Chery y EV Motors –propietario de Ebro y BTech- han cerrado finalmente el acuerdo para fabricar coches del grupo chino en Catalunya ya a finales de este año, además de los dos modelos de Ebro previstos, la pick-up y la furgoneta, como mínimo. Una noticia muy celebrada por las administraciones, tanto catalana como española, que se tendrán que rascar el bolsillo. Jordi Hereu ya adelantó que el proyecto podría optar al Perte y lo hará gracias a la joint venture con EV Motors.
El grupo chino y la empresa catalana oficializaron este martes el acuerdo, cuya firma se llevará a cabo el viernes en la misma fábrica de la Zona Franca de Barcelona, como se filtró la semana pasada. El único detalle que trascendió es que Chery, propietario de marcas como Omoda y Jaecoo, entrará en la planta del DHub con una joint venture con Ebro, en la cual la empresa catalana tendrá la mayoría.
Esta empresa conjunta será la que se ocupará de la producción tanto de los Omoda como de los Ebro, de manera que EV Motors gana un socio industrial con experiencia produciendo automóviles, algo que hasta ahora no tenía. Chery gana un socio local, de manera que la empresa que fabricará sus coches en Europa será local –concretamente, catalana–, lo que le permitirá beneficiarse de ventajas fiscales y también tener acceso a ayudas como el Perte de la electromovilidad.
Las bases del Perte establecen que el 40% del proyecto lo tienen que controlar pymes y las empresas tienen que estar en varias CCAA
El hub, del que EV Motors forma parte desde el inicio, ya consiguió un Perte de 65 millones para adecuar la fábrica, que todavía no se ha ejecutado, pero que se podrá utilizar y del que se beneficiarán todos los fabricantes de la planta. Sin embargo, como admitió Jordi Hereu, ministro de Indústria, Chery se podrá presentar al Perte 3. No obstante, si hubiera aterrizado con una filial propia, en solitario, y un proyecto solo de ensamblaje, lo tendría muy difícil.
Las bases de la memoria de estas ayudas, que en el caso de los coches eléctricos ya van por la tercera convocatoria, establecen algunos requisitos para otorgarlas que el hecho de hacer una joint venture facilitan. Por ejemplo, tener como mínimo un 40% de pymes, que alguna de las empresas acredite implantación en más duna comunidad autónoma y que una demuestre capacidad para el desarrollo de la I+D, pata que podría ejercer BTech, la empresa de ingeniería de EV Motors.
Jordi Hereu recibe este miércoles a Chery y EV Motors en el ministerio, con la probable presencia de Roger Torrent y con el Perte sobrevolando el proyecto. El ministro se mostró muy satisfecho este martes por el acuerdo, que consideró "muy positivo para los trabajadores y la industria automovilística". "Contribuirá a la reindustrialización de la zona y generará nuevas oportunidades". Roger Torrent, conseller de Empresa, que acaba de volver de China con directivos de Chery, celebró el acuerdo porque culmina la intención del Govern, y de los agentes sociales, de que se siga fabricando en la antigua Nissan. "Este acuerdo es bueno para nuestro país, para la industria auxiliar y para toda la industria proveedora de esta cadena de valor", añadió.
El desembarque de Chery en Barcelona
La previsión es empezar a fabricar los Omoda a finales de este mismo año, y en un futuro también se podrían producir modelos de la marca Jaecoo. Para la furgoneta NV200 y la pick-up de Ebro queda más tiempo porque la empresa todavía se encuentra en fase de homologación de los modelos y de búsqueda de los proveedores. También está sobre la mesa que fabrique uno o más modelos de Chery con marca Ebro, lo que permitiría acelerar el renacimiento de la histórica marca de propiedad ahora catalana y que venda también turismos.
Los Omoda se podrán empezar a fabricar a corto plazo porque arrancarán solo con ensamblaje: llegarán de China prácticamente montados y en la antigua fábrica Nissan de Barcelona se acabarán de montar y saldrán hacia el mercado. Sería una primera fase, que en términos automovilísticos se denomina DKD, y que requeriría contratar a unos 600 empleados, pero con la intención de pasar, lo más rápidamente posible, a la fase de máximo desarrollo en la misma fábrica, la SKD, que emplearía a más de 1.000 trabajadores.
Inicialmente, Chery y Ebro podrían contratar a unos 600 empleados, que serían más de 1.000 cuando todo el coche se haga aquí
Las fuentes consultadas explican que lo ideal es fabricar todo aquí, y se quiere llegar a ello, pero el proceso es largo, puede tardar meses e incluso años, porque depende de muchos factores: de entrada, del número de coches que se produzcan, cosa que vendrá marcado por la demanda –para pocos modelos no vale la pena contratar a proveedores locales–, pero también por el nivel de preparación de la fábrica y las líneas de producción, de formación de la plantilla, de contratación y preparación de los proveedores, etc...
Las previsiones de producción de la fábrica son todavía una incógnita. La capacidad ronda las 200.000 unidades anuales, una cifra baja para las tradicionales fábricas de coches de combustión –por ejemplo, Martorell supera el medio millón–, pero nada despreciable para coches eléctricos y una marca que no tiene implantación en Europa y, por lo tanto, todavía se tiene que hacer un hueco en el mercado. Por eso, el número de coches que salgan de la Zona Franca dependerá de las ventas. Además de los Omoda y Ebro, también se tienen que fabricar los Zeroid de QEV.