Casa Tarradellas ha cerrado el último ejercicio con un incremento de dos dígitos en ventas en 2023. La facturación ha alcanzado los 1.378 millones, con un aumento anual del 18% respecto a 2022, año en el cual el fabricante de pizzas y embutidos, como el fuet Espetec, creció un 8,5% hasta 1.161 millones. La compañía de capital familiar -pertenece a la familia Terradellas- no comunica los resultados del balance. En 2022, la marca sufrió el varapalo del incremento de los costes energéticos y el contexto inflacionario que afectó el precio de las materias primas, dejando una caída de los beneficios de casi un 50%, pasando de 27,1 millones de 2021 hasta los 13,6 millones de euros de 2022.

En 2023, la empresa, con sede en Gurb (Barcelona), ha destinado 40,8 millones de euros con recursos propios -según a proyectos de innovación y desarrollo de nuevos productos y mejora de la calidad y seguridad alimentaria y los procesos industriales ya existentes. La empresa elabora pizzas frescas, el fuet Espetec, loncheados (jamón cocido y bacon), masas frescas, patés y mixtos. Además, tiene una integración vertical con fincas de cultivo, granjas porcinas, mataderos y salas de despiece, harinera, elaboradores de producto final, empresa de transporte, generación energética y, también, departamento de I+D.

“Los resultados de 2023 son un reflejo de la confianza de los consumidores en la calidad de nuestros productos y el esfuerzo diario de toda la compañía para implementar soluciones innovadoras y eficientes en toda nuestra cadena de valor. 2023 ha sido un año marcado por la fuerte inversión en sostenibilidad, poniendo foco en incrementar el parque solar fotovoltaico", expone Miquelina Saborit, directora de comunicación de Casa Tarradellas, en un comunicado difundido este miércoles.

En materia de sostenibilidad, la firma ha acelerado sus inversiones en energías renovables y su presupuesto para ello ha crecido un 25,2% en el último año, respecto a 2022, con la instalación de placas fotovoltaicas con un aumento del 45% de la superficie solar de qué dispone. De esta manera, Casa Tarradellas consigue que el 24,19% de su consumo eléctrico provenga de energía solar, un esfuerzo que inició en 2004 apostando por la energía renovable equipando de placas solares todas sus instalaciones.

El proveedor de Mercadona

La compañía, que inició su negocio en 1976 con la producción de embutidos, aceleró su expansión veinte años más tarde con el lanzamiento de la primera pizza refrigerada y la promoción del fuet Espetec; circunstancia que acrecentó convirtiéndose en uno de los principales proveedores de la cadena de distribución Mercadona. La empresa destaca que la evolución constante de la compañía ha permitido que, un año más, sea la marca de alimentación más notoria según Iope Kantar y se sitúe en el top 10 de marcas más elegidas por los españoles, según el ranking Kantar Brand FootPrint.

Según un comunicado, en el último ejercicio, Casa Tarradellas alcanzó un total de 2.948 trabajadores, reflejando un marcado crecimiento del 10% en la empleabilidad. Del total de la plantilla, "más del 90% de los empleados son residentes en la comarca de Osona, convirtiéndose en uno de los principales polos de vertebración social y económica de la región", explica el comunicado.

La empresa destaca la formación como "uno de los aspectos fundamentales para la fuerte estabilización de la plantilla". En 2023, se impartieron 1.341 cursos, que suponen 61.421 horas de formación, a través del Plan de Formación propio de la compañía que cuenta con diversos convenios de colaboración con los centros educativos más relevantes de la región.

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Complejo industrial de Casa Tarradellas, en Gurb (Barcelona). Foto: Casa Tarradellas

Proyecto en sostenibilidad

En paralelo, desde 2012 Casa Tarradellas lleva a cabo un proyecto pionero e innovador en el sector alimentario como es su planta de reciclaje y co-extrusión de plástico PET. Esta planta, tiene como objetivo recuperar y reutilizar los recortes de material PET que se producen en las líneas de envasado.

Con una inversión inicial de 10 millones de euros, la planta de 3.700 m² es independiente de las instalaciones productivas situadas en Gurb (Barcelona) y estará diseñada con la única función de recuperar los recortes de plástico generados en el proceso de envasado de la compañía. Este proyecto sitúa a Casa Tarradellas como la primera empresa que elabora productos refrigerados, dotada con la capacidad de recuperación de sus propios envases.

El material que se recupera de las plantas próximas, una vez limpio y esterilizado, se co-extrusiona entre dos capas de plástico virgen y se utilizará para envasar nuevos productos. Además, a diferencia de otras plantas de recuperación de envases, el material recuperado es 100% trazable, pues proviene en origen de la propia compañía. Este punto aporta todavía un mayor índice de seguridad alimentaria a los productos elaborados por Casa Tarradellas.