El nuevo capítulo de la serie de Credit Suisse tiene a la Cámara de Diputados del Parlamento de Suiza como principales protagonistas. En esta ocasión, las autoridades políticas de la Cámara Baja se han opuesto a la concesión de las ayudas públicas para salvar a la entidad bancaria helvética. En una línea similar, los diputados suizos se han opuesto al rescate de UBS antes de la previsible quiebra de Credit Suisse. Pese a que este caso se convirtió en una cuestión de Estado al entenderse que la compañía exliderada por Ulrich Körner tiene una importancia sistémica en las finanzas internacionales, los diputados han rechazo las ayudas públicas concedidas para el rescate de Credit Suisse.
Cabe destacar que, pese a la oposición de los diputados suizos, esto no pone en peligro la compra. Pese a ello, la opinión de las autoridades políticas suizas tiene un valor añadido. Desde la jornada de ayer hasta mañana, el Parlamento debate sobre la compra de Credit Suisse por UBS, la cual incluye la garantía pública sobre cartera de préstamos dudosos de 9.000 millones de euros y un préstamo de liquidez del Banco Nacional de Suiza por otros 100.000 millones de euros. El caso del banco pasó a un plano mayor cuando, el pasado 15 de marzo, la compañía se desplomó en Bolsa, afectando a todos los bancos de la eurozona y dejando entrever todos los problemas financieros que venía arrastrando en los últimos años. En esas, y tras perder el apoyo de su máximo accionista, a la compañía no le quedó otra que solicitar un rescate que ha encontrado en UBS.
Aún ello, el hecho de que la salvación de Credit Suisse dependa de dinero público no termina de convencer a los diputados, quienes han cargado con dureza contra los directivos de la entidad bancaria helvética. Aunque su opinión no tiene ningún efecto sobre la operación, el debate parlamentario ha sido percibido únicamente como una oportunidad para que los legisladores se expresen. Así, de los 173 votos totales, 102 rechazaron el préstamo de 100.000 millones de euros y la garantía de pérdidas de otros 9.000 millones.
Credit Suisse, con problemas con sus accionistas y con los diputados suizos
La operación de Credit Suisse, la cual ha tambaleado los cimientos del sistema financiero europeo, parece estar neutralizada, aunque aún hay varios cabos sueltos. Por un lado, la compañía tiene que hacer frente a las quejas y problemas que su desplome ha generado tanto a accionistas como bonistas. El hundimiento del banco con sede en Zúrich ha arrojado luz a los problemas que están teniendo los propietarios de los bonos AT-1, también conocidos como CoCos. Estos bonistas no percibirán ninguna ayuda pese a que, en el orden jerárquico de una compañía, están por encima de los accionistas, quienes sí que percibirán una compensación.
Por otro lado, la firma resultante, aunque no ve peligrar la operación, tiene que lidiar con la desaprobación de los diputados suizos. Estos han mostrado su descontento con la manera de actuar del Gobierno de Suiza, que intervino en el hundimiento de Credit Suisse con el propósito de evitar males mayores. Cabe destacar que, aunque la compañía venía estando en una posición financiera compleja, se trata de una de las firmas más importantes del panorama bancario internacional. Es por ello por lo que el Ejecutivo helvético decidió intervenir, puesto que la compañía es uno de los bancos de importancia sistémica a nivel internacional.
Los diputados suizos rechazan el concepto “too big to fail”
Esto ha sido otro de los puntos que ha desencadenado el debate entre los parlamentarios. Y es que, los diputados recordaron que, en 2008, con el estallido de la crisis financiera y las ayudas estatales que UBS recibió del Estado suizo, se reclamó una solución al concepto de “too big to fail” (demasiado grande para caer). De cara a los diputados, este término se considera problemático.
Tanto Credit Suisse, como UBS, son considerados dos de los bancos de mayor calado en el panorama mundial, lo que, de cara al Gobierno de Suiza, hace que sea inviable que estos quiebren. Con todo lo acontecido en el último mes y el rescate a la entidad ahora presidida por Ermotti, varios parlamentarios han recurrido al concepto de los bancos “too big to fail”, considerando que las entidades bancarias suizas no deberían entrar en esa terna.
Por último, y como hicieron tanto los accionistas de Credit Suisse como los parlamentarios durante la jornada de ayer, los comentarios más repetidos han sido las críticas contra los directivos de la compañía con sede en Zúrich. Por un lado, cargan contra la incapacidad de los mandatarios del banco a la hora de buscar soluciones, pero también por todos los escándalos que han sacudido a Credit Suisse. Cabe destacar que este banco, que tenía 167 años de historia, se ha visto envuelto en estafas, sobornos, inversiones nefastas… en los últimos ejercicios, lo que ha generado una pérdida de credibilidad nunca vista.
Pese a ello, y aunque los diputados han mostrado su descontento y su desaprobación a la operación sobre Credit Suisse, la Cámara Alta del Parlamento avaló la garantía financiera que ofreció el Estado.