Las grandes compañías tecnológicas están centrando todos sus esfuerzos en adelgazar la masa de trabajadores con la que cuentan a lo largo y ancho del mundo, en un contexto económico marcado por la elevada inflación y la política monetaria expansiva de los bancos centrales para frenar la escalada de precios. Se trata de un cambio de paradigma en el sector que, tras vivir sus años dulces batiendo récords de beneficios y aumentando su capitalización hasta niveles nunca vistos, ahora se encuentra inmerso en una espiral de caídas bursátiles, descenso en los beneficios y recortes de plantilla.
Microsoft ha sido la última gran tecnológica en anunciar despidos este año y no son pocos los empleados que dejarán la empresa este año. El gigante tecnológico estadounidense ha anunciado que recortará unos 10.000 puestos de trabajo, algo menos del 5% de su plantilla, que llevará a cabo durante los primeros meses de 2023. La multinacional que dirige Satya Nadella asumirá un impacto negativo de 1.200 millones de dólares (unos 1.109 millones de euros) en sus cuentas del segundo trimestre fiscal.
Los despidos masivos de Microsoft se unen así a la larga lista de compañías tecnológicas que han recortado personal desde mediados del año pasado, para lo que para algunos expertos se trata más de un efecto contagio que de una necesidad real, tras el pinchazo de la burbuja de valoraciones en la que se ha visto envuelto el sector. Desde las empresas más conocidas a nivel mundial, hasta otras firmas menos relevantes, la cadena de destituciones se ha ido replicando en apenas unos meses.
Oleada de despidos
De este modo, según los cálculos de la web layoffs.fyi, que computa los anuncios y noticias al respecto, en los últimos meses la cifra de despidos en el sector asciende a 150.000, entre los que se encuentran los acometidos por grandes multinacionales. En lo que va de 2023, además de Microsoft, Amazon también anunció que los recortes de su plantilla ascenderían a 18.000 empleados, por encima del 1% del total de trabajadores con los que cuenta la compañía fundada por Jeff Bezos. A estos despidos se suman también los de Salesforce, que anunció que prescindiría del 10% de su plantilla, lo que supone unos 8.000 despidos.
Meta (antigua Facebook), acusó el cambio de estrategia centrado en el metaverso y las pérdidas en sus cuentas de resultados empezaron a aflorar que quizá no era tan buena idea el rumbo que estaba tomando la firma de Marck Zuckerberg. En este sentido, Meta despidió a 11.000 empleados, el 18% de su plantilla. Asimismo, otro cambio de rumbo en una de las grandes compañías que dominan el mercado de las redes sociales, ha supuesto el adelgazamiento de su plantilla.
No es otra que Twitter. Con la llegada de Elon Musk a la dirección de la empresa tras acordar su compra por 44.000 millones de dólares, la empresa despidió a 3.700 trabajadores, la mitad de su plantilla. El principal motivo, según el magnate de origen sudafricano, son las pérdidas de 4 millones de dólares diarias que asegura tiene la empresa. A estos despidos se sumaron también las numerosas dimisiones que se produjeron como reacción a los bruscos cambios que Musk aplicó a su entrada en Twitter.
También la red social Snap anunció el pasado agosto el despido del 20% de su nómina de empleados, lo que supone prescindir de más de 1.000 trabajadores. El motivo principal que dio la empresa fue el frenazo en su crecimiento y las pérdidas multimillonarias que estaba sufriendo. Aunque en mucha menor dimensión, los 500 despidos de Netflix también dan buena cuenta de que no se trata de un hecho aislado y que todas las grandes compañías tecnológicas están actuando en la misma línea.
La tormenta perfecta
Aunque cada empresa tiene sus propias idiosincrasias y agujeros negros en las estructuras financieras, el hecho de que en los últimos meses la tendencia haya sido la misma prácticamente en todos los grandes 'players' del sector hace plantearse cuáles son los verdaderos motivos. Si bien la crisis que vive el sector todavía no ha llegado a su fin y está por ver su alcance a nivel global, el pinchazo de la burbuja, al menos en las valoraciones, se ha ido reflejando en los últimos meses.
