CaixaBank recupera el sistema de remuneraciones que aplicaba antes de la fusión con Bankia, una operación que se produjo en 2021. Ese ejercicio, el banco catalán elevó el número de contratos blindados a unos 40. Entre estos contratos estaban los de algunos directivos, miembros del comité de dirección, el del consejero delegado y el del entonces presidente, José Ignacio Goirigolzarri, que durante cuatro años ejerció funciones ejecutivas.
Pero desde el 2022, tras la absorción e integración de Bankia, la entidad ha ido reduciendo el número de contratos que cuentan con esta protección hasta contar ahora con 30. De hecho, el contrato del nuevo presidente, Tomás Muniesa, tampoco está blindado, ya que sus funciones no son ejecutivas.
Blindar contratos es algo muy habitual en las cúpulas de las empresas para evitar la pérdida de talento, el Banco Santander tiene 22 contratos con 'cláusulas de garantía o blindaje' y el BBVA, unos 50. Pero estos contratos aumentan en procesos de concentración o si hay riesgo, como ocurrió con CaixaBank-Bankia. O como está ocurriendo ahora con el Sabadell, que está inmerso en la opa del BBVA. Tal y como adelantó ON Economía, el banco que preside Josep Oliu ha elevado de 33 a 40 el número de contratos blindados, es decir, los directivos que tendrán que percibir indemnización si salen del banco.
El Sabadell tendría que abonar dicha indemnización si cesa a algunos de sus directivos. O el BBVA, si prospera la opa, hay fusión y decide prescindir de ellos. En la mayoría de los casos esa compensación es de dos anualidades de retribución fija para los supuestos de despido improcedente o cambio de control. En CaixaBank, sin embargo, la indemnización de su cúpula es de una anualidad de la retribución fija.
Según consta en el informe de remuneraciones del banco, a cierre del 2024, tenía blindados 30 contratos. El del consejero delegado, Gonzalo Gortázar, el de dos miembros del comité de dirección y 27 directivos. Un año antes, en 2023, eran 33 los beneficiarios de estos contratos. Incluyendo el presidente, José Ignacio Goirigolzarri, y 29 directivos.
En 2022 los contratos blindados eran 37 y en 2021, 39. Lo que pone de manifiesto que la entidad ha ido liberándose de estos contratos a medida que se reducía el riesgo de perder directivos por la operación. De hecho, la cifra actual es parecida a del 2020, antes de la operación con Bankia, cuando CaixaBank tenía blindados solo 29 contratos.
Pacto de no competencia
El motivo por el que se blindan este tipo de contratos es por la cláusula de no competencia. En el caso de que un directivo del Sabadell dejara el banco (motu proprio o por cese) tendría que estar dos años sin trabajar en otra entidad. Si esto ocurriera en CaixaBank, sería un año.
Por ello, el contrato del consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, está blindado con una anualidad de los componentes fijos de la remuneración. Lo que supone que el banco debería abonarle 2,5 millones de euros (que fue su salario fijo del 2024) si dejara la entidad, por ejemplo, este ejercicio.
Para los miembros del comité de dirección de CaixaBank, la cláusula de indemnización pactada es de la mayor de las cantidades entre una anualidad de los componentes fijos de la remuneración o lo previsto por imperativo legal. Y para los directivos, entre 0,1 y 2 anualidades de los componentes fijos de la remuneración por encima de lo previsto por imperativo legal.
Goirigolzarri, indemnizado con 1,7 millones
Aunque Tomás Muniesa no tiene su contrato blindado, Goirigolzarri sí lo tenía, como se ha comentado. Por ello, el banquero vasco percibirá una compensación de 1,7 millones (su salario fijo del 2023) por renunciar a su cargo en 2024. Si bien, no podrá trabajar en el sector financiero durante al menos un año.
La compensación se paga en doce meses que empiezan a contar desde el mes natural en el que se extingue el contrato, que fue el 1 de enero. Por lo que el banquero percibirá este 2025 unos 141.666 euros al mes; Tomás Muniesa, al no tener una presidencia ejecutiva, no tendría que recibir indemnización si saliera de CaixaBank. Como ya ocurrió con Jordi Gual, quien fue presidente de la entidad de 2016 a 2021.