Celsa pasará a llamarse Celsa Steel, S.A., y llevará a su fundador Francesc Rubiralta, ante los tribunales por "eventuales responsabilidades" en la enorme deuda que le llevó a perder la empresa ante los fondos, según se ha acordado este martes en la Junta General de Accionistas y ha informado la empresa en un comunicado.
Celsa ha informado también del cambio en el logotipo de la empresa, que "quiere poner en valor la transformación, la sostenibilidad y el futuro de la nueva Celsa".
La empresa ha aprobado las cuentas, informes de gestión y estado de la información no financiera de 2023, así como la propuesta de aplicación de resultados a reservas. En su primer balance sin los Rubiralta, Celsa cerró el año con un beneficio neto de 459 millones y una facturación de 4.765 millones.
Tras los elevados niveles de deuda arrastrados por la compañía, los fondos de inversión tomaron el control entre propuestas de rescate del Estado. Según aseveró en la presentación de las cuentas el presidente, Rafael Vilaseca, "Celsa ha salido de la UCI, pero sigue en el hospital".
Celsa ha ampliado también a ocho el número de consejeros con la incorporación de Daniel de Escondrillas, fundador de Natixis Partners y antiguo alto directivo de CITI y Booz Allen & Hamilton; y de Antonius Ron Deelen, antiguo CEO de BRITISH STEEL y con amplia experiencia en el mundo industrial.
Una de las mayores acereras de Europa y "primer productor europeo de acero circular bajo en emisiones" según la propia compañía, cuenta con 120 centros de trabajo en el mundo y da empleo a 10.000 personas de manera directa y a 70.000 de manera indirecta.