¡Hola a todos! El Banc Sabadell sigue siendo protagonista, y todo apunta que pocas semanas no lo será en los próximos meses. También Grifols ha vuelto a la primera línea, así como Europastry, que este mismo jueves ha anunciado que prevé salir a bolsa el 10 de octubre con un precio de entre 15,85 y 18,75 euros por acción, operación con la que la empresa controlada por la familia Gallés quiere captar más de 200 millones para seguir creciendo.
Con respecto a Grifols, ha sido noticia por las negociaciones y gestiones del fondo de inversión Brookfield para lanzar una opa y sacarla de bolsa, opción que hoy por hoy no parece del todo clara, y también por el adelanto del paso al lado de su presidente, Thomas Glanzmann. Pero, sobre todo, por el expediente sancionador abierto por la CNMV por haber comunicado al mercado datos contables que contendrían incorrecciones.
El Sabadell, por su parte, lo ha sido por las declaraciones del ministro español de Economía, Carlos Cuerpo, de nuevo en contra de la opa del BBVA y de la fusión con el Sabadell, por el hecho de que el banco vasco haya alertado a las autoridades de los mercados del riesgo que supone la oposición del Gobierno y por detalles sobre la oferta que van surgiendo y Cristina Hidalgo está detallando en ON ECONOMIA, como los temores del BBVA a que una demanda de los accionistas del Sabadell dispare los costes de la opa o sus planes con respecto al futuro bursátil del banco catalán si la opa triunfa pero no puede llevar a cabo la fusión. El banco vasco, además, ha anunciado un superdividendo.
Nuestro foco ha ido también a otras empresas. De hecho, este lunes hemos estrenado la sección La Empresa para hablar cada día de una empresa en positivo, como ha sido el caso de Sateliot y Combalía, a las cuales me referiré enseguida. Hemos hablado también de otras a las que no les ha ido tanto bien, como Solarprofit y Borges. Y con respecto a los directivos, un expolítico ahora en el mundo patronal que se está moviendo para salvar el Sabadell, un exbanquero catalán ahora en Madrid y la última víctima de la crisis de Grifols.
Las empresas de la semana
Combalía, cien años de chapas:
Un país de tradición vitivinícola, y también cervecera, como Catalunya, tiene que contar con una industria del tapón, y tradicional. Combalía es una empresa de Sant Feliu de Buixalleu (Girona) que lleva cien años fabricando y comercializando tapones de corona que exporta a los cinco continentes, como escribió Núria Casas. Josep Maria Planas, presidente de la empresa, nos explicó las claves del éxito, que pasan por la calidad, la inversión constante, la innovación, las buenas condiciones de la plantilla y el cuidado del medio ambiente. De hecho, Combalia, recientemente premiada por la Unión Patronal Metalúrgica, utiliza metal reciclable y circular. La tradición no está reñida con la sostenibilidad.
Sateliot, en órbita:
Catalunya tiene un importante tejido de empresas tradicionales, incluso centenarias, como hemos visto, pero también muchas start-ups y empresas dedicadas a nuevas tecnologías. Es el caso de Sateliot, un operador de telecomunicaciones por satélite con cobertura móvil 5G, fundado en 2018 por Jaume Sanpera, su consejero delegado, que tiene en su núcleo duro a compañías tan importantes del sector como Cellnex e Indra y que ahora ha captado 10 millones de euros más en una ampliación de capital a cargo de la familia Dominguez, propietaria de la marca de ropa infantil Mayoral. La operación valora Sateliot en 100 millones de euros y supondrá un impulso a su estrategia de despliegue de una constelación, a la vez que lo acerca a sus objetivos financieros, como explicó Maria Teresa Coca. La empresa ya lanzó en agosto cuatro nuevos satélites para abrir su fase comercial y poder empezar a dar servicio los primeros meses del 2025.
