La Casa de Alba, liderada por el actual duque de Alba, Carlos Fitz-James Stuart, posee cerca de 35.000 hectáreas de tierra con explotaciones agrícolas, ganaderas, cotos de caza e, incluso, parques de energía renovable aunque no son los mayores terratenientes de España porque este privilegio corresponde a Juan Abelló. Pero a diferencia de este último, siempre discreto, tanto la difunta Cayetana como sus hijos se han visto envueltos en polémicas sobre la gestión de sus tierras ya sea por el cobro de las subvenciones agrícolas europeas (PAC) o por la explotación de acuíferos. Que se sepa, no han sacado sus tractores a las carreteras en las protestas campesinas de los últimos días.

En 2011, antes de que falleciera tres años después, la entonces duquesa de Alba, Cayetana Fitz-James Stuart y de Silva, repartió sus palacios y fincas entre sus seis hijos. El más beneficiado, con mucha diferencia, fue el primogénito, Carlos, continuador del linaje y actual titular de la mayor parte del emporio, que algún cronista de la casa ha situado en el 60% de la herencia. Los jornaleros del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) aflojaron su presión sobre la Casa de Alba tras la desaparición de Cayetana, pero sus descendientes no se han librado de las controversias públicas y de ser protagonistas en los medios.

En septiembre pasado, la Fiscalía de Medio Ambiente de Sevilla se querelló contra una de las empresas de la familia, Eurotécnica Agraria, por extraer agua de ocho pozos supuestamente ilegales para regar una finca de naranjas de 200 hectáreas situada junto al parque nacional de Doñana. Según los cálculos de la fiscalía, en tan solo una temporada consumieron 305.851 metros cúbicos de agua que valoraron en 36.702 euros. Los pozos funcionan desde hace una década. Esta finca de Aznalcázar produce de media 5,3 millones de naranjas gourmet anuales que generan un beneficio de entre 700.000 y 800.000 euros, según informó El País. Este medio también apuntó que la explotación recibió 1,4 millones de euros en subvenciones de la PAC en los ejercicios de 2020 y 2021.

No obstante, las últimas cuentas disponibles de Eurotécnica Agraria, correspondientes a 2019, arrojan otras magnitudes: una facturación de solo 2 millones de euros con unas pérdidas en aquel ejercicio de 222.000 euros. Al frente de esta sociedad aparece Eugenia Martínez de Irujo, la hermana pequeña, pero en compañía de otros familiares. Los tres hermanos mayores anteponen el apellido Fitz-James Stuart, el de la madre, mientras que los tres menores conservan Martínez de Irujo, del padre. En ocasiones aparecen juntos o a título individual en decenas de sociedades dedicadas a actividades agrícolas o a la comercialización de sus productos. Dos de las más conocidas son Euroexplotaciones Agrarias y Castrofresno, presididas por el actual duque, que cerraron el ejercicio de 2022 con pérdidas: de 2,87 millones de euros la primera i de 115.000 euros la segunda.

Resulta complicado el cálculo de las subvenciones que perciben las fincas de los hermanos por la PAC aunque diversos medios apuntan una media de 3 millones de euros anuales. En este tipo de ayudas europeas se tiene en cuenta el volumen de la producción y, también, la extensión de las fincas, factor este último que beneficia a los grandes terratenientes.

Cotos y renovables

Aunque pasan por ser uno de los grandes propietarios de cotos de caza, con 14.700 hectáreas dedicadas a las actividades cinegéticas en Andalucía y las dos Castillas, aparecen en la posición número 12 del último ranking de cotos del diario El Mundo. Esta clasificación está liderada, en este orden, por Juan Abelló, el ganadero manchego Samuel Flores y la familia March.

