Credit Suisse ha celebrado su junta de accionistas este martes. El banco que lo ha comprado, UBS, se verá las caras con sus inversores el miércoles. Se daba por hecho que estos encuentros iban a estar llenos de tensión después de la fusión acelerada de estas dos entidades, y así ha sido. La cúpula directiva de Credit Suisse ha pedido disculpas insistentemente a los accionistas del banco por no haber logrado evitar el colapso de la entidad. También ha defendido que la precipitada fusión con UBS era la única alternativa para evitar una catástrofe, no sólo para Suiza, sino para la economía mundial.
Según recoge Europa Press, en su intervención ante la junta general de accionistas, el presidente del banco, Axel P. Lehmann, lamentaba no haber tenido el tiempo suficiente para darle la vuelta a la situación del banco y "volver a encarrilarla". El ejecutivo aseguraba que este martes es "un día triste", ya que será la última junta del banco, que pasará a finales de año a integrarse en UBS.
"Lo siento de verdad. Pido disculpas porque ya no pudimos detener la pérdida de confianza que se había acumulado a lo largo de los años y por decepcionarlos", añadía. En este sentido, el presidente de la entidad suiza aseguraba que tenía confianza en poder cambiar Credit Suisse, "hasta el comienzo de la fatídica semana de marzo", pero las subidas de tipos de interés, la inflación y la volatilidad del mercado sacudieron la confianza y, tras los problemas relacionados con los bancos estadounidenses, hubo temores de un contagio mundial. Lo que hizo que UBS terminara comprándola por 3.250 millones.
"Las redes sociales y la digitalización avivaron las llamas de este miedo" aseguraba. A pesar de luchar hasta el final para encontrar una solución, "en última instancia, solo había dos opciones: acuerdo o bancarrota". El número uno de Credit Suisse entiende que la fusión "tenía que pasar" y que los términos tenían que ser aceptados, porque la única alternativa habría sido una reestructuración bajo la ley bancaria suiza. Y esto "habría llevado al peor de los escenarios", explicaba, refiriéndose a la pérdida total para los accionistas y riesgos impredecibles para los clientes, además de graves consecuencias para la economía y los mercados financieros mundiales.
De este modo, Lehamnn aseguraba que, de acuerdo con el deber de proteger los intereses de los accionistas y brindar seguridad a los clientes, la directiva de Credit Suisse aprobó la transacción, para restaurar la claridad, la seguridad y la estabilidad. En esta línea, el consejero delegado de Credit Suisse, Ulrich Körner, también lamentaba no haber conseguido a tiempo el plan para devolver el banco a su posición. "Nos quedamos sin tiempo y esto me llena de tristeza", reconocía.
"La fusión con UBS fue la única opción factible"
También recordaba que el banco se había debilitado significativamente por las salidas de fondos registradas en octubre de 2022 "como resultado de rumores y especulaciones infundados". A su juicio, la entidad era "particularmente vulnerable en ese momento", refiriéndose a la situación registrada a raíz del colapso de Silicon Valley Bank y Signature Bank en Estados Unidos, que causó conmoción en todo el mundo y provocó una pérdida dramática de confianza en la industria financiera mundial, ha señalado.
"Nos vimos obligados a actuar con rapidez y decisión. Ya no teníamos elección", ha defendido, asegurando que el colapso de Credit Suisse "habría sido catastrófico no solo para Suiza sino para la economía mundial". "Al final, la fusión con UBS fue la única opción factible", reconocía. A este respecto, el presidente de Credit Suisse, añadía que lo importante ahora era mirar hacia adelante y trabajar con la directiva de UBS durante el tiempo que sea necesario para garantizar que se encuentren las mejores soluciones posibles para los empleados.
"Estamos comprometidos a gestionar este proceso de forma transparente y a mantener la incertidumbre lo menos posible". El presidente de Credit Suisse espera que bajo el nuevo UBS puedan expandir y fortalecer significativamente su posición de liderazgo como administrador de riqueza global con sede en Suiza.