La verdadera reindustrialización de la antigua Nissan en la Zona Franca de Barcelona ha empezado este mes de marzo. El pistoletazo de salida ha sido la firma de los acuerdos definitivos entre todos