La bodega Raventós Codorníu ha obtenido unos "positivos" resultados en el último ejercicio fiscal -julio 2023-juny 2024- con un beneficio bruto de 39 millones de euros, cifra que supone un aumento del 15%, y consolida el retorno a la senda de ganancias, después del traspié de la crisis de la pandemia. Las ventas se han situado en 232 millones de euros, superiores en un 4% en las registradas el ejercicio precedente. Durante el año fiscal, todas las unidades de negocio del grupo han crecido en beneficios.

El consejero delegado del grupo, Sergi Fuster, ha destacado la favorable evolución del negocio, en un contexto "inestable" en el ámbito internacional, de donde provienen el 37% de las ventas. Con respecto al beneficio neto, el directivo no ha entrado en detalle porque las cuentas de la bodega se tienen que presentar en diciembre a la junta de accionistas, pero ha dicho que "seguirán siendo positivos con una mejora del entorno de lo mismo 15% que se ha registrado en el beneficio operativo". Hay que recordar que, desde 2018, el 68% del capital de la bodega es propiedad del fondo norteamericano Carlyle. Sobre su posición accionarial, Fuster ha reiterado que "no está en sus planes, hoy por hoy, la desinversión, porque la compañía sigue creando valor".

El grupo cierra, pues, "un año en positivo", con una cifra récord del beneficio operativo que permite "poner rumbo a los 50 millones de ganancias que la compañía se ha puesto como objetivo". "No sé si lo conseguiremos en el próximo año, pero cada vez está más cerca", ha manifestado Fuster, quién se ha felicitado para consolidar el crecimiento a doble dígito. Con respecto a las ventas, el crecimiento mantiene "un ritmo constante de mejora de entre el 3 al 5% anual", por lo cual, el próximo ejercicio tendría que superar los 240 millones, y ahora está ya un 20% por encima de los niveles de 2019. En total, se han vendido 57 millones de botellas en más de 50 países, 55% de cava y 45% de vino.

España sigue siendo el principal mercado para la marca, con el 63% de las ventas, que han crecido un 2,7% y han dejado una rentabilidad del 4,6% en el beneficio bruto. Raventós Codorníu ha llegado a una cuota de mercado de más del 30% en valor y del 21% en volumen, en España, "a mucha distancia del segundo competidor", ha remarcado Fuster. Según el directivo, "eso demuestra que nuestro producto ha posicionado en una gama media-alta que es la percepción que tiene el consumidor y la que queremos para posicionar como una marca de valor".

Cava versus champán

En líneas generales, dentro y fuera de España, el sector del cava "hace dos años que gana cuotas de mercado enfrente del champán y el prosecco". Además, este último espumoso tiene un consumo "insignificante en España" y está "muy estabilizado en otros mercados donde se produjo un boom, como Inglaterra," ha asegurado Sergio Fuster. Con respecto al champán, el mercado refleja que las cortas cosechas de los últimos años ha perjudicado las bodegas que han incrementado el precio para repercutir el alza de la inflación, hecho que los ha llevado a restar cuota de mercado, ha añadido el directivo.

Con respecto a la vendimia de la bodega, el consejero delegado ha dicho que ha sido "una cosecha muy corta", con una caída de entre el 30% y el 40% respecto de lo que sería una vendimia "normal" en zonas como el Penedès. La sequía lo ha seguido marcando, ya que las lluvias de los últimos dos meses no han servido para este año, todo y que sí que serán buenas para regenerar las cepas de cara al próximo año. No obstante, Raventós Codorníu no ha sufrido demasiado para asegurar una buena vendimia, ya que "más de la mitad del suministro de uva que necesitamos para nuestra producción proviene de nuestras viñas de Raimat, a Lleida, hecho que nos proporciona una ventaja competitiva enfrente del resto de bodegas", ha dicho. En este sentido, Fuster ha hecho valer "los esfuerzos de la familia durante más de una década por incorporar mejoras en el regadío de las viñas -se ha reducido más en un 50% el uso de recursos hídricos respecto de 2015- y por la apuesta por la agricultura ecológica". "Actualmente, todos nuestros vinos y cavas son ecológicos", ha defendido, un hito que se ha conseguido un año antes del previsto.

También la estrategia con los viticultores, especialmente del Penedès, donde la bodega fija contratos de suministro plurianuales, "que dan seguridad a la compañía, pero también a los campesinos". Además de determinar unos precios: este año la uva se ha pagado a 0,80 euros el kilogramo, por encima de los 0,64 euros de la vendimia del año pasado.

Rusia y China, al margen

La "inestabilidad internacional" en qué ha hecho mención el consejero delegado de Raventós Codorníu, durante la presentación este miércoles de los resultados económicos, ha tenido como protagonistas principales Rusia y China. "Son mercados con un comportamiento muy errático; China, porque el consumo de vino, por ejemplo, ha caído un 80% en tres años, y Rusia, por los aranceles en los productos europeos a raíz de la crisis geopolítica". Por lo tanto, "Rusia y China, donde seguiremos vendiendo producto, ya no están dentro de nuestro plan estratégico de crecimiento internacional".

Un plan que en el último ejercicio fiscal se ha traducido en una cuota por volumen del 12,3% de la cuota mundial de cava, con un crecimiento de las ventas del 4%, respecto del año precedente. En exportación, la compañía crece un 42%, versus el 2018. En el último año, ha destacado el comportamiento de mercados como el Reino Unido, con un 2% más ventas; México, que se ha más que doblado (+244%); el Japón, con un 7%; Suiza, un 40%; Finlandia, un 14% o el Brasil, con un 74%.