La cadena barcelonesa de textil y decoración para el hogar Calma House llegará al décimo aniversario de su fundación en 2025 con “una marca y estilo consolidados” y el inicio de “una nueva etapa centrada en la apertura de tiendas de gran formato”. “Es la tendencia de futuro del retail”, asegura María Manchón, directora ejecutiva y cofundadora del proyecto, junto a su hermana Clara, actual directora creativa.

Las tres tiendas que han abierto desde el pasado enero ya se ajustan a este giro en la estrategia empresarial. Las nuevas ubicaciones en Sitges, Barcelona -en el centro comercial L’Illa Diagonal- y Eivissa así lo constatan. Con estos establecimientos y otros dos que se prevé abrir en los próximos meses, la firma invertirá más de medio millón de euros en la expansión de la red que, al finalizar 2024, tendrá 16 tiendas propias.

Las ventas esperadas para este año reflejarán un incremento de entre un 30% y un 40% gracias a las nuevas tiendas, que permitirá superar los 5 millones de euros al cierre del ejercicio; un 60% de la cifra de negocio proviene de la venta directa en tiendas. “Calma House siempre ha tenido resultados positivos”, asegura la cofundadora y directora ejecutiva.

“Queremos operar con establecimientos más grandes y que estén ubicados en puntos estratégicos de alto tránsito comercial”, afirma Manchón y admite que por ahora la expansión se ha hecho Barcelona y ciudades cercanas a la capital catalana, pero que “si se encuentra una ubicación con un local adecuado, consideramos que como marca consolidada deberíamos tener una implantación en Madrid, porque además nuestras ventas online demuestran que tenemos clientes interesados en nuestros productos”. Con la consolidación de la marca y el plan de expansión en marcha, "tampoco le haríamos un feo a la fórmula de las franquicias o a un socio inversor", comenta con ON ECONOMIA el director financiero, Carlos Cánovas.

En la actualidad la red tiene 12 tiendas repartidas entre Barcelona ciudad (seis), Mataró, Sant Cugat del Vallès y Sitges, Girona ciudad, Palafrugell e Ibiza. La red acapara el mayor número de empleados de la marca, unas 40 personas, y otras 15 trabajan en las oficinas centrales de Calma House, en Badalona (Barcelona) y en los almacenes.

Internacionalización con venta directa y a terceros

Los planes de expansión de las tiendas físicas irán parejos a la internacionalización de Calma House. La empresa exporta sus productos a minoristas del ámbito de la decoración y del textil de más de 50 países a través de la venta B2B. Sus principales mercados son Francia, Alemania, Reino Unido, Italia, Grecia, Portugal, Polonia, Montenegro, Jordania, Estados Unidos, Canadá, Chile, Argentina, Uruguay, Costa Rica, Sudáfrica y Australia, entre otros.

Esta línea de negocio incluye desde tiendas multimarca, restaurantes, hoteles o distribuidores al mayor -muy habitual en países como Chile o Canadá- y aporta un 30% del negocio total.

Otra de las apuestas del grupo se centra en la internacionalización mediante la venta directa online. “Nuestras colecciones -dos al año diseñadas por los equipos de la empresa en Badalona- transmiten la calidez que caracteriza al Mediterráneo, su entorno y su clima, a través de sus materiales, sus colores y sus estampados”, expone Maria Manchón. Según ella, el éxito de Calma House radica justamente en la diferenciación que les proporciona tener “el diseño como parte fundamental de la compañía y ajustar la calidad a unos precios muy asequibles”. “El carácter mediterráneo de todos nuestros productos es lo que nos define y somos más arriesgados, juveniles y desenfadados que la competencia”, argumenta la directora.

De izquierda a derecha, Clara y Maria Manchón, fundadoras y directoras de Calma House. Foto: Calma House

El 'Made in Barcelona' vende

La historia de Maria y Clara Manchón es la de dos generaciones de la misma familia unidas por el diseño. Ambas aunaron su formación y experiencia para seguir los pasos de sus padres Carlos Manchón e Isabel Criado, fundadores de Textura, la también firma de decoración y moda textil para el hogar. De hecho, Calma House surgió como marca para diseñar y producir cojines. “Hasta el catálogo de cojines actual, que es tan amplio que no lo tiene ninguna otra marca de textil para el hogar”, presume.

Diez años más tarde oferta ropa de cama, plaids y mantas, alfombras, mantelería, camas para mascotas, iluminación, toallas y alfombras de baño y complementos. “Las tiendas de gran formato nos permitirán aumentar las familias de producto, dentro siempre de la decoración para el hogar, pero no únicamente textil”, reconoce Maria Manchón y los ejemplifica con el éxito que encadena la línea de productos para mascotas en tan solo dos años de existencia. “Cuanto más producto tengamos, más fidelizamos al cliente y más compradores podemos atraer”, admite. Por ahora, el perfil del cliente estándar de la cadena es una mujer de entre 35 y 55 años, amante de la decoración, que tiene un poder adquisitivo medio y medio-alto.

Las colecciones de Calma House están elaboradas de forma artesanal y con materiales naturales de alta calidad (80%) y están regidas por principios de responsabilidad social y ambiental. Todas las piezas se diseñan en Badalona, “con un Made in Barcelona que da mucha imagen en el exterior”, pero se fabrican en la India, principalmente, con “socios que siguen nuestros valores y que cuenta con las certificaciones internacionales GoodWeave, Amfori y BCI” para garantizar el control sistemático de las condiciones de trabajo en las plantas de fabricación.