Credit Suisse, la segunda mayor entidad bancaria de Suiza, sigue envuelta en una crisis que comenzó hace dos años y de la que, por el momento, no parece que vayan a salir. Pese a que el director general de la compañía, Ulrich Körner, trató de calmar las aguas en el último trimestre del pasado ejercicio, el mercado aún siente un problema financiero en la que es una de las firmas más importantes del sistema bancario europeo. Y en esas, este martes, la compañía afirma haber detectado lo que en las empresas denominan “debilidades materiales”. Básicamente, Credit Suisse afirma haber hecho un control ineficaz de los estados financieros de la compañía, algo que, de no subsanarlo, podría traer consecuencias peores.
Cabe destacar que la compañía helvética tiene problemas de liquidez. De hechos, el mercado se hacía a la idea del hundimiento de la entidad bancaria. Ahora, la firma suiza confirma no haber controlado de una manera eficiente la información financiera de la misma, algo que, de un modo u otro, agranda aún más la crisis en la que se encuentra inmersa desde hace dos años. Pese a que la compañía ha confirmado la detección de una “debilidad material”, también han añadido que están desarrollando un plan de fortalecimiento del marco de control y riesgo.
Pese a esto, al mercado aún le quedan demasiadas dudas de sí la compañía bancaria será capaz de enmendar este error, y más con un contexto como el actual, en el que la susceptibilidad inversora ha crecido más que nunca con la reciente quiebra de Silicon Valley Bank. El hundimiento del banco estadounidense ha conmocionado a los mercados de valores globales y, concretamente, ha salpicado a todas las entidades bancarias por igual, indistintamente de si son solventes, o no. En el caso de Credit Suisse, y con todos los problemas que arrastra, la información emitida este martes acerca del ineficaz control sobre la información financiera se antoja como una nueva carga en una mochila que desde hace tiempo pesa demasiado.
Credit Suisse se anota unas pérdidas de 7.381 millones de euros
El banco suizo retrasó la semana pasada la publicación de su informe anual correspondiente a 2022, después de haber sido apercibida por la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) sobre cuestiones técnicas. Tras haber finalizado las conversaciones con el supervisor estadounidense, la compañía ha revelado sus cuentas correspondientes al anterior ejercicio, en las que se han apuntado unas pérdidas netas de 7.381 millones de euros. De esta forma, Credit Suisse no solo confirma las cuentas en negativo por segundo ejercicio consecutivo, sino que, además, las cuatriplica. El banco helvético cerró 2021 con unas pérdidas de 1.670 millones de euros.
Ahora, la compañía con sede en Zúrich confirma que la evaluación realizada por el consejo de administración ha concluido en que el control interno sobre la información financiera “no es efectivo”. Cabe destacar que esta “debilidad material” podría incidir sobre los estados financieros de Credit Suisse. Para más inri, el auditor de las cuentas de la compañía, PricewaterhouseCoopers (PwC) ha señalado que el banco suizo no diseñó ni mantuvo un proceso efectivo de evaluación de riesgos para identificar y analizar el riesgo de incorrecciones materiales.
Estos errores a la hora de estimar los riesgos y el descontrol de la información financiera se han convertido en dos nuevas losas para una compañía que no viene gozando de la mejor salud financiera en los últimos años. Tal y como señala Joaquín Robles, analista de XTB, “Credit Suisse registró retiros de clientes por más de 112.000 millones de euros en el cuarto trimestre debido a la precaria situación y a una serie de escándalos”.
Credit Suisse cae más de un 81% en Bolsa en los últimos dos años
Las debilidades financieras se han extrapolado al mercado de valores, dónde Credit Suisse mantiene la tendencia bajista desde principios de año, marcando una caída superior al 23%. Además de por sus problemas estructurales, el banco suizo ha cedido por el negativismo proveniente del sector bancario estadounidense, el cual ha pasado a un primer plano tras la quiebra de Silicon Valley Bank y de Signature Bank. Pese a que los Gobiernos internacionales han hecho alarde de que los sistemas bancarios son sólidos, los inversores no terminan de creerlo.
Esto también se ha marcado en la cotización de Credit Suisse, que ha conjugado los descensos generados por su estado de salud financiero con la elevada susceptibilidad inversora generada por las dudas en el sector bancario. Cabe destacar que la entidad bancaria suiza cede más de un 81% desde marzo de 2021.