Para abrir un estanco es imprescindible obtener una licencia. Y estas se pueden conseguir por dos vías: a través de las subastas públicas que convoca el Comisionado del Mercado de Tabacos, organismo dependiente del Ministerio de Hacienda, o por el traspaso de la titularidad del negocio.

Como el Comisionado programada escasas subastas –en 2022 lanzó la última, tras 19 años sin convocatorias–, muchos inversores y autónomos han optado por el traspaso de un negocio.

En el caso de las subastas públicas, se establecen una serie de requisitos como poseer la nacionalidad española y contar con un local, que puede ser de alquiler. Pero es motivo de exclusión tener relación con fabricantes o importadores de tabaco, mantener deudas con la administración pública, haber recibido sanciones por contrabando de tabaco o la retirada de una anterior licencia.

De las 203 nuevas licencias de expendedurías de tabaco que sacó a concurso el Ministerio de Hacienda en 2022, las ofertas más altas y con mucha diferencia se dieron en la Jonquera (Girona), localidad que ya es conocida como “el estanco de Europa”. El récord lo ostenta un empresario local que ofreció 7 millones de euros por abrir un nuevo estanco. Una multitud de franceses acude a diario a esta localidad fronteriza para comprar tabaco. Llegan en sus vehículos o en autocares atraídos por la diferencia de precio entre España y Francia. Aquí, los cigarrillos les cuestan menos de la mitad de lo que pagarían en su país.

La situación de La Jonquera nada tiene que ver con la del resto de ciudades. Por ejemplo, la oferta más elevada de toda la Comunidad de Madrid, incluida su capital, fue la de una empresaria de Rivas-Vaciamadrid, pero solo alcanzó los 355.000 euros. La mayoría de las ofertas cursadas en el conjunto de España se situaron por debajo de los 200.000 euros. Y las hubo de unos pocos miles de euros en localidades de pocos habitantes.

¿Qué gana un estanquero?

Lo que gane un estanquero depende del volumen de ventas: obtendrá un beneficio del 8,5% por un paquete de cigarrillos –si el cliente paga 5,5 euros, sacará 0,46 euros–; un 9% por los cigarros y otro 9,% por el tabaco de liar. Además, podrá vender otros productos como mecheros, filtros, papel de fumar, vapeadores, souvenirs… así como sellos e impresos oficiales. También puede colocar máquinas de vending de comida, bebidas o compaginar la actividad con la de un quiosco o expendedor de loterías (para ello también se requiere la correspondiente licencia).

Pero, ¿son rentables? El portal Infoestancos apunta que ello dependerá de su volumen de clientes y, en definitiva, de las ventas. Precisan que son muy restables los estancos situados en la frontera con Francia –caso de La Jonquera– o en las localidades turísticas de la costa precisamente por la mayor presencia de extranjeros. Añaden que en las grandes áreas metropolitanas suelen obtener unos ingresos “normales” pero que pueden encontrarse con dificultades en las poblaciones pequeñas o medianas. En la llamada España vaciada se han perdido licencias en los últimos años. Y recuerdan que los sellos han dejado de ser un negocio porque apenas se envían cartas. Según la Unión de Asociaciones de Estanqueros de España, existen cerca de 13.000 establecimientos.

Entre los titulares de estancos se encuentran inversores y autónomos que con ello han conseguido una ocupación. Pero no es imprescindible que los dueños de la licencia estén tras el mostrador porque pueden contratar el personal necesario para llevar el negocio.