La supervisión y las auditorías han vuelto a fallar, y por partida doble. Por un lado está la Reserva Federal (Fed), el banco central de Estados Unidos. "Debemos ser humildes, y llevar a cabo un análisis cuidadoso y exhaustivo sobre cómo hemos supervisado y regulado a este banco, y qué deberíamos aprender de esta experiencia", ha dicho este lunes el vicepresidente de Supervisión de la Fed, Michael Barr, en un comunicado. La institución monetaria anunció que está investigando la gestión y supervisión del banco californiano Sillicon Valley Bank (SVB) a raíz de su debacle, y publicará un informe con sus conclusiones el próximo 1 de mayo.
En segundo lugar vuelve a salir una de las 'big four'. La consultora KPMG dio el visto bueno a las cuentas de los bancos recientemente quebrados Silicon Valley Bank (SVB) y Signature Bank en sendas auditorías realizadas respectivamente hace 14 y 11 días, según informó este lunes The Wall Street Journal.
Las auditorías fueron para el ejercicio 2022, por lo que KPMG no estaba revisando las cuentas para el periodo actual en el que se han desarrollado los problemas, pero entre sus funciones está señalar los riesgos y otros asuntos relevantes al cierre contable, indica el diario. SVB tuvo un pico de depósitos en el primer trimestre de 2022 y estos cayeron un 13 % en los últimos nueve meses del año. En el ejercicio actual, divulgó el pasado 8 de marzo que los clientes estaban "quemando efectivo" a un nivel alto que se "incrementó más en febrero", agrega.
Los posibles errores de KPMG previsiblemente formarán parte de la investigación anunciada por la Reserva Federal sobre su propia supervisión de SVB. "Los sucesos relacionados con el Sillicon Valley Bank exigen un análisis exhaustivo, transparente y rápido por parte de la Reserva Federal", añadió, por su parte, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, en el escrito.
La consultora dijo al Journal que no puede comentar sobre auditorías específicas por cuestiones de confidencialidad, pero en su defensa declaró que no es responsable de los acontecimientos posteriores a sus análisis de cuentas.
El SVB anunció el pasado miércoles que buscaba una ampliación de capital para atajar dificultades financieras, lo que llevó a muchos depositarios a retirar sus fondos creando uno de los mayores pánicos bancarios en una década: el jueves intentaron sacar 42.000 millones de dólares, según indicó a los reguladores. Como consecuencia, las autoridades cerraron e intervinieron el banco el viernes por falta de liquidez.
Signature Bank, que tiene menos activos que SVB, también fue víctima de "pánico bancario" la semana pasada y fue cerrado e intervenido por los reguladores el domingo.
El Gobierno de EE.UU., el regulador bancario (FDIC, por su sigla en inglés) y el banco central presentaron el domingo un plan de emergencia para proteger los depósitos de ambas entidades y dijeron que los clientes podrían sacar su dinero este lunes. Aun así, el temor a una crisis financiera ha lastrado al sector bancario en EE.UU. y otros mercados, con fuertes caídas en bancos regionales como First Republic Bank, que hoy perdió casi el 62 % de su valor, y cuyas cuentas han sido también auditadas por KPMG, indica el Journal.