CaixaBank se defiende de las quejas de su plantilla, que este viernes, durante la celebración de la junta general de accionistas en Valencia, dejaba claro su malestar con las relaciones laborales del banco. Una decena de sindicatos hicieron uso del turno de palabra y expresaron el malestar que se vive en las oficinas físicas, donde hay “presión desmedida” por vender y objetivos comerciales “inalcanzables e insostenibles” que han elevado los riesgos psicosociales de los trabajadores.

Sin embargo, el consejero delegado de la entidad catalana, Gonzalo Gortázar, aseguraba que cada año toman nota de estas quejas y que en el último ejercicio han llevado a cabo mejoras para solventar la situación. Entre ellas, contratar más personal. En palabras del CEO, durante los últimos dos años se han incorporado al banco 1.776 nuevos empleados y la mayor parte, de ellos, 1.151, se han sumado a la entidad en 2024.

Pero además, el banco anunció en la presentación de su plan estratégico en noviembre el compromiso de incorporar a 3.000 personas menores de 35 años antes de 2027, recordaba Gortázar. Es decir, que en apenas dos años, se habrán unido a CaixaBank un total de 4.776 trabajadores, lo que supone recuperar más del 70% de la plantilla que perdió con el ERE de Bankia.

En julio de 2021, tras cerrar la fusión con Bankia, CaixaBank pactó con los sindicatos la salida voluntaria de 6.452 personas. La integración provocó el cierre de miles de oficinas y servicios duplicados, y con ello, de sus trabajadores. El ERE de CaixaBank, que además fue el más grande del sistema financiero español, se produjo en un contexto marcado por miles de despidos en otras entidades como el Santander, el BBVA, Sabadell y Unicaja, que también pusieron en marcha sus respectivos despidos colectivos.

Solo CaixaBank y BBVA han recuperado miles de empleos desde los ERE

Sin embargo, CaixaBank y el BBVA son los únicos bancos que (después de cerrar los ERE) han visto crecer sus plantillas de manera considerable en los últimos años. Según los datos recogidos por ON ECONOMIA, CaixaBank cerró el último año 2024 con un total de 46.014 empleados en España desde los 44.863 trabajadores de un año antes, esto son 1.151 más. Y el BBVA terminó el último ejercicio con 28.854 personas en plantilla desde las 27.410 de un año antes, en total, 1.144 mas en doce meses.

Por su parte, Sabadell España alcanzó los 14.040 empleados a cierre de 2024, 150 más que el año anterior, y Bankinter aumentó la plantilla en 120 personas, hasta los 6.661 trabajadores. En Unicaja, sin embargo, el personal descendió ligeramente hasta los 7.508 (unos veinte menos), ya que en 2024 se produjeron las últimas salidas del ERE de Liberbank. Mientras que el Santander perdió a 733 empleados y cerró el año con 23.900 trabajadores aquí.

Los bancos que han empezado a contratar después de los ERE busca perfiles más jóvenes y digitales, que son precisamente los que está buscando ahora el banco catalán. La previsión de CaixaBank es incorporar a unas 3.000 personas menores de 35 años en el periodo 2025-2027, la mayor parte, técnicos. En la misma línea, Unicaja ha puesto en marcha este año un plan de prejubilaciones para 150 personas, al que seguirá otro de contrataciones de unas 300 personas, enfocadas a las tareas más digitales.

Exigencia responsable

En cuanto a las numerosas quejas que el banco recibió en la junta de accionistas por la presión comercial (y que empiezan a ser habituales en todos los bancos desde que se iniciaron los recortes y hay menos personal) el CEO de CaixaBank aseguró que en el banco “siempre” han llegado a acuerdos con los sindicatos y que “la presión desmesurada y las malas formas” que denuncian, no pueden tener lugar en la entidad.

“Es inadmisible”, agregaba el consejero delegado, que insistía en que se están realizando cambios en las relaciones laborales, pero “evidentemente, todo cambio implica un periodo” antes de que se vean los resultados. Aun con ello, Gonzalo Gortázar explicaba que los trabajadores deben ser exigentes consigo mismos si quieren ser “los mejores del mercado”, pero entiende que esa exigencia se debe practicar “de forma responsable”.