La Justicia hongkonesa ha ordenado este lunes la liquidación del endeudado gigante inmobiliario chino Evergrande al fallar a favor de sus acreedores tras más de año y medio de aplazamientos mientras la compañía trataba de acordar un plan de reestructuración para su deuda extraterritorial ('offshore'). El diario local South China Morning Post apunta que Evergrande, con un pasivo cercano a unos 330.000 millones de dólares (304.327 millones de euros), todavía puede recurrir la decisión judicial.

La misma juez que ha dictado la sentencia y que había otorgado hasta ahora siete aplazamientos -el último de ellos, en diciembre, contra todos los pronósticos- a Evergrande, Linda Chan, presidirá una sesión a las 14.30 hora local (06.30 GMT) para nombrar un administrador judicial provisional para la compañía. "La vista ha durado un año y medio y la compañía todavía no ha logrado presentar una propuesta concreta de reestructuración. Creo que es hora de que el tribunal diga que ya basta", ha indicado Chan.

Según las normativas sobre liquidación de Hong Kong los liquidadores provisionales tomarán ahora el control de la dirección de la compañía y gestionarán sus asuntos, lo que incluye las negociaciones con acreedores sobre la reestructuración de la deuda y el control de los activos y sus libros y registros contables, recoge EFE.

¿Reconocerá China la orden?

En los minutos posteriores a conocerse la noticia, las acciones de Evergrande en la Bolsa de Hong Kong se han desplomado más de un 20%, mientras que las de su filial dedicada a vehículos eléctricos, cotizadas en ese mismo parqué, perdían más de un 18%. Así, el gigante inmobiliario chino y sus dos filiales cotizadas en la Bolsa de Hong Kong detuvieron la negociación de sus acciones minutos después de conocerse que la Justicia hongkonesa había ordenado la liquidación del grupo, ya que estaba provocando un fuerte desplome en el valor de los títulos.

La prensa internacional había advertido, que las últimas rondas de negociaciones de Evergrande con sus principales acreedores habían finalizado en ruptura y que, en consecuencia, estos habían decidido apoyar la petición de liquidación presentada a mediados de 2022 por un inversor local por el impago de unos 110 millones de dólares en concepto de recompra de acciones.

El año pasado, Evergrande aseguró, citando un análisis de Deloitte, que la tasa de recuperación para los inversores en caso de una liquidación rondaría un 3,4%. Además, algunos analistas plantearon la duda de si una hipotética liquidación ordenada por la Justicia hongkonesa sería reconocida en la China continental, donde el grupo tiene la mayoría de sus activos.

"El mercado prestará atención a qué pueden hacer los administradores judiciales (...), especialmente a si serán reconocidos por cualquiera de los tres tribunales establecidos en la República Popular China bajo el acuerdo de 2021 sobre cooperación en casos transfronterizos de insolvencia entre la China continental y Hong Kong", apunta Lance Jiang, socio de Ashurst LLP, según cita el South China Morning Post.

"Los administradores judiciales tendrán un poder de ejecución muy limitado sobre los activos 'onshore' (situados en la China continental) si no logran ese reconocimiento", apunta el experto.

La crisis se agrava

Evergrande entró en impago hace más de dos años tras sufrir una crisis de liquidez por las restricciones impuestas por Pekín a la financiación de promotoras con un alto nivel de apalancamiento, tras lo que fue intervenida por las autoridades chinas. Desde entonces, la mayor promotora inmobiliaria de China ha estado tratando de deshacerse de activos consiguiendo la mayor cantidad de dinero posible mientras negociaba un plan para reestructurar su deuda.

Evergrande, que acumula casi 20.000 millones de dólares (18.444 millones de euros) de deuda extraterritorial ('offshore') impagada, ha suspendido en varias ocasiones las votaciones sobre sus propuestas de reestructuración: la última fue en septiembre, cuando reconoció que sus ventas estaban evolucionando peor de lo esperado y anunció que no podía seguir emitiendo nueva deuda a través de su principal subsidiaria en China.

Además, el grupo se ha visto sumido en una nueva crisis después de que su fundador y presidente, Xu Jiayin, fuese puesto bajo una especie de arresto domiciliario por "sospechas de actividades ilegales".

Se estima que Evergrande tiene todavía que terminar de construir y entregar viviendas vendidas sobre plano por valor de unos 604.000 millones de yuanes (77.557 millones de euros), siendo este uno de los factores no financieros que más preocupa al Gobierno chino debido a sus posibles implicaciones para la estabilidad social, ya que los bienes inmuebles son uno de los principales vehículos de inversión de las familias del país.

En total, Evergrande cuenta todavía con más de 1.200 promociones en diferentes estados de progreso. Uno de los grandes causantes de la reciente ralentización de la economía china es precisamente la crisis del sector inmobiliario, cuyo peso sobre el PIB nacional -sumando factores indirectos- se estimaba en torno a un 30%, según algunos analistas.

El CEO de Evergrande asegura que "cooperará" con la justicia 

El consejero delegado de Evergrande, Shawn Siu, ha asegurado este lunes que la compañía "cooperará" con los administradores judiciales "en los procedimientos pertinentes con arreglo a la ley" después de que la Justicia hongkonesa ordenase la liquidación del grupo.

Siu, citado por el diario económico chino 21st Century Business Herald, mostró su "máximo pesar" ante la decisión, pero avanzó que Evergrande "se comunicará de forma activa con los administradores judiciales" y "promoverá tareas clave como garantizar la entrega de viviendas (vendidas sobre plano)".

Evergrande, que todavía puede recurrir la decisión judicial, "afrontará las dificultades y los problemas de frente, tomará todas las medidas legales y promoverá la operativa normal de los negocios del grupo, al tiempo que protegerá los derechos e intereses legítimos de los acreedores locales y extranjeros", agregó el directivo. 

Entre tanto, el regulador chino del mercado de valores, la CSRC, ha anunciado que suspenderá a partir de este lunes los préstamos de acciones restringidas para "reforzar la supervisión de las ventas en corto" y tratar así de estabilizar los mercados bursátiles del país ante las turbulencias de los últimos días.

Las acciones restringidas son títulos sujetos a condiciones de venta o transferencia, habitualmente relacionadas con el tiempo o el cumplimiento de objetivos por parte de su titular, y generalmente son entregados por las empresas a sus empleados por como parte de su compensación. El regulador también anunció que limitará la eficiencia de ciertos préstamos de valores en el mercado de refinanciación de valores a partir del 18 de marzo.