Para Noelia Hernández Sánchez, experta en competitividad e innovación para organismos internacionales como la Comisión Europea, el BERD, el Banco Mundial, Naciones Unidas o el BID, los despidos masivos se deben al estallido de una tormenta perfecta que lleva preparándose desde la pandemia. Así lo explicaba la analista en su columna para ON ECONOMIA titulada ¿Hay una burbuja en el sector tecnológico global?, donde aseguraba que, tras un periodo pandémico donde las herramientas digitales se convirtieron en imprescindibles y las empresas aumentaron sus ventas exponencialmente, la vuelta a la normalidad redujo la cifra de facturación de muchas de estas empresas.
"En primer lugar, podríamos hablar de una situación coyuntural, quizá acompañada de unas expectativas erróneas que fallaron en la estrategia. Sobredimensionar las plantillas fue consecuencia de esa planificación poco acertada", señalaba la experta. Esta situación, sumada al clima actual de incertidumbre económica en todo el mundo en un contexto inflacionario y de subidas de tipos, ha hecho que se repliegue la inversión, en un mercado donde las compañías son muy dependientes del capital y los inversores.
De este modo, al cerrarse el grifo de financiación, las compañías necesitan tomar medidas para reducir sus gastos y ser capaces de sobrevivir a esta situación global. "Esta reducción de la inversión en el sector tecnológico no se observa únicamente entre las empresas consagradas. Desde 2020, la inversión en start-ups también se vio afectada, pues el capital reclama posiciones más conservadoras", explicaba Hernández Sánchez.
Además, cabe destacar que gran parte de los puestos y divisiones donde se están realizando los despidos masivos tienen que ver con el desarrollo de inteligencia artificial, machine learning, robótica, equipos de ingeniería. Además se han retrasado algunos proyectos relacionados con el metaverso o la inteligencia artificial. "Parece indicar que la estrategia se dirige a prescindir de empleados en los nuevos proyectos o en los planes innovadores, y mantener o reflotar la facturación en las áreas de negocio existentes del sector tecnológico", aseguraba la experta.
Un posible efecto contagio que no arregla el problema
Otros expertos apuntan a una especia de efecto contagio que no puede traer nada bueno al sector. Jeffrey Pfeffer, profesor de la Stanford Graduate School of Business, ha estudiado durante años las prácticas de contratación y despido en empresas de todo el mundo y explica en esta entrevista que las tecnológicas están viviendo un "contagio social".
En este sentido, el experto señala en esta entrevista que "cuando unas pocas empresas despiden personal, es probable que otras hagan lo mismo". Para Pfeffer, la principal razón de este goteo constante de despidos en Amazon, Microsoft o Meta es que "son el resultado de un comportamiento imitativo y no están particularmente basados en evidencia".
Asimismo, según el profesor, esta circunstancia no es positiva y tampoco es la clave para que las empresas arreglen sus problemas estructurales. "Los despidos a menudo no reducen los costes, ya que hay muchos casos de empleados despedidos que son contratados nuevamente como contratistas y las empresas pagan a la empresa contratista".
En este sentido, Pfeffer argumenta también que los despidos "a menudo no aumentan los precios de las acciones, en parte porque los despidos pueden indicar que una empresa está teniendo dificultades". Tampoco aumentan la productividad, ni resuelven lo que para el experto es el problema subyacente: una estrategia ineficaz, una pérdida de cuota de mercado o ingresos demasiado bajos. "Los despidos son básicamente una mala decisión", explica.
En cualquier caso, los gigantes tecnológicos se encaminan a una nueva etapa. El contexto económico seguirá siendo complicado en cuanto a costes de financiación, al menos en 2023, por lo que muchas compañías centrarán sus esfuerzos e inversiones previsiblemente en ámbitos que controlen.