Licitaciones desiertas, concursos públicos con solo una o dos ofertas, presupuestos infravalorados, dependencia de los ciclos electorales... estas son las quejas de los empresarios catalanes de la construcción. Josep Gassiot, presidente de la Confederación Catalana de la Construcción (CCC), advierte que el sistema de concursos por el que se licitan las obras ha acabado siendo "ineficiente" y que muchos constructores optan por la "prevención" antes de invertir porque han salido escarmentados de anteriores crisis. También alerta de que sufren una falta de personal, aunque considera de que los salarios no son bajos.
En una conversación con ON ECONOMIA, Gassiot analiza una decena de problemas que afectan a este sector. Ingeniero químico e industrial, fundó y dirigió la empresa REHAC, especializada en rehabilitación, y ha desplegado una larga trayectoria en el asociacionismo empresarial. La Confederación Catalana de la Construcción reúne a las principales organizaciones empresariales del sector de la construcción.
Disolución de empresas. El año pasado se disolvieron 586 empresas promotoras o constructoras, que suponen el 26% del conjunto de empresas catalanas desaparecidas durante 2022. Mientras que las disoluciones aumentaron un 1,9% en el conjunto del tejido empresarial catalán respecto al año anterior, en el sector de la construcción lo hicieron en un 7,5%, según datos de la Cámara de Contratistas de Obras de Catalunya (CCOC). Sobre este fenómeno, Gassiot apunta que "muchas empresas han entrado en concurso y se han cerrado. La gente de la calle no es consciente de que te puedes arruinar haciendo obras. Y eso es cierto: si las obras son deficitarias, si pierdes dinero, cuántas más hagas, más perderás".
Inflación. Los incrementos de precios de materias primas y de la energía impactan en la ejecución de las obras desde 2021. "Los precios de materiales como el acero, el aluminio, la madera, los derivados del petróleo y la energía han incidido en el coste de construir y en las revisiones de precio. En eso, los esfuerzos del Gobierno han sido insuficientes e ineficaces. Los contratos de ejecución de obras se formalizan en una fecha y tienen un plazo de ejecución largo y los suministros se realizaron día a día con precios vigentes. Por razones presupuestarias, las revisiones de precios no han funcionado y aunque la legislación prevé revisiones con motivo del restablecimiento de 'el equilibrio del contrato' este criterio ha sido ignorado".
Crecimiento. Gassiot recuerda que la reconversión del sector a raíz de la crisis del 2008 se hizo sobre las mismas empresas constructoras y sus proveedoras, una gran parte de las cuales desaparecieron, a diferencia de otros sectores como el bancario, auxiliado con fondos públicos. "Aquello fue un drama, muchos empresarios perdieron el patrimonio y, ahora que se ha incrementado la actividad económica, todavía sienten pánico escénico a invertir más. Muchos te dicen 'no quiero volver a crecer porque eso me puede costar mucho dinero'. No tengo datos al respecto, pero es una sensación generalizada".
Falta de personal. Los empresarios de este sector se quejan de las dificultades para encontrar personal, aunque los salarios no son bajos. Por ejemplo, el convenio colectivo del sector de la construcción de la provincia de Barcelona, publicado en el BOE el enero pasado, establece una retribución de 24.334 euros brutos anuales para los "peones ordinarios", sin formación específica. "Tenemos dificultades para encontrar personal, no tanto respecto a arquitectos o proyectistas, pero sí con los encargados o jefes de obra, algunos con formación de arquitectos técnicos o ingenieros. ¡Y no hablemos de albañiles o peones!. También faltan instaladores y profesionales de varios oficios relacionados con la construcción". Apunta que uno de los motivos es "la mala imagen del sector, que provoca que no entren más trabajadores." La Confederación Catalana de la Construcción lleva a cabo una campaña para poner en valor al sector y sus oficios.
