CaixaBank renueva la cúpula de BPI, el banco portugués del que posee el 100% del capital. La entidad, que ya había anunciado en verano el nombramiento de Susana Trigo como nueva directora financiera y consejera ejecutiva, comunica ahora al mercado la incorporación de tres miembros más al consejo de administración, Diogo Sousa, Sandra Santos y Joana Freitas.

De esta manera, seis de los quince miembros del consejo de BPI son mujeres y la entidad alcanza el 40% de representación femenina, según se desprende de la información enviada al regulador bursátil portugués, el equivalente a la CNMV en España. Aunque en Portugal no existe una obligación, como la aprobada ahora en España, de alcanzar esa cifra, sí que hay una recomendación de los supervisores europeos para que haya equilibrio de género en las grandes compañías.

Sin embargo, este no ha sido el motivo de los nombramientos. La entidad lusa renueva cargos cada tres años. De hecho, estos nuevos nombramientos son para el periodo 2023-2025. Entre los que dejan el consejo de administración de BPI se encuentran, Elsa Roncon, Lluís Vendrell y Manel Sebastião, como ya hizo antes Ignacio Álvarez-Rendueles, que hasta verano era director financiero del banco.

Su sustituta, Susana Trigo, lleva ligada al banco desde hace 30 años y hasta su nuevo cargo era la responsable de la gestión contable y presupuestaria. Ahora sube un escalón y se convierte en la nueva CFO de la entidad, y además forma parte del Comité Ejecutivo del banco. Por su parte, Sandra Santos se incorpora como independiente, ya que es consejera delegada de BA Glass, uno de los mayores productores de envases de vidrio para la industria de alimentos y bebidas. Al igual que Joana Freitas, que es consejera ejecutiva de la compañía energética EDP Geração.

A la cabeza de este consejo se mantiene Fernando Ulrich, que continúa siendo el presidente de BPI y João Oliveira e Costa, que además de consejero delegado, es ahora presidente del Comité Ejecutivo. En el comunicado, BPI informa de que obtuvo la autorización del Banco Central Europeo para realizar estos cambios el pasado 15 de agosto, aunque CaixaBank, como accionista único del banco, no los aprobó hasta el 31 de agosto. Sin embargo, no ha sido hasta la Junta Directiva celebrada hace unos días cuando se han anunciado. 

Hay que recordar que CaixaBank, el banco catalán que preside José Ignacio Goirigolzarri y dirige Gonzalo Gortázar, aterrizó en el accionariado de BPI en 2017 a través de una opa que le dejó el 84,5% del capital en sus manos y que terminó de completar en 2018, cuando se hizo con el total de las acciones. De manera que ahora, que es el único accionista de BPI, es quien propone los componentes del consejo de administración de la entidad.

El banco es uno de los más grandes de Portugal, por detrás de Caixa Geral de Depósitos (propiedad del Estado), Millennium BCP y Santander Totta. Cuenta con 4.378 empleados repartidos en 318 sucursales y junto con un banco en Mozambique y su participación en Angola, BPI generó un beneficio de 256 millones de euros en los primeros seis meses de este año.

Solo la filial portuguesa aportó al grupo catalán un beneficio de 185 millones de euros, casi un 50% más que el del año pasado, principalmente por el empujón de las subidas de tipos, que han llevado su margen de intereses a dispararse también más de un 80% en el primer semestre; La mejora del resultado está en línea con la de Santander Totta, la filial lusa del banco que preside Ana Botín, que ha ganado 321 millones de enero a junio, un 43% más.