Seat se encuentra en una encrucijada por la transición al vehículo eléctrico. Los nuevos automóviles enchufables, que se prevé que sean el 100% del mercado en Europa de cara a 2035, tendrán un montaje más sencillo y con menos piezas que los de combustión. Y esto puede hacer que, para mantener la plantilla actual en Martorell (de 15.000 personas), la empresa catalana necesite producir un 50% más de vehículos al año y pasar de los 480.000 actuales a 750.000 cuando los vehículos sean eléctricos. Lo explicó este lunes en un acto en la Casa Seat el presidente del comité de empresa de Seat, Matías Carnero.
Para llegar a este escenario, primero tiene que arrancar el mercado del coche eléctrico en España, que representó en 2024 tan solo el 5% del total de vehículos vendidos. Precisamente para impulsar este mercado, el president de la Generalitat, Salvador Illa, firmó este lunes junto al ministro de Industria, Jordi Hereu, el presidente de la Comunitat de Valencia, José Luis Mazón, la de Navarra, María Chivite, y el CEO de Seat, Wayne Griffiths, la 'Declaración Casa Seat'. Prevé más incentivos fiscales al coche eléctrico, comunicación en positivo sobre las ventajas de este vehículo, electrificación de la flota pública y una mejor red de cargadores, sin mayores concreciones.
Pero mientras eso sucede, Seat, que espera empezar a producir coches eléctricos en Martorell en 2026, afronta otras dificultades. Los aranceles a coches chinos afectan al 31,3% de los precios de importación del Cupra Tavascan, que se fabrica en la ciudad china de Anhui. Por otro lado, las multas por el CO2 también tendrán un coste económico. La combinación de ambos factores puede poner en riesgo el 10% de su producción en Barcelona, es decir, 50.000 unidades, según detalló también Carnero en un encuentro con periodistas posterior al acto oficial.
También Wayne Griffiths, sin entrar en las cifras, puso de manifiesto esta problemática. "Si no hay una flexibilización de las multas, no podemos aumentar igual la producción. Si bajas las previsiones eléctricas, tienes que bajar también la de combustión para cubrir las multas", ha reconocido, y ha pedido una "solución a Bruselas" para que los aranceles a los vehículos Cupra de China sean inferiores. "No puede ser que sea casi el doble el arancel a un Cupra que a un Tesla", ha dicho Griffiths, que durante el acto ha pedido también menos impuestos a la producción local.
Desembarco en Estados Unidos
El directivo ha asegurado además que la presidencia de Trump no pone en riesgo la decisión de Seat de desembarcar en Estados Unidos tanto en venta como en producción local. "Queremos fabricar y crear valor en Norteamérica. Tenemos que ver qué sucede con México y Canadá si cumple con los aranceles dentro de la región de Norteamérica, ha reflexionado. Después de que el ministro Jordi Hereu pidiera coches eléctricos más baratos para ampliar su mercado, Griffiths ha respondido que la horquilla de precio entre los 25 y los 30.000 euros, que corresponden a algunos de los eléctricos que prevé vender Seat, están en línea de "los más vendidos" en combustión. "Ahora faltan los puntos de recarga, la infraestructura", ha añadido.
Carnero ha pedido que el acuerdo cerrado por las Comunidades con mayor peso en la automoción en España y Seat "no quede en un mero acto protocolario". "Si la movilidad eléctrica no va acompañada de subvenciones, podemos tener un problema en 2026", ha dicho, y ha añadido que están perfilando "una fábrica con una capacidad a la que no se va a llegar" si no se impulsa realmente el mercado del vehículo eléctrico.
Seat pospuso recientemente la producción de coches eléctricos para 2026 y debe culminar su nueva fábrica de baterías en Martorell en marzo de este año. La fábrica de ensamblaje de baterías de Navarra, también para el grupo Volkswagen, y la gigafactoría del mismo grupo alemán, también debe arrancar el año que viene, para el que España y Europa deben acelerar mucho la venta de vehículos eléctricos si quieren cumplir con los planes de descarbonización y que las empresas recuperen las inversiones realizadas.