El D-Hub de electromovilidad, impulsado por las empresas catalanas QEV Technologies y BTech, quiere iniciar la contratación de ex trabajadores de Nissan el mes de febrero para, de manera escalonada y consensuada con los sindicatos dentro de la mesa de contratación, ir incorporando personal para adecuar las instalaciones de Zona Franca. El objetivo es iniciar a finales de 2023 la producción de vehículos comerciales eléctricos y garantizar el trabajo a unas 600 personas provenientes de la antigua plantilla de Nissan en Catalunya.
Pero hay un condicionante esencial: que en los próximos días el Consorci de la Zona Franca de Barcelona adjudique definitivamente la gestión de los terrenos -después de varias prórrogas enlazadas desde que se abrió el concurso público en junio de 2022- a la única oferta que tiene sobre la mesa y que corresponde al operador logístico Goodman, que acompaña a los socios del D-Hub en este proyecto.
El adjudicatario está revisando la documentación requerida a la inmobiliaria australiana -que corresponde al mismo procedimiento concursal- para cerrar el proceso, previsiblemente, a principios de febrero. Esta vez todo parece indicar que se tomará una decisión "pero en el tiempo que sea necesario", según todas las fuentes consultadas por ON ECONOMÍA.
Habrá que ver cuál es la propuesta definitiva de Goodman, ya que han pasado dos años desde la presentación de su proyecto industrial para reindustrializar Nissan. Fue en diciembre de 2021 cuando la inmobiliaria australiana desveló públicamente su interés por reconvertir la antigua fábrica de Nissan y gestionar los terrenos para levantar también una plataforma logística. La superficie total es de 500.000 metros cuadrados. En aquella fecha se planteaba una inversión de 500 millones de euros para integrar industria y logística, de manera que esta última actividad generaría por sí sola unos 3.200 puestos de trabajo. Para sacar más rédito al proyecto, Goodman apuntaba a un diseño arquitectónico en vertical, es decir, una plataforma logística multiplanta que, de hecho, es una de las nuevas tendencias de la immologística ante la falta de disponibilidad de suelo.
Una vez se cierre la concesión, QEV y BTech entrarán en el espacio de Zona Franca para proceder a las tareas de acondicionamiento y adecuación para preparar las naves de cara a la entrada de la maquinaria necesaria para empezar a fabricar; y para estos trabajos ya quieren contar con la experiencia de los exempleados de Nissan.
Los sindicatos, vigilantes
Una vez se conozca el ganador del concurso y se firme el contrato de arrendamiento, la parte social se sentará con los responsables del proyecto industrial y se formalizará una mesa de contratación, que tiene que abordar y aclarar diferentes aspectos, apuntan fuentes sindicales. "Uno de ellos sería cuando empiezan a contratar y qué número de trabajadores y, otro punto también importante, sería de qué manera se podría acelerar la contratación de todos los trabajadores de Nissan que están en el proceso de reindustrialización", aseguran. Insisten en que "trabajadoras y trabajadores ya llevan consumido un año de desempleo eso significa que solo les queda otro año de prestación y por eso es importante que no se retrase más la resolución del ganador del concurso público para gestionar los terrenos, porque cuanto más se retrase, menos margen tenemos los trabajadores".
Por lo tanto, la entrada en funcionamiento de las líneas de producción a finales de 2023 está dentro de los límites sindicales, ya que a 31 de diciembre de este año finalizará la prestación de desempleo para los 1.400 trabajadores que despidió la marca nipona. "Según parece, todo va adelante, aunque no a la velocidad que hubiéramos deseado", expresan los sindicatos, "pero esperemos que finalice ya y se inicie la contratación porque hay un grueso importante de trabajadores que sigue en paro porque muchos de ellos tienen poca especialización laboral y son parados con edades comprendidas entre los 45 y los 51 años". Admiten las mismas fuentes que los empleados con cierta especialización han conseguido reincorporarse al mercado de trabajo.
Parece ser que el proyecto industrial del consorcio empresarial D-Hub se mantiene inalterado a pesar de los meses de retraso en su puesta en marcha. El punto de partida preveía una inversión global de unos 800 millones de euros. De estos, QEV Technologies destinaba 200 millones en tres años para fabricación de vehículos comerciales eléctricos con la marca Zeroid, de manera que la mitad de los recursos se solicitaron al Perte VEC. Pero la cifra otorgada por el Gobierno central ha sido muy escasa, unos 65 millones de euros. Habrá que ver con qué apoyos cuenta el consorcio que lidera el consejero delegado de QEV, Joan Orús, para sacar adelante el proyecto. De momento, la empresa está fabricando en China, en colaboración con EVDynamics, las primeras furgonetas eléctricas Zeroid, para clientes como Bimbo.
Los planes de la ingeniería especializada con electromovilidad QEV pasan por producir la marca de vehículos comerciales eléctricos Zeroid, compuesta por una gama de cinco modelos de furgonetas eléctricas destinados a empresas de reparto de última milla y un autobús urbano. Mientras que su homóloga y socia Barcelona Technical Center (Btech) se encargará de relanzar la marca Ebro, inicialmente con la fabricación de un modelo eléctrico de pick up. En concreto, Zeroid preveía alcanzar los 60.000 vehículos anuales en tres años, mientras que la ingeniería Btech añadiría unos 40.000 vehículos restantes.
QEV Technologies no descarta fabricar componentes o vehículos eléctricos para terceras marcas u ofrecerles servicios concretos con alianzas comerciales, para ganar volumen. Fuentes relacionadas con el proyecto apuntan que esta actividad de subcontratación se dejaría para una segunda fase, entre otras cosas, porque se ha redimensionado a la baja el espacio que se ocupará, y niegan que actualmente haya negociaciones con otras marcas.
Silence, el primer inquilino
Quien sí que ha ocupado parte de las instalaciones de Nissan en la Zona Franca, unos 60.000 metros cuadrados, es el fabricante de motocicletas eléctricas Silence. Desde julio del año pasado, la marca catalana ha reacondicionado los espacios necesarios y acaba de aterrizar en las instalaciones, para completar la producción de la planta que tiene en Sant Boi de Llobregat. La compañía, controlada por Acciona, ha contratado en torno a una cincuentena de ex trabajadores de Nissan para poder producir en Zona Franca un vehículo eléctrico urbano, de pequeñas dimensiones, del que ya está haciendo algunas pruebas para intentar lanzarlo al mercado este mismo año. El objetivo es llegar a un mínimo de 110 incorporaciones de profesionales provenientes de la plantilla de Nissan a lo largo de este 2023.