Hasta hace bien poco, del centenar aproximado de empresas en las que CriteriaCaixa tenía inversiones, solo se conocían las grandes –CaixaBank, Naturgy y Telefónica–, las de toda la vida –Saba y Cellnex– y algunas otras cotizadas que, por obligación, tenía que comunicar, como Inbursa y BEA. El resto no se conocían y, además, tenían un peso muy pequeño en su cartera. De ahora a 2030, su peso subirá hasta más de un tercio de su cartera y, además, se conocerán más. Para empezar, ya son públicas las de Puig y ACS.
El nuevo plan estratégico del holding de participadas de la Fundación La Caixa, para el periodo 2025-2030, incluye un incremento del valor bruto de sus activos de 27.000 a 40.000 millones de euros. La cartera estratégica, si bien seguirá siendo la principal, solo incrementará su valor un 10%, de 20.000 a 22.000 millones, y perderá peso respecto al total de inversiones del grupo. El gran crecimiento se dará, sobre todo, en las carteras de diversificación y de capital privado, en las que inyectará unos 10.000 millones para hacer crecer estas inversiones menos mediáticas. El negocio inmobiliario mantiene su peso del 10% en Criteria.
La cartera diversificación es la segunda más importante en el holding que preside Isidro Fainé, y lo seguirá siendo, pero duplicará su peso. Actualmente, es el 13% de sus activos, unos 3.500 millones, y se prevé que pase a significar el 25%, 10.000 millones. Por tanto, el plan prevé una inyección de 6.500 millones para hacer crecer esta cartera, aunque pasará de unas 90 empresas a unas 25 o 30.
De estos 6.500 millones, en realidad, ya se ha invertido una parte y quedan algo más de 5.000 millones, pues desde el cierre de 2023 hasta ahora, Criteria ha hecho dos operaciones importantes que van directas a esta cartera: la compra del 9,4% de la constructora controlada por Florentino Pérez, ACS, por 983 millones, y la entrada en el capital de Puig, aprovechando su salida a bolsa, con 425 millones para adquirir el 3,05% de la perfumera catalana.
Estas dos apuestas, hechas en los menos de cinco meses que lleva Ángel Simón como consejero delegado del holding de La Caixa, marcan el rumbo de lo que quieren que sea esta cartera: seguirán siendo cotizadas, pero serán menos empresas, un tercio de las actuales, aunque con participaciones mayores. Además, Simón aseguró que quieren influir en ellas, algo que ahora, en su mayoría, no pasa, por lo que estarán en todos los consejos que puedan. De hecho, el propio Fainé será consejero de ACS.
La otra cartera que quiere potenciar, y que es la gran novedad, es el capital privado, que pasará de suponer un 3%, algo más de 800 millones, a 4.000 millones, el 10% de los activos de la compañía. Este incremento requerirá un esfuerzo para el equipo de Criteria, pues no se trata de acelerar inversiones sino de un cambio cultural y también metodológico. De hecho, tendrá que crear un equipo específico para constituir un fondo e invertir en otros fondos.
Esta cartera tendrá dos líneas de inversión. Por un lado, en empresas no cotizadas, pequeñas, con una facturación de entre 100 y 150 millones de euros, a las que ayudarán a crecer y generar valor para, cuando haya ganado volumen, salir con plusvalías. Por otro lado, invertirán en fondos de inversión. Por tanto, la gestión será dual –directa o delegada–.
En ambos casos, Criteria mantendrá inversiones en compañías españolas, aunque verá con buenos ojos que tenga buena parte de su negocio a nivel internacional, como es el caso de Puig y ACS, pero también se abrirá a empresas extranjeras. Por sectores, además de los core –banca, telecos, energía y utilities–, también se fijarán en tecnología, pharma, biopharma y retail. Además, el holding de La Caixa tendrá muy en cuenta las cuestiones de gobernanza y tienen que cumplir ciertos requisitos de ESG.
Las inversiones estratégicas de CriteriaCaixa
Esta es la cara menos visible de Criteria, si bien está empezando a asomar la cabeza. La que más se ve, la estratégica, se moverá poco, si bien tiene algunos retos. Con tres compañías como protagonistas, CaixaBank, Naturgy y Telefónica, solo en el banco se prevé un horizonte tranquilo a nivel accionarial.
En Telefónica está por ver si el grupo catalán apuesta por doblar la participación y situarse en el 10%, para lo que tendría que invertir unos 1.100 millones más, mientras que en Naturgy está pendiente una solución para que los fondos GIP y CVC, que suman más del 41%, puedan salir, después de que la opción de Taqa se desvaneciera por los anhelos de la empresa emiratí de tener el control de la energética que preside Francisco Reynés.
El futuro de Naturgy preocupa a Fainé y Simón y de hecho, una de las siete macro iniciativas del plan estratégico es un “plan de creación de valor para Naturgy”. Los directivos no concretaron cuál sería, pero sí que explicitaron que seguirán buscando un socio, a largo plazo y con voluntad de hacer crecer a la compañía para que sea un importante actor en la transición ecológica. No hay plazo, pero quieren que sea lo antes posible, aunque sin prisas.