El ministro de Economía se opone por activa y pasiva a la opa hostil del BBVA sobre el Sabadell. Desde que el banco que preside Carlos Torres anunció la operación el pasado mes de mayo, Carlos Cuerpo ha advertido que el gobierno español es quien tiene la última palabra y en la medida de lo posible, impedirá que salga adelante. Advierte que la concentración bancaria ya es muy elevada y observa falta de competencia, una situación que solo empeoraría si hay un banco menos en el mercado.

Este lunes también se opuso, pero en esta ocasión en presencia del propio Torres y en un foro patrocinado precisamente por el banco. La expectación era máxima, se trataba de la primera vez que los dos líderes se sentaban en la misma mesa dispuestos a responder preguntas sobre la opa desde que se conocieron los planes del BBVA. Sin embargo, no es la primera vez que los líderes coinciden.

Cuerpo y Torres, de hecho, ya coincidieron la semana pasada en un foro económico organizado en Madrid por el BBVA con motivo de la visita del presidente turco Erdogan a Madrid. La foto que compartieron entonces fue de gesto amable, aunque ahí no hubo preguntas sobre la opa. En este retrato también estaba el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez.

Torres incluso aprovechó el encuentro para felicitar a los miembros del gobierno central por la buena marcha de la economía española y mostrar ante la prensa que la relación es cordial y amigable; El foro de este lunes era distinto, se celebraba en Santander -como cada año- con motivo del inicio de los cursos de verano que la UIMP celebra en Santander y los asistentes son mayoritariamente periodistas financieros. La cita era para hablar del “rol de las empresas en la nueva economía”, aunque en el turno de preguntas predominaba una cuestión: la sorpresiva opa del BBVA sobre el Sabadell.

Una operación prácticamente anómala en España y que no ha sido bien recibida en el gobierno español ni en el catalán. Cuerpo no se achantó ante Torres y aun compartiendo mesa con el presidente del BBVA, advirtió que la opinión del gobierno español sobre la opa “no ha cambiado”. Existen “preocupaciones” por la elevada concentración bancaria que hay en España a consecuencia del proceso de consolidación de los últimos diez años. Una concentración que a su juicio “será excesiva” si prospera la fusión e incluso “puede resultar perjudicial” para los clientes, que ya han visto una falta de oferta con la remuneración de los depósitos.

Cuerpo comentó que él no tenía potestad para decirle a Torres que retirara la opa sobre el Sabadell, aunque dejaba claro que sigue sin gustarle la operación. “No soy yo quien para dar un consejo a alguien tan experimentado en su papel como es Carlos Torres, nosotros somos muy respetuosos. Y quiero dejar claro que cada institución juega un rol en esta operación (la CNMC, la CNMV...) Nosotros también, es en el último paso, tenemos que autorizar la fusión y es en el marco de nuestro rol donde nos estamos pronunciando”, aclaraba.

El ministro económico también comentaba que, a pesar de estos hechos, su relación personal con el presidente del BBVA es buena, pero en su rol de ministro tiene que velar por el interés general. “Tenemos una relación personal estrecha, con un contacto recurrente, incluso de antes de la propia opa. Hay que diferenciar el elemento institucional donde cada uno tiene su rol y su función, y tenemos que estar pendiente u ocupados de nuestras competencias”.

Torres confía en Cuerpo

En la misma línea, Torres aprovechaba para asegurar que tiene “una buena relación” con Carlos Cuerpo, quien “está en el derecho de expresar su opinión en torno a la operación corporativa” que han planteado. Y después de que el ministro expusiera todos los motivos por los que rechazaba la opa, el presidente del BBVA “confiaba” en que, de la misma manera que han trabajado “muy bien” conjuntamente en programas como el del mundo rural y los mayores, “podamos avanzar también sobre estas cuestiones”.

Dadas las circunstancias, el BBVA ya se ha planteado un futuro en el que la opa no salga adelante, ya sea porque el gobierno ponga trabas o los accionistas no la aprueben y finalmente no haya fusión. “No es obviamente el escenario que nos planteamos en nuestra propuesta”, pero en el caso de que no sea posible por ciertas circunstancias, comentaba Torres, “nuestras estimaciones son que podríamos optimizar en gran medida los ahorros en gastos generales y gastos de tecnología y la operación seguiría teniendo un enorme atractivo incluso en ese escenario que vemos como muchísimo menos probable”.

Pero para saber si la opa sigue adelante aún queda tiempo, recordaba. El próximo 5 de julio, los accionistas del BBVA deben votar en la junta general extraordinaria de accionistas la ampliación de capital. Después, el banco debe recibir la autorización del BCE, de la CNMC y del resto de instituciones. Hasta que finalmente se abriría el periodo de aceptación de la opa y ocurriría lo más relevante en esta transacción "y es que los legítimos dueños de las acciones del Sabadell decidan si les interesa la oferta que les hemos puesto encima de la mesa", concluía Torres.