Ciclo electoral. La licitación de obras en Catalunya se incrementó en 2022 en un 34%, hasta los 3.964 millones de euros, pero cayó un 27% durante el primer semestre de este año por la finalización del ciclo electoral, según constata la CCOC. La proximidad de las elecciones, especialmente de las municipales, dispara la contratación el año anterior, pero después viene una ralentización. Además, los posibles cambios de gobierno también los afectan. "Hay proyectos que necesitan tiempo de maduración y, si en medio se produce un cambio de gobierno, a veces se frenan o se tiran atrás. No puede ser que haya proyectos que dependan tanto de la política porque las decisiones deberían ser técnicas". Apuesta por una "planificación de las infraestructuras y equipamientos consensuados con las necesidades de los ciudadanos".
Redacción de proyectos. Aunque parezca paradójico, las empresas de ingeniería o arquitectura concurren a concursos infravalorados y, a veces, se los llevan con bajas considerables. Gassiot recuerda el aforismo que dice que "aquello que no se paga en la fase de proyecto repercute en la fase de ejecución". "Los proyectos cuestan dinero y, si no están bien hechos, pasa lo de siempre: después habrá que reformarlos con el consecuente incremento de los costes de la obra". "Si el proyecto técnico no se paga adecuadamente y no se le destinan los recursos suficientes, saldrán proyectos malos". ¿"Cómo se puede adjudicar un proyecto con un 50% de baja sobre la valoración inicial"?, se pregunta.
Licitaciones desiertas. Según los últimos datos de la CCOC, desde enero de 2021 hasta junio de 2023, un total de 869 licitaciones quedaron desiertas, por un importe de 187,4 millones de euros, por los bajos precios de salida. Además, en el 43% de los concursos convocados solo concurre una o dos empresas, cuando una década antes se presentaba una media de 10. Gassiot señala que este fenómeno va a más porque las administraciones no han tenido en cuenta la inflación. "En una obra, pueden pasar meses mientras madura el proyecto y, a veces, la administración lo guarda en el cajón a la espera de que tenga presupuesto", hecho que provoca un desfase en los precios de salida. "¿Qué pasa cuando queda una obra desierta? Podría ser la de un hospital, de una escuela, y eso también afecta a la sociedad".
Órganos de contratación. Las administraciones están sometidas a una presión para optimizar los recursos públicos que puede resultar excesiva. "Y después hay otro problema grave que es el temor que pueden tener los gestores públicos a ser acusados de intereses particulares. La construcción se ha visto como una fuente de posibles corrupciones, no solo aquí sino en toda Europa. Por eso, los órganos de contratación a menudo evitan tomar decisiones basándose en valoraciones. Prefieren decidir con cifras, con datos objetivos, y no en valoraciones que dependan de juicios de valor. Hay una falta de criterio cuando solo se puede estimar el valor mediante algoritmos y eso lleva a decisiones ineficaces. Los juicios de valor deben ser razonados y justificables si se realizan correctamente". Advierte que "el sistema de las subastas ha acabado siendo perverso".
Ley de contratos. Gassiot propone una revisión de determinados aspectos de la Ley 9/2017 de Contratos del Sector Público, que se puso en marcha a instancias de la UE para favorecer la transparencia, pero que resulta "burocráticamente confusa". Considera que debería facilitar la innovación, la valoración de aspectos como la huella de carbono o los costes de todo tipo durante el ciclo de vida del producto". Reclama que los órganos de contratación introduzcan en los pliegos fórmulas de revisiones de precios para actualizar los contratos a los costes reales.
Asociacionismo empresarial. Gassiot considera que los empresarios y directivos más jóvenes han perdido interés por formar parte del tejido asociativo del sector. Indica que cuesta convencerlos para que se impliquen. "Antes, estar en una organización empresarial te daba un prestigio, pero ha llegado un momento, especialmente respecto a las pymes y a los jóvenes, en qué tienen en cuenta si ser miembro de una asociación tiene un retorno inmediato. Los viejos pensamos que así devolvemos a la sociedad todo lo que hemos ido aprendiendo. De alguna manera estamos haciendo una obra social: intentamos mejorar el sector, las condiciones económicas, que la gente trabaje bien".