La planta del fabricante de los clics de Playmobil en España, ha bajado la persiana este lunes, tras 48 años de historia. La filial española de la marca, perteneciente al grupo alemán Horst Brandstätter, tenía hace un año una plantilla de 80 empleados en las instalaciones de la población alicantina de Onil, y daba trabajo a diversas compañías auxiliares de la zona dedicadas a la inyección de plástico para fabricar múltiples piezas para la multinacional, en conocido como 'valle del Juguete' de Alicante.
La fábrica española ha sido una de las víctimas del plan de reestructuración que el grupo ha aplicado en todo el mundo, después de la crisis de ventas que arrastra desde el impacto de la pandemia del coronavirus y de la pérdida de demanda, ante el boom de otras marcas de juguetes. En octubre de 2023, el grupo anunció que eliminaría 700 empleos hasta 2025, el 17% de los 4.100 empleados que la compañía tenía en todo el mundo. Unos 369 de esos empleados se perderán en Alemania.
Estos problemas ya derivaron en un primer expediente de regulación de empleo (ERE) a mediados del pasado año. La empresa germana inició la deslocalización de la producción para pasarla a otros centros de producción del grupo con costes inferiores, según defendió en su momento. De hecho, una parte de la maquinaria ya fue trasladada a Túnez a mediados de 2023 y se despidió a una parte de la plantilla destinada a las líneas de producción, de manera que desde España se limitaba ya a la distribución de productos. Esta actividad daba empleo a unos 18 trabajadores a los que ahora también se ha aplicado un segundo ERE. El pasado año, la división española de Playmobil cerró el ejercicio con unas ventas 40,7 millones de euros frente a los 54,5 del año anterior, un 25,4% menos, lo que también se tradujo en un recorte prácticamente a la mitad de sus beneficios, desde los 2,2 a los 1,2 millones de euros.
Competencia y gestión
En el sector se analiza la evolución de la compañía en los últimos cinco años, estrechamente vinculada a la gestión que ha realizado Steffen Höpfner, que asumió la dirección con la muerte en 2015 del fundador e ideólogo de la marca, Horst Brandstätter, en 1974. Dos años más tarde, en 1976, los clics llegaron a España, con un acuerdo con el fabricante local Famosa. La gestión de Steffen Höpfnerel al frente de la compañía ha sido calificada de nefasta porque llegó a 'evaporar' los 35 millones de ganancias que obtenía el grupo en 2019. Entre otras causas, detrás está el fracaso cinematográfico del largometraje de animación con figuras de Playmobil estrenada en 2019, Playmobil: The Movie, con el que la compañía quería plantar cara a su principal competidor en el juego infantil, Lego; además de la marca Barbie. El grupo atribuyó a la caída de las ventas, más el incremento de los costes a raíz de la guerra de Ucrania y el alza de la factura energética, buena parte de los descensos en los márgenes. Asegura además que la reducción de la natalidad, especialmente en Europa, afecta directamente a su demanda. Aspectos todos ellos que la marca ha intentado compensar con la alternativa de promocionar el segmento del coleccionismo, creando líneas orientadas a despertar la nostalgia de los padres de hoy en día. Sin embargo, los resultados no han sido los esperados.