Después de casi un año, el próximo lunes se empezarán a despejar dudas sobre el futuro de la operación BBVA-Sabadell. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), que lleva desde mayo del 2024 estudiando cómo afectaría una fusión entre ambas entidades a la competencia bancaria en España, ultima su dictamen y prevé dar una respuesta el próximo lunes 28 de abril, día en el que ha convocado una reunión extraordinaria para ello.
En noviembre, la CNMC ya tomó una decisión de gran relevancia. Pasar el estudio de fase uno a fase dos, pues aún veía riesgos de competencia si aprobaba la operación y necesitaba más tiempo para analizarla y negociar compromisos con el BBVA, que es el banco opante y el que quiere absorber al Sabadell. La suma de ambos bancos le convertiría en la segunda entidad financiera más grande del país tras CaixaBank. Por delante incluso que el Banco Santander.
Los mayores riesgos detectados por la CNMC son en Catalunya y el País Valenciá, donde ambos bancos tienen una gran presencia. Además, si desaparece el Sabadell, habría seis códigos postales en los que el BBVA quedarían en situación de monopolio. Y en 55, en condición de duopolio compitiendo solo con una entidad, que en la mayoría de los casos es CaixaBank. Y en otros 91 serían solo tres competidores.
Así, el BBVA ha ofrecido en su quinta propuesta de compromisos a la CNMC, no modificar las condiciones de los productos y servicios a los clientes (particulares, autónomos y pymes) de las oficinas que se encuentren en los códigos postales afectados. Por ejemplo, a no cobrar comisiones o a no subir comisiones en las operaciones en ventanilla. O a no fijar un precio mayor al que se cobre de media en España en el nuevo crédito a las pymes.
Se espera que la CNMC apruebe la opa
Se espera que la CNMC dé el visto bueno a la opa con compromisos, unos compromisos que durante todos estos meses ha estado negociando con el BBVA, quien presentó al organismo que preside Cani Fernández el pasado 1 de abril su quinta propuesta. Después de ello, Competencia inició un segundo test de mercado en el que ha consultado a otros bancos y algunas asociaciones empresariales sobre estos compromisos antes de tomar la decisión final.
Ahora que todas estas entidades y asociaciones han respondido (tenían de plazo 10 días hábiles para ello) y la CNMC ha incluido sus consideraciones en el estudio, tomará finalmente la decisión sobre si aprobar la opa o rechazarla y lo hará el próximo lunes, según avanza EFE. En el primer escenario, que es el que el mercado espera, la opa no acabaría. Pasará a manos del gobierno español, en concreto del ministro de Economía. Carlos Cuerpo ha comentado en varias ocasiones su interés en revisar estos compromisos que imponga la CNMC al BBVA, para después, dar también su visto bueno o añadir más.
El plazo de Carlos Cuerpo para decir que hacer con la operación será de 15 días, aunque puede optar por iniciar una fase tres y trasladar esta decisión al Consejo de Ministros, donde se iniciaría otro plazo de un mes antes de dar el veredicto. Si el BBVA también supera esta prueba, llegaría el turno de la CNMV, que debería aprobar también la opa y publicar el folleto explicativo con todos los detalles de la operación para después, pasar la pelota a los accionistas del Sabadell.
Los accionistas del Sabadell tendrán la última palabra y además, deberán votar a favor la mayoría para que finalmente haya opa. Pues el BBVA puso como condición que saliera adelante con al menos el 50% de los votos. Se espera que todo esto suceda en los meses de verano, dadas las fechas actuales. Se estima incluso que el proceso se alargue hasta septiembre.
Entre medias, el BBVA podría incluso desistir de seguir adelante con la operación. Esto ocurriría, por ejemplo, si la CNMC impone al banco que preside Carlos Torres unos compromisos inasumibles o si el Gobierno español pusiera unas condiciones muy severas, pues a la entidad de origen vasco ya no le saldrían los números.
En cualquier caso, el BBVA siempre se ha mostrado convencido de que la opa tiene mucho sentido para ellos y seguirían adelante con ella, pese a la lentitud de las autorizaciones. El banco esperaba tener resuelta la fusión a finales del año pasado.