Victoria del cava valenciano o, dicho de otro modo, del cava no catalán. La identificación “Requena” o “Cava de Requena” ya se puede utilizar en las etiquetas de los espumosos que se elaboran en este municipio valenciano. Así lo ha dispuesto el Ministerio de Agricultura que, mediante una resolución publicada este viernes en el BOE, autoriza la inclusión de la unidad geográfica “Requena” dentro de la Denominación de Origen Protegida Cava (DOP Cava).
En realidad, esta resolución ministerial supone un atajo para que los embotelladores valencianos puedan utilizar esta denominación, incluso con efectos retroactivos. De esta forma, no se podrá sancionar a aquellos que ya hayan comercializado botellas con la etiqueta “Cava de Requena”. Aunque los tribunales de justicia ya se pronunciaron a favor de la identificación Requena, aún faltaba el visto bueno del pleno del Consejo Regulador de la DOP Cava, controlado por los productores catalanes. Sin embargo, con esta resolución ministerial ya no es necesaria la aprobación del consejo regulador, que aún no se ha reunido para tratar esta cuestión.
En la resolución ministerial –firmada por el director general de Alimentación, José Miguel Herrero–, se recuerda el camino judicial seguido hasta ahora: concretamente, la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid de 30 de noviembre de 2022, ratificada posteriormente por el Tribunal Supremo, que estimó el contencioso interpuesto por la Asociación de Elaboradores de Cava de Requena, la Generalitat Valenciana y la empresa elaboradora Dominio de la Vega contra la exclusión de “Requena” como zona dentro de la DOP Cava. El recurso que interpuso el Consejo Regulador fue rechazado.
Celebración en la Generalitat Valenciana
El consejero valenciano de Agricultura, José Luis Aguirre (en la imagen superior), de Vox, indicó que la denominación “Requena” supone “un gran impulso para la comercialización y desarrollo económico" del sector. Añadió que “se ha reconocido la injusticia de la DOP Cava y las trabas del gobierno central contra los viticultores valencianos”, pese a que ha sido una solución del Ministerio de Agricultura la que ha permitido acelerar el trámite. La sentencia del TSJM reconoció la potestad de la administración central para para pasar por encima de las decisiones del Consejo regulador de la DOP Cava.
Pese a la euforia del cava valenciano, la realidad es que sus bodegas más conocidas crecen por debajo de la media de la DOP Cava que reúne al conjunto de los espumosos que se producen en el Estado. Así, Pago de Tharsys facturó en 2022 cerca de 3,73 millones de euros, un 7,8% más que en el ejercicio anterior; Chozas Carrascal, 2,75 millones, un 9,67% más; y Tantum Ergo, 2,28 millones, un 12,25% más, crecimientos que están por debajo del 15% de media en que lo hizo el conjunto de la DOP Cava. Esta reúne a los productores de Catalunya, Extremadura, Aragón, La Rioja, País Vasco, Navarra y también a los del municipio valenciano de Requena.
Con mucha diferencia, el primer productor de cava valenciano es Marevia, propiedad de las hermanas Hevia Ferrer, accionistas de Freixenet hasta que en el 2018 vendieron su participación a la alemana Henkell. Todavía no se pueden consultar sus cuentas de 2022, pero en el ejercicio anterior facturaron 16,88 millones de euros, un 14,73% más que en 2020, cuando todas las bodegas se vieron gravemente afectadas por la pandemia de la Covid-19.
El cava valenciano se ha visto beneficiado por el conflicto político catalán para aumentar sus ventas en España si bien su producción es reducida y limitada al municipio de Requena. En 2022 comercializaron 13 millones de botellas cuando en el conjunto de la DOP Cava se alcanzaron los 249 millones.