El inesperado cambio de decisión de Nadia Calviño, que este viernes se abría a revisar el impuesto a la banca, ha animado al sector financiero, que el próximo lunes se reunirá con la vicepresidenta primera del Gobierno español por última vez este 2023. El nombramiento de la también ministra de Economía como nueva presidenta del BEI, hace que esta cita pueda ser también de las últimas con el sector con la gallega al frente.
Los bancos españoles no solo han criticado el impuesto desde que se anunció el año pasado, principalmente porque está planteado sobre ingresos y no por beneficios, también lo han recurrido. A priori, el gravamen, iba a extenderse dos años y se planteó por los “resultados extraordinarios” que iban a obtener a consecuencia de la subida de tipos.
Pero el tono se elevó cundo en octubre, Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, presentaron el acuerdo de coalición PSOE-Sumar e incluía hacerlo permanente. Toda la banca volvía a pronunciarse negativamente sobre esta decisión. “Alargar el impuesto es pegarse un tiro en el pie", declaraba recientemente el CEO de CaixaBank, Gonzalo Gortázar. “El impuesto no es, ni ha sido, una buena idea”, indicaba Onur Genç, CEO de BBVA.
Parecía que estaba todo perdido, pues el Gobierno español declaró recientemente que podría modificarse el impuesto a las energéticas (otro sector que han gravado con un impuesto extraordinario) pero Calviño, había cerrado la puerta. Sin embargo, de forma inesperada, la vicepresidenta primera comunicaba el viernes que revisará el tributo a los bancos "teniendo en cuenta que las circunstancias han cambiado" y ya no se está ante el mismo escenario de tipos de interés.
Cuando se anunció en julio del 2022, se produjo la primera subida de tipos en 11 años para frenar la inflación y tras ella llegaron diez subidas más que han llevado los tipos al 4,5%. Pero el precio del dinero se ha instalado en este nivel desde septiembre y no se ha vuelto a subir en las últimas dos reuniones de política monetaria y la presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha deslizado que podrían mantenerse un tiempo para después empezar a bajar. Algo que los propios bancos ven posible a finales de 2024.
Y es en este nuevo contexto, en el que las hipotecas existentes se están encareciendo, se están vendiendo hasta un 20% menos de nuevas hipotecas que hace un año, y la economía ha empezado a ralentizarse, en el que Calviño considera que el impuesto podría plantearse de otra manera. Aunque no ha desvelado si lo aplicará sobre beneficios o si no prevé alargarlo, lo que chocaría con la medida pactada con el partido de Yolanda Díaz.
El sector financiero espera poder tener algo de certidumbre el lunes. Según fuentes financieras, aunque el tema que centra la reunión es como están funcionado las ayudas para hipotecados que se pusieron en marcha en enero (otra medida donde la banca y el Gobierno chocan en su planteamiento) el sorpresivo anuncio de Nadia Calviño requerirá su protagonismo.
"Me parece que es el momento de revisar y ver si hay que ajustar algunos de los parámetros en el nuevo escenario en el que estamos, en el que ya no hay esa subida tan rápida de los tipos de interés y esa subida tan rápida de los precios de la energía. Tenemos que ver si esos dos impuestos hay que hacer algún ajuste o no", declaraba Calviño en Antena 3.
La banca revisa las ayudas a hipotecados tras su baja acogida
Casi un año después de su puesta en marcha (arrancaron en enero) apenas 42.000 familias han solicitado las ayudas para hipotecados, recogidas en el Código de Buenas Prácticas. Y casi el 50% han sido rechazadas porque no cumplían los requisitos, según datos aportados por el Banco de España. Y es precisamente aquí donde quiere intervenir Calviño, en modificar los requisitos para que lleguen a más familias y sus solicitudes no sean rechazadas.
De hecho, el propio Pedro Sánchez anunció el día de su investidura que ampliaría de 29.000 a 38.000 euros el umbral de renta para solicitar el Código de Buenas Prácticas. Pero esta decisión debe negociarse con la banca (que se opone) este lunes, en un encuentro formal entre las patronales del sector (AEB, CECA y Unacc), el Banco de España, Asufin y la ministra económica.
Toda la banca ha defendido que el Código de Buenas Prácticas está funcionando bien y aseguran que si no tiene tantas solicitudes como se esperaba es porque la economía está yendo mejor de lo previsto cuando empezaron a subir los tipos. El propio Banco de España ha respaldado esta tesis, aunque también es cierto que ha dejado en evidencia las cifras anunciadas por el Gobierno.
Y es que Economía anunció que las ayudas de alivio para hipotecados podrían llegar a un millón de hogares en dos años y el supervisor indicó que como mucho llegarían a 270.000 hogares.