La crisis de Solarprofit:
El sector dedicado al autoconsumo energético vive una crisis y Solarprofit no es una excepción. La empresa catalana se encuentra en preconcurso de acreedores, ha echado al 90% de la plantilla y ultima un plan de reestructuración. Pero su caída no solo afecta a sus empleados, sino también sus clientes, que se han quedado colgados. Se calculan por centenares, y de hecho, cerca de un millar se han unido en redes y han registrado ya formalmente una plataforma de afectados, mientras que algunos de ellos preparan una demanda colectiva. Reclaman "todo tipo de incumplimientos de contratos: errores en la instalación, instalaciones a medias, gente con desperfectos que no sabían como proceder porque Solarprofit no respondía", explicaba uno de los afectados a Germán Aranda.
Borges y el precio del pistacho:
Borges es una empresa catalana, propiedad de la familia Pont, conocida, entre otros productos, por los frutos secos, aunque en los últimos tiempos se ha ido vendiendo las empresas dedicadas al cultivo. Lo que vende, por lo tanto, no lo cultiva directamente sino que lo compra. La noticia en los últimos días ha sido que un grupo de campesinos productores de pistachos de la comarca del Urgell han decidido dejar de venderlos a Borges y hacerlo a un comprador de Aragón. El motivo no es ningún otro que los precios, lo que manda en estas transacciones. Y es que estos 70 campesinos aseguran que el precio que les pagan ahora multiplica por seis lo que les abonaba la empresa catalana el año pasado. Una decisión, por lo tanto, lógica de los agricultores y que tendría que hacer reflexionar sobre cómo funciona la cadena alimenticia, ya que parece que las protesta protagonizadas por el sector primario a principios de año han quedado en el olvido y siguen las desigualdades.
Los directivos
De familia de empresarios de Sabadell, Jordi Casas se hizo un sitio en la política en las filas de Unió Democràtica de Catalunya. Un compañero suyo de partido de aquellos años, Josep Sánchez Llibre, le llamó para que fuera su mano derecha en Foment del Treball y, hace unos meses, fue nombrado presidente de la Fundación para la Industria de Sabadell. Desde esta institución, heredera del Gremio de Fabricantes que fue uno de los fundadores del Banc Sabadell en el siglo XIX, con cinco directivos, empresarios y economistas más, han creado la Asociación de Accionistas Minoritarios del Sabadell para defender que el banco siga en solitario. Casas explicó a ON ECONOMIA que intentarán convencer a los accionistas minoristas de la entidad, que representan aproximadamente a la mitad del total, de que rechacen la opa del BBVA y así salvar un banco que consideran un socio para sus negocios.
Hace 22 años, el Sabadell, entonces bastante más pequeño, contrató a Juan María Nin como consejero delegado. El banquero barcelonés no era un don nadie, sino que era director general del Santander, después de la fusión con el Central Hispano, del que era directivo. En el Sabadell estuvo cinco años, hasta que en 2007 La Caixa lo fichó como director general y, posteriormente, fue el primer consejero delegado de CaixaBank. En 2014 salió del banco y empezó su viaje a Madrid, donde se ha asentado, como explicó Josep Maria Casas. A los 71 años, Nin preside desde marzo el Círculo de Empresarios, un think tank y lobby madrileño, y es consejero de varias cotizadas. Sus hijos también hacen carrera en el sector financiero, pero se han escorado hacia el lado de la banca de inversiones.
Grifols ha adelantado el paso al lado de su presidente, Thomas Glanzmann, inicialmente previsto para febrero de 2025, cuando cumplirá dos años en el cargo; ahora seguirá, pero sin tareas ejecutivas. Su mandato como presidente ejecutivo ha tenido más sombras que luces, pero también se le tienen que reconocer méritos. Glanzmann había sido nombrado para profesionalizar la gestión y quitar poder a la familia, pero con el ataque de Gotham, su figura de independiente quedó en duda. A pesar de ello, durante estos dos años ha dado pasos hacia la mejora de la gobernanza, como el fichaje de Nacho Abia como consejero delegado, el primer externo, la salida de la familia de la gestión y, a raíz del ataque de Gotham y la caída en bolsa, la simplificación de la relación con las filiales y las patrimoniales de los Grífols.
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