 2024, el banco con sede en Valencia se comprometió a obtener un ROTE por encima del 15% (frente al 12% anterior) y una capacidad de distribución de capital acumulado en el período 2022-2024 de 12.000 millones de euros (antes eran de 9.000 millones de euros) manteniendo una posición fuerte en capital, con una ratio CET1 de entre el 11,5% y el 12%.

CaixaBank espera cumplir los nuevos objetivos dado que el contexto económico ha sido, de nuevo, mejor al esperado. Las bajadas de tipos han impulsado la demanda de crédito, pero a su vez ha continuado la repreciación de la cartera de crédito y la morosidad, sigue controlada, por lo que obtendrá un resultado récord también en 2024. Con el inicio del nuevo año, el banco dejará atrás una etapa marcada por la fusión e integración de Bankia, y que le ha convertido en entidad financiera más grande del país, con 18 millones de clientes y cuotas de mercado del 25%.

Entrará así en un nuevo ciclo con Tomás Muniesa al frente como presidente no ejecutivo y Gonzalo Gortázar como consejero delegado, en el que se centrarán en los nuevos retos y desafíos que ahora enfrenta el sector financiero. Entre otros objetivos, CaixaBank quiere potenciar la banca de particulares y realizará una nueva segmentación de clientes. También está valorando introducir la venta de criptomonedas cuando la ley MiCA entre en vigor, seguirá desplegando la Inteligencia Artificial generativa y avanzando en la digitalización del banco con más cambios tecnológicos.

El banco, de hecho, está inmerso ya en un cambio tecnológico importante que tendrá impacto en todos sus canales digitales. El proyecto ha priorizado la app móvil, que ya se ha renovado este mes de octubre, pero su intención es ir renovando otros canales. Unos cambios, que CaixaBank detallará durante el Investor Day, que se celebrará en Madrid en apenas tres semanas.