El primogénito, Carlos, también posee muchos terrenos sembrados de instalaciones eólicas y fotovoltaicas, especialmente en Córdova y Ávila. Un cronista lo calificó de duque “verde”. En cambio, su hermano Cayetano, duque de Arjona, se opuso públicamente al proyecto de una empresa privada que pretendía construir un megaparque solar que afectaba una de sus fincas en el municipio cordobés de Morente, que recibió en herencia de su madre. Al final, la promotora desistió en octubre pasado de tramitar la declaración de utilidad pública (DUP) para expropiar estos terrenos. Cayetano incluso declaró “acabaré en la cárcel” por defender su finca. No fue necesario.

Pisos turísticos

Carlos heredó el título de duque de Alba y la mayor porción del pastel de propiedades de su madre que incluye palacios y fincas de todo tipo. Se rodeó de un equipo profesional para sacar más rendimiento a sus fincas rústicas aunque algunas sigan cerrando en rojo. No obstante, su última iniciativa empresarial no tiene nada que ver con el campo, sino con el negocio inmobiliario: el Ayuntamiento de Madrid acaba de aprobar inicialmente el plan urbanístico para autorizar la unión de dos edificios de su propiedad en la calle Princesa que planea transformar en 66 pisos turísticos. Estarán situados al lado del palacio de Liria, su residencia, en el distrito Centro de la capital.

Entre los seis hermanos existen tensiones. Cayetano declaró a la prensa a finales del año pasado que no se han “respetado” las últimas voluntades de su madre, que quería que todos los hermanos siguieran involucrados “en el funcionamiento” de la Fundación Casa de Alba, titular de diversos palacios y de obras de arte. Afirmó que el primogénito les sacó a todos, con la excepción de su hermano Alfonso, duque de Híjar, por entender que ahora la Casa de Alba la forma Carlos y sus dos hijos.

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Narcís Rebollo y Eugenia Martínez de Irujo, este febrero en un acto de la feria taurina de San Isidro / Europa Press

Este linaje se remonta al siglo XIV. El ducado de Alba de Tormes, como se llamaba, se otorgó a la familia Álvarez de Toledo, pero a principios del siglo XIX pasó a los Fitz-James Stuart, que tiene su origen en un hijo ilegítimo de la dinastía real de los Estuardo (Stuart, en inglés). A mediados de los años cincuenta del siglo pasado, Cayetana Fitz-James Suart (1926-2014) se convirtió en duquesa de Alba. De su matrimonio con el madrileño Luis Martínez de Irujo Artárcoz (1919-1972), descendiente de los duques de Sotomayor, tuvo seis hijos: Carlos (1948), Alfonso (1950), Jacobo (1954), Fernando (1959), Cayetano (1963) y Eugenia (1968). La siguiente generación está formada por nueve primos.

Relaciones con Catalunya

Cayetana repartió en vida sus posesiones y la mayor parte de los títulos nobiliarios que acumuló. Según el Libro Guinness de los récords, era la persona con más títulos del mundo por lo que superó en número a los reyes de España y de Inglaterra. A lo largo de su vida, pleiteó para hacerse aún con más títulos, como el de Condesa de Guimerá, el único originario de Catalunya, que consiguió mediante un proceso judicial. Este condado se refiere a una pequeña localidad de la provincia de Lleida que nunca visitó. El actual conde de Guimerá es su hijo Alfonso, aunque prefiere lucir el de duque de Híjar.

Pero dos hijos de Cayetana sí que mantienen curiosos vínculos con Catalunya. Eugenia, duquesa de Montoro, fue durante muchos años una de las caras públicas de la catalana Tous y su actual marido es Narcís Rebollo (Figueres, 1971), presidente de Universal Music para España y Portugal. Pero el que tiene un vínculo más estrecho es Jacobo, conde de Siruela, porque pasa largas temporadas en su masía ampurdanesa de Vilaür en compañía de su esposa, la barcelonesa Inka Martí, escritora y expresentadora de televisión. Fue la encargada de retransmitir la inauguración y clausura de los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992. En esta masía tuvo su sede social la editorial Siruela, que Jacobo vendió hace años, y ahora es la de Ediciones Atalanta.