El grupo de infraestructuras energéticas Cox prevé debutar este viernes en Bolsa con una capitalización bursátil de unos 805 millones de euros, tras completar con éxito el proceso de ampliación de capital. Después de varios ajustes y retrasos, ya que inicialmente el estreno en el mercado español estaba previsto para este jueves, Cox fijó su salida a Bolsa un precio de 10,23 euros por acción, el importe mínimo de la horquilla de precios que barajaba --de 10,23 euros a 11,38 euros por título--.
La compañía fundada y presidida por Enrique Riquelme ha logrado suscribir su oferta de unos 175 millones de euros, con un greenshoe de aproximadamente 10 millones de euros adicionales. La colocación en Bolsa de Cox se ha producido en un entorno de mercado altamente complejo, aunque Cox se estrenará en el parqué con el apoyo de inversores nacionales e internacionales. En un comunicado, la compañía ha asegurado que este proceso que culmina "supone un espaldarazo al plan de negocio para los próximos años, refrendando el buen posicionamiento de la entidad a nivel global, así como la oportunidad de crecimiento".
La empresa cerró el miércoles alcanzando los suficientes inversores para cubrir su oferta pública de venta (OPV) de acciones con la que debutará en el Mercado Continuo. El martes, la compañía decidió también recortar el tamaño de su oferta pública inicial a unos 175 millones de euros, frente a los más de 200 millones de euros previstos inicialmente. En un suplemento del folleto, la compañía modificaba así el tamaño de su OPV, pasando a ofrecer entre 15,37 millones y 17,10 millones de acciones ordinarias, frente a los 17,57 millones y 19,55 millones de nuevas acciones iniciales. El grupo también decidió reducir en su oferta el tamaño de la opción de sobreadjudicación, el greenshoe, del 15% previsto inicialmente hasta un máximo del 10% de la oferta.
En octubre, Cox Energy también empezó a cotizar
A principios de octubre, Cox, en la que su filial Cox Energy ya cotiza en el BME Growth, comunicó al regulador bursátil su intención de dar el salto al mercado. Ahora lo hará en el Mercado Continuo con la sociedad holding, anterior Coxabengoa, después de integrar los negocios productivos del grupo Abengoa, y que fue rebautizada como Cox. El de Cox será el segundo debut en el mercado español esta semana, tras el de este martes de Inmocemento, la nueva empresa con sede social en Barcelona que agrupa los negocios inmobiliarios y de cemento de FCC.
Actualmente, el presidente y fundador del grupo, Enrique Riquelme, es el principal accionista con el 77,85% del capital, y tras la oferta, reducirá su posición hasta el 63,1%. "Estamos ilusionados de dar este importante paso, el anuncio de hoy supone un hito importante en la trayectoria de crecimiento de la compañía. A pesar de la dificultad del mercado de salidas a Bolsa, la demanda de los inversores reflejada en el precio de la oferta es prueba del valor que los inversores ven en nuestra estrategia y trayectoria, así como en las perspectivas de crecimiento que tenemos por delante en los sectores del agua y la energía", ha destacado Riquelme.
La empresa no prevé dividendos en los próximos tres años
En el folleto, Cox ha apuntado que, en el corto plazo, tiene la intención de destinar los flujos de caja generados a continuar con el crecimiento del negocio, y no prevé distribuir dividendos durante los próximos tres años. Así, a la fecha del folleto, el grupo ha añadido que aún no ha establecido una política de dividendos específica y que, tras ese periodo de tres años, evaluará si la introduce, dependiendo de sus resultados futuros y sus necesidades de financiación.
En 2023, Cox registró un resultado bruto de explotación (ebitda) de 103 millones de euros y unos ingresos que alcanzaron los 581 millones de euros. El flujo de caja operativo ajustado positivo del grupo se situó en los 37,4 millones de euros para el año terminado en el 31 de diciembre de 2023. En el primer semestre de este año, la empresa obtuvo unos ingresos de 306 millones de euros y un ebitda de 81 millones de euros y registró un fuerte aumento de su backlog -contratos firmados pendientes de ejecución-, que se situó en los 1.600 millones de euros, con un margen estimado de ebitda del 11,7%.