Los aranceles del 25% anunciados por Donald Trump este lunes en el sector del acero y el aluminio son los primeros que afectan directamente a Catalunya. Pero probablemente no serán los únicos. Después de anunciar aranceles a varios países del mundo en varios sectores, las empresas europeas han reaccionado este lunes al anuncio del presidente de los Estados Unidos sobre los metales. Y los otros sectores miran con atención los próximos movimientos.

Catalunya exportó el año 2023 127,5 millones de euros en acero y aluminio, aunque esta cifra incluye también sus manufacturas, que el presidente de los Estados Unidos no ha dejado claras si estarán gravadas. Es el 3,5% del total de exportaciones catalanas en los Estados Unidos y solo un 0,1% de las exportaciones catalanas en el mundo, según informan fuentes de Acció, de que se ocupa de la actividad de las empresas catalanas al exterior. Sobre el total de aluminio y acero exportado por todo el mundo, las exportaciones catalanas en los Estados Unidos tan solo suponen de estos metales un 3,3% de todo el aluminio y el acero que lleva por todo el mundo.

Con respecto al Estado español, según la base de datos Comtrade, de las Naciones Unidas, el valor de las exportaciones de acero españolas del año pasado fue de 263 millones de dólares (unos 254 millones de euros). En relación con el aluminio, el 2024 España exportó 19.664 toneladas por un total de 132,93 millones de dólares (unos 128 millones de euros).

En líneas generales, las exportaciones españolas en los EE.UU. suponen un 2,3% del producto interior bruto (PIB) nacional, y el país es el sexto destino de nuestros productos en el extranjero y el segundo fuera de la Unión Europea (UE).

Inquietud en las empresas

La directora de la unidad de negocio internacional de Acción, Cristina Serradell, explica a ON ECONOMIA que están en contacto con varias empresas que muestran "inquietud" por la situación en los Estados Unidos. Concretamente, hay 3.109 empresas que exportan regularmente a la potencia norteamericana, con un volumen de exportación que llega a los 3.650 millones.

A la hora de abordar una solución, hay empresas que están convencidas de que su producto tiene un diferencial que hará que no le afecten tanto los aranceles, otros que buscan mercados alternativos y también las que deciden abrir sede y producir a los Estados Unidos con el fin de evitar así pagar las tasas que se puedan aprobar.

Los Estados Unidos son el séptimo destino de exportaciones catalanas y su volumen representa el 3,5% de lo que Catalunya vende a otros países, por lo cual la afectación no es crucial para la economía. "Ahora bien, hay una afectación indirecta. Exportamos piezas de automóvil en Alemania que después van en automóviles que van hacia los Estados Unidos" explica Serradell, movimientos que hacen difícil tener un cálculo exacto de cómo afectarán a los aranceles y más antes no se conozcan.

Otra de las soluciones que buscan a algunos exportadores es enviar el producto ahora o en los últimos meses, antes no se apruebe la política arancelaria. "Pero hay riesgo, porque puedes exportar producto que después no vendes. Nosotros lo que más exportamos es maquinaria, productos farmacéuticos, cosméticos y agroalimentarios, especialmente aceite, vino o queso. Y en el caso de la maquinaria, exportas según pedido, o sea que no lo puedes adelantar", explica Serradell.

Estudio caso a caso

Por todo eso, ante las particularidades de cada sector, producto y empresa, Acció apuesta por mirar caso a caso y ha puesto a disposición el programa Adáptate en los Estados Unidos para ayudar a hacerlo. "Nos planteamos preguntas como la importancia de los Estados Unidos en las exportaciones de aquel caso, la garantía de la cadena de aprovisionamiento y si pueden verse afectados también algunos proveedores. Habrá que ver también cuál es el importe de los aranceles para preguntar a cada empresa si se lo puede permitir, si puede repercutirlo a los precios, etc.", dice Serradell. "La otra opción es abrir una filial, que es lo que quiere Trump", añade. A la hora de buscar mercados alternativos, los europeos, que representan un 65% del total de exportaciones catalanas, son los más importantes. "México y Latinoamérica son otros mercados relevantes. También tratamos de expandirnos a Asia, pero la India, que por tamaño es atractiva, es complicada burocráticamente", explica Serradell.

Las empresas catalanas, de todos modos, ya son resilientes, según Serradell, que recuerda que ya tuvieron que recalcular rutas no solo con la invasión de Ucrania por parte de Rusia el año 2022, sino antes, cuando Putin invadió Crimea el año 2014.

Más allá de la afectación directa de los aranceles en las empresas catalanas, la decisión tiene que tener unas afectaciones macroeconómicas de carácter inflacionario. "Con la subida de la inflación, suben los tipos de interés y se frena el crecimiento", dice Serradell. Han hecho un cálculo que estima que el PIB catalán se podría reducir un 0,2% si los aranceles que se imponen son del 10%.