La Cámara de Comercio de China para la Importación y Exportación de Productos Mecánicos y Electrónicos lanzó este viernes una advertencia sobre las potenciales consecuencias negativas de los aranceles impuestos por la Unión Europea a los vehículos eléctricos (VE) fabricados en China. Según recoge la agencia oficialista de noticias Xinhua, la entidad empresarial del gigante asiático expresó su preocupación ante la posibilidad de que estas medidas disuasorias conduzcan a una reducción de las inversiones chinas en el mercado europeo.

Las compañías chinas ven en estos aranceles antisubvención una señal de alarma, temiendo que puedan servir como pretexto para futuras investigaciones sobre supuestos subsidios en otras empresas chinas con presencia en Europa. La decisión de la UE de imponer aranceles compensatorios provisionales a los vehículos eléctricos chinos ha obligado a muchas empresas, según el organismo, a reevaluar sus planes de inversión en el Viejo Continente.

La Cámara de Comercio aseguró que a pesar de la estrecha interdependencia de las cadenas de suministro automotriz entre China y la UE, y de las amplias perspectivas de cooperación en este sector, las empresas chinas consideran que las actuales políticas comerciales europeas generan un clima de incertidumbre. Ante esta situación, el organismo chino instó a la UE a adoptar una postura más abierta y cooperativa, poniendo fin a las investigaciones comerciales y promoviendo una colaboración más estrecha en la industria automotriz.

Relación equilibrada

La entidad empresarial china subraya la importancia de mantener una relación comercial equilibrada y mutuamente beneficiosa. China solicitó la semana pasada a la Organización Mundial del Comercio (OMC) consultas con la Unión Europea por los aranceles impuestos a sus vehículos eléctricos.

Pekín cuestiona la investigación europea sobre las subvenciones a su industria automovilística, alegando que estas medidas son incompatibles con las normas de la OMC. Bruselas, por su parte, justifica los aranceles – de hasta el 37,6% - por las importantes ayudas estatales recibidas por los fabricantes chinos, en su mayoría de propiedad estatal.