Tras dos días de infarto, Credit Suisse ha anunciado esta madrugada que va a solicitar al banco central suizo 50.000 millones de francos suizos (unos 50.700 millones de euros) para “fortalecer de forma preventiva su liquidez”. El que es el segundo banco más grande del país helvético firmó durante la jornada de ayer un desplome bursátil sin precedentes. Todo saltó por los aires después de que el Banco Nacional de Arabia Saudí, máximo accionista de la compañía suiza, anunciase que iba a dejar de inyectar capital en Credit Suisse debido a las maltrechas cuentas y porque de seguir haciéndolo superarían el 10% del accionariado.
Con esta noticia, los inversores de Credit Suisse entendieron que el que hasta ahora venía siendo el comodín del banco para que este funcionase con normalidad, también se había borrado. Tras ello, la compañía vivió una jornada con continuos descensos en el mercado de valores helvético, dónde fue suspendido de cotización de forma temporal para evitar males mayores. Pese a esto, y sumado con el nerviosismo que hay en el sector bancario europeo tras la quiebra de SVB, la caída de Credit Suisse ha encendido todas las alarmas, algo que se ha palpado en las Bolsas europeas, las cuales se volvieron a teñir de rojo en una jornada que para muchos ha pasado a llamarse el ‘miércoles negro’.
Credit Suisse busca fortalecer su liquidez
En lo que respecta al banco con sede en Zúrich, este se depreció hasta su mínimo histórico en Bolsa. Atendiendo a la caída de la pasada jornada (hasta que suspendió la cotización del valor), Credit Suisse acumula un descenso anual superior al 41%. Además de ello, la firma liderada por Ulrich Körner cuenta con una posición financiera delicada. De hecho, tal y como informó ON ECONOMIA el pasado martes, la compañía suiza afirmó haber hecho un uso poco eficiente de la información financiera, generando lo que en el entorno empresarial se conoce como “debilidad material”.
Ante una situación así, en la que uno de los bancos de mayor renombre de Europa se está viendo apretado tanto financieramente como bursátilmente, a Credit Suisse no le ha quedado otra que solicitar un rescate al Banco Nacional Suizo. “Credit Suisse está tomando medidas decisivas para fortalecer de forma preventiva su liquidez con la intención de ejercer su opción de pedir prestado al Banco Nacional Suizo (SNB) hasta 50.000 millones de francos suizos (54.000 millones de dólares) en el marco de un Servicio de Préstamo Cubierto, así como un servicio de liquidez a corto plazo, que están totalmente garantizados por activos de alta calidad", ha comunicado esta madrugada el banco helvético.
El Banco Nacional Suizo garantizó su apoyo a Credit Suisse
Después de los dos días caóticos que ha protagonizado Credit Suisse, esta entiende que la mejor manera de estabilizar a corto plazo su situación financiera es solicitando un rescate al Banco Nacional Suizo. Por su parte, el organismo central recalcó durante la jornada de ayer que tendería su mano a la entidad bancaria si fuera necesario, pero también destacó que la entidad bancaria cumple con todos los requisitos de liquidez y capital. “Los estrictos requisitos de capital y liquidez aplicables a las instituciones financieras suizas garantizan su estabilidad. Credit Suisse cumple con todos ellos”, señaló el BNS en una nota emitida ayer.
Pese a que el banco es solvente de cara a las autoridades suizas, este no ha desaprovechado la oportunidad de solicitar al banco central del país con capital en Berna un rescate que asciende hasta los 50.700 euros después de que en la jornada anterior se derrumbase y perdiese el apoyo de su máximo accionista y, seguidamente, del resto de inversores tanto particulares como institucionales que entienden que la situación de Credit Suisse es compleja.
Una crisis que azota a todo el sector
Tal es calado de la crisis de la compañía dirigida por Körner que esta ha azotado al resto de bancos europeos y, por si fuera poco, parece haber sembrado las dudas en el Banco Central Europeo en lo que respecta a la decisión monetaria que tendrá que tomar a lo largo del día. Pese a que el consenso de mercado cree que el BCE no se saldrá de su hoja de ruta, los analistas coinciden en que, tras los recientes acontecimientos, no las tienen todas consigo y valoran la opción de que la institución presidida por Christine Lagarde eleve los tipos por debajo de lo estimado.
Los días más difíciles para Credit Suisse en sus 167 años de historia han llegado en un momento en el que la susceptibilidad en torno al sector bancario ha crecido como nunca tras la reciente quiebra de Silicon Valley Bank y de Signature Bank, las cuales han tambaleado los cimientos del sistema financiero de Estados Unidos y ha transmitido un temor a un efecto contagio que se ha dejado sentir en el mercado europeo. Este punto también es importante para entender el colapso bursátil que vivió Credit Suisse en la sesión de ayer.