La familia Sanahuja llegó a las primeras posiciones de los rankings de los más ricos de España con la burbuja inmobiliaria, sin embargo, cuando reventó, diversas de sus empresas se declararon en concurso de acreedores. Y no volvieron a las listas de grandes fortunas –concretamente a la de El Mundo, de los 200 más ricos– hasta el pasado febrero, casualmente poco antes de que otra de sus empresas, la propietaria del centro comercial Màgic Badalona, presentara suspensión de pagos con una deuda de 44 millones de euros. Si se repasan las hemerotecas, parece que los Sanahuja han sido más protagonistas de la crónica de tribunales que de la económica.

Concursos de acreedores –entre los que está el de Sacresa, que en 2010 fue el tercero más importando de la historia de España si bien lo levantaron dos años después–, pleitos por reclamaciones fiscales, sanciones por uso de información privilegiada, juicios por responsabilidad civil, por pago de comisiones millonarias... o incluso, un accidente de tráfico con víctimas mortales aparecen en las crónicas de los 80 años de esta estirpe empresarial.

El fundador, Romà Sanahuja Bosch (Vila-sana, 1907­ – Valldoreix, 1997), tuvo tres hijos (los hermanos Sanahuja Pons) que han dado lugar a las tres actuales ramas familiares: Juan (rama Sanahuja Maymó), Romà (Sanahuja Escofet) y Ángeles (Roca Sanahuja). Estas tres ramas aparecen en varias sociedades, a veces juntos, aunque no necesariamente con la misma participación y, en otras, por separado. Una fuente próxima a la familia recuerda que son discretos, atrevidos, pero con caracteres y trayectorias muy diferentes.

Precisamente, el fundador, huérfano de padre desde pequeño, se puso a trabajar en la charcutería familiar antes de dedicarse a los trabajos de albañil en Mollerussa (Lleida) y en los pueblos de los alrededores. En los años treinta del siglo pasado se instaló en Barcelona. Durante el desarrollismo franquista hizo fortuna con la construcción de un tipo de viviendas que en la época se denominaban 'casas baratas'. Uno de los barrios donde promovió más pisos fue el Turó de la Peira, que cuatro décadas después sería el epicentro del caso del cemento aluminoso. Fue el fundador de Sacresa (Sociedad Anónima de Construcciones Reunidas Sanahuja), la promotora familiar.

La segunda generación, liderada por Romà Sanahuja Pons (1939, en la fotografía superior), todavía aumentó más la dimensión del imperio familiar en unos años en los que se estaba hinchando la burbuja inmobiliaria. Este llegó a presidir Metrovacesa, cuando era la primera promotora española, y dos de sus hijos -Javier y Román Sanahuja Escofet- se sentaron en su consejo de administración. En 2006, Romà Sanahuja Pons lanzó una opa por sorpresa para tomar el control de Metrovacesa, cuando estaba presidida por Joaquín Rivero, que pasó de amigo a enemigo para volver, finalmente, a recomponer la relación. Incluso se fueron juntos a las islas Seychelles, cada uno con un Falcon, en un polémico viaje por las Navidades del 2007 cuando faltaba poco para que todo se fuera al garete.

Para alcanzar la presidencia de Metrovacesa endeudó tanto a sus empresas (unos 5.000 millones de euros) que, una vez estalló la crisis inmobiliaria, sin posibilidad de obtener nuevos créditos bancarios, se vio obligado a los concursos de acreedores. Primero, el de Sacresa, que era la principal accionista, y a continuación otras sociedades de la familia.

Sacresa protagonizó en 2010 la tercera suspensión de pagos más importante de la historia española hasta aquel momento, con una deuda inicial de 1.800 millones de euros, después de la de Martinsa –liderada por Fernando Martín, que fue presidente del Real Madrid- y la catalana Habitat –de la familia Figueras-. Aunque consiguieron levantarla dos años después, con una quita bancaria sorprendente, aquí no se acabaron los problemas para el jefe de la familia Sanahuja.

Cartera de obras

A través de Sacresa o de otras empresas familiares, los Sanahuja han emprendido destacados proyectos inmobiliarios, pero, habitualmente, no los han ejecutado en solitario sino acompañados por potentes grupos empresariales. Entre otros proyectos, están detrás de la construcción de Illa Diagonal (a través de la empresa Indicesa L'Illa) que se inauguró a finales de 1993 como centro comercial que incluye un espacio para convenciones, hotel y oficinas. El edificio diseñado por Rafael Moneo y Manuel de Solà-Morales simula uno rascacielos tumbado en el suelo.

