Demetrio Carceller Arce, presidente de Damm, ha formado a sus cuatro hijos a su imagen y semejanza. Como él, todos se han titulado en las mejores universidades norteamericanas, se han fogueado en el sector financiero o de la consultoría y conocen de primera mano el negocio de la cerveza. Curiosamente, los cuatro han realizado estancias de formación, de unos meses durante los veranos, en un gran grupo cervecero, pero solo el benjamín la hizo en Damm porque los otros tres hermanos se fueron a la competidora Heineken, en sus oficinas de Londres. Fuentes próximas a la familia indican que aprovecharon los veranos para conocer el sector, aunque lo hicieran en un grupo "amigo" como Heineken, si bien ninguno de ellos trabaja hoy en día en el negocio de la cerveza, al menos directamente.
El actual presidente de Damm pasó por la universidad de Duke (Carolina del Norte) y por grandes empresas como Banco Santander y la consultora McKinsey antes de aterrizar en la empresa familiar. Y sus hijos se han formado en universidades como las de Harvard, Columbia, San Diego o Brown y en compañías como la banca de inversión Lazard, la consultora Bain o los gigantes tecnológicos Google o Microsoft pero, con la excepción del heredero, se han buscado la vida fuera de las empresas controladas por su padre.
Demetrio Carceller Arce y Paloma Fernández-Cid, su esposa, tienen cuatro hijos: Demetrio, Paloma, Natalia e Ignacio. El primogénito, Demetrio Carceller Fernández-Cid, de 30 años, realizó estancias de formación en la cervecera Heineken, la petrolera BP (otro de los sectores con intereses familiares) y la banca Lazard antes de trabajar durante seis años como socio y directivo del fondo de inversión Altamar CAM Partners. En diciembre pasado salió de la organización del World Padel Tour (WPT), que durante una década fue el campeonato mundial de pádel hasta que, el año pasado, el jeque catarí Nasser Al-Khelaifi, presidente del equipo de fútbol del Paris Saint-Germain (PSG), compró los derechos de esta competición.
Demetrio Carceller Fernández-Cid, el heredero del presidente de Damm, se olvida del negocio del pádel para centrarse en los fondos de inversión
El pasado verano, Damm vendió la participación mayoritaria de la empresa barcelonesa SetPoint Events, organizadora del circuito profesional de pádel de la WTP, al fondo Qatar Sports Investments, que es el propietario del PSG. Hasta entonces, coexistían dos circuitos internacionales de pádel, uno controlado por Damm (WPT) y el otro por el jeque Nasser Al-Khelaifi (Premier Padel), que se han unificado con este último nombre.
Según su perfil de Linkedin, el primogénito de los Carceller, abandonó hace poco WPT si bien esta no ha estado su única aventura empresarial en el campo de los deportes. Fue cofundador de Zuacom, un equipo de fútbol de la tercera regional de Madrid en el que sus seguidores lo decidían a todo, desde quien era el entrenador, la alineación, los fichajes o los cambios durante el partido. Una idea revolucionaria pero que no funcionó. Zuacom desapareció hace tres años.
En la actualidad, el joven Demetrio Carceller, el cuarto de la estirpe con este nombre, continúa en el mundo del private equity y como consejero de la SICAV Renta Insular Canaria, en la que los Carceller tienen como socios minoritarios a representantes de otras familias -Figueras-Dotti, Biosca, Recasens o Ribas- que también están en los orígenes de DISA, el grupo petrolero y energético con sede en las Canarias que preside Demetrio Carceller Arce. Precisamente, Disa es el buque insignia de las diversas ramas de los Carceller mediante el que controlan las participaciones en otras empresas. Por ejemplo, en Damm, poseen el 49% del capital mediante la sociedad neerlandesa Seegrund BV (16,3%) y Disa (33%), si bien cabe tener en cuenta que no tienen la totalidad de las participaciones de esta última.