También promovieron el centro comercial Las Arenas, de la plaza España, que abrió en 2011 después de recuperar la fachada circular de estilo neomudéjar de la antigua plaza de toros. Las obras se prolongaron durante ocho años a causa de los problemas del promotor por la crisis inmobiliaria.

En su cartera histórica de proyectos está el derribo del antiguo estadio de Sarrià del RCD Español y su posterior promoción residencial, la urbanización del viejo hospital de Sant Joan de Déu de les Corts o la Torre Milenium de Sabadell. Incluso, en 2007, cuando estaban en el cenit, compraron el edificio del banco HSBC, en Londres, por 1.500 millones de euros. Pero cuando empezó la caída se desprendieron de activos, incluida una participación del 25% del hotel W (actualmente, Vela) que acabó en manos de Liliana Godia como compensación por una deuda contraída con las acciones de Metrovacesa.

Uno de sus proyectos más ambiciosos es el plan Caufec, que se ha identificado también con los nombres de Puerta Barcelona, Finestrelles... en el que entraron en el año 2000 y que todavía están desarrollando. Recientemente, Sacresa firmó un acuerdo de financiación con Banco Santander para levantar la Tower One, un edificio residencial de 25 plantas en el sector de Finestrelles, con un presupuesto superior a los 60 millones de euros. Se trata de un proyecto llaves en mano para Aparto, del grupo Hines.

Asuntos judiciales

Respecto a la crónica judicial, la primera referencia data de 1958. Roger Vinton relata en La gran telaraña (Librooks, 2019) que Juan Sanahuja Pons –hijo del fundador– atropelló con su vehículo cuatro jóvenes peatones en Sant Just Desvern con el resultado de dos víctimas mortales. Uno de los fallecidos era Enrique Godó Muntañola (1937-1858), hermano del actual Conde de Godó y editor de La Vanguardia. Por este hecho, el conductor fue juzgado y condenado con prisión, según apunta el autor del libro.

A principios de la década de los noventa, la promotora de los Sanahuja se enfrentó a un juicio junto con otros acusados a raíz del hundimiento de los pisos del número 33 de la calle Cadí, del barrio del Turó de la Peira, por culpa del cemento aluminoso. El juez decretó el sobreseimiento de la causa en 1993, pero eso no evitó un perjuicio en la imagen de los Sanahuja, que habían promovido unos 3.800 pisos en aquel barrio.

En 2014, la sala del Contencioso Administrativo del Tribunal Supremo confirmó la multa de 210.000 euros a Romà Sanahuja Pons que le impuso el Ministerio de Economía cuatro años antes por uso de información privilegiada en la compra de acciones. Además, han batallado judicialmente con Hacienda y las empresas del grupo han aparecido en ocasiones en la lista de morosos. Una de estas, Sacresa Terrenos 2 SL, administrada por dos hermanos Sanahuja Escofet, aparece en la última lista de deudores de la Agencia Tributaria Catalana.

Según recogen las hemerotecas, Romà Sanahuja Pons reconoció en 2015 haber pagado un soborno de 4 millones de euros a Unió Mallorquina, el partido liderado por Maria Antònia Munar, que supuso el final de su carrera política. Este caso estaba relacionado con la promoción en Can Domenge, en Palma, de un nuevo barrio de 600 viviendas. Sacresa se llevó el terreno, de titularidad pública, por 30 millones de euros aunque el grupo Núñez i Navarro había ofrecido el doble y, por eso, lo denunció a los tribunales. Sacresa no consiguió ejecutar la obra porque entró en concurso y el solar fue embargado.

Dentro de la crónica negra empresarial, la semana pasada se hizo público el concurso de acreedores de la empresa Vila de Badalona, propietaria del centro comercial Màgic, que se inauguró en 2008 al lado del pabellón de baloncesto del Joventut. Como administradores aparecen Román, Juan Manuel y Javier Sanahuja Escofet, tres de los seis hijos de Romà Sanahuja Pons. El Juzgado Mercantil número 7 de Barcelona se encarga de los trámites del concurso. Esta situación no pone en peligro la continuidad del centro comercial, ni de las tiendas que operan en el recinto, pero si supone un nuevo tropiezo para la familia.

La mujer más destacada

Maria Àngels Sanahuja Pons (1948), hija del fundador, economista formada en Estados Unidos, ha participado en los consejos de las empresas del grupo y todavía aparece en lugares relevantes como en la sociedad propietaria de la Illa Diagonal. Pero también ha destacado como activista de la lucha contra el cáncer: es cofundadora de Liga Catalana de Ayuda Oncológica (Oncolliga), que presta apoyo a los enfermos, y donó 4,4 millones de euros para construir una nueva unidad de cáncer de mama en el Hospital Vall Hebron, que se abrió en el 2008.