Los otros tres hermanos Carceller Fernández-Cid trabajan para grandes compañías. Paloma está desde hace más de tres años en el área de marketing de Procter & Gamble, donde se ocupa de las marcas de higiene femenina Evax, Tampax y Ausonia, según indica en redes sociales. Con anterioridad efectuó estancias a Heineken, Naturgy, Microsoft y Google. Su hermana Natàlia es analista de la consultora Kearney, pero anteriormente también realizó estancias a Google, Heineken y Coca-Cola. Y el pequeño, Ignacio, compagina estudios con una posición de analista en Lazard. Este último sí que trabajó un verano en el área de marketing de Damm desde Barcelona. Como su padre, se ha formado en el madrileño Colegio Universitario de Estudios Financieros (CUNEF) antes de completar estudios en Estados Unidos, en Harvard, por donde también pasó Natalia.
El linaje de los Demetrio
Al frente de este linaje empresarial siempre ha habido un Demetrio. El primero fue Demetrio Carceller Segura, ministro de industria y Comercio en los primeros años del franquismo (1940-1945), nacido en 1894 en el seno de una familia campesina de Las Parras de Castellote (Teruel) que, cuando tenía seis años, se fue a vivir a Terrassa. El padre encontró trabajo de bedel en la Escuela Industrial, creada por Alfonso Sala, conde de Egara, que los ayudó. De joven, Demetrio entró en el sector petrolero como químico en la refinadora de lubricantes Sabadell Henry, pero pronto saltó de directivo al monopolio de Campsa, más adelante estaría en la fundación de Cepsa y, todavía en los años treinta, en Canarias, crearía Disa. En el libro Els que manen (Los que mandan, Saldonar, 2022), los periodistas Miquel Macià y Pep Martí apuntan que el fundador de la estirpe ya era una "figura importante" antes de la Guerra Civil, pero después todavía lo fue más.
Luego de su salida del gobierno, en 1950 creó el Banco Comercial Transatlántico, con sede en Barcelona, que su hijo, Demetrio Carceller Coll, que falleció el 29 de septiembre del año pasado, vendió a Deutsche Bank en la década de los ochenta. Carceller Coll tuvo cinco hijos: Demetrio, José, Lourdes, María y Carmen Carceller Arce. Son la tercera generación y la que controla ahora un emporio empresarial con más de 10.000 trabajadores.
Demetrio Carceller Arce, de la tercera generación, es el actual presidente de Disa, Damm y de la cadena de sandwicherías Rodilla, así como vicepresidente de Sacyr y de la arrocera Ebro Foods. La familia es propietaria o participa en el capital de muchas otras empresas, como el fabricante de batidos de chocolate Cacaolat, del que tienen el 100% desde que en 2021 compraron la mitad a Cobega, presidida por Sol Daurella. También poseen destacadas participaciones en compañías del IBEX, energéticas... intereses inmobiliarios y fincas rústicas. En el ranking de cotos de caza del diario El Mundo, ocupan la posición 16 con cerca de 13.000 hectáreas en Andalucía y Extremadura, lejos de Juan Abelló (en primer lugar) pero cerca de la Casa de Alba (en el 12).
Entre la tercera generación familiar también destaca María Carceller Arce. Después de 20 años trabajando para grandes multinacionales como Pepsico o McDonald's, su hermano Demetrio le pidió, en 2012, que tomara más responsabilidades en el grupo familiar coincidiendo con la compra de la cadena Rodilla, de la que es su consejera delegada. Forma parte de los consejos de administración de las principales sociedades del grupo y está muy metida en las áreas tecnológicas. Preside Nennisiwok, un laboratorio de inteligencia artificial con sede en Barcelona especializado en el rastreo de productos, que adquirió Damm hace unos meses.
Si bien a la familia Carceller se la identifica con la cervecera Damm, sus orígenes empresariales están en la canaria Disa, propietaria de petroleros, de una cadena de 700 gasolineras y que está creciendo en el sector de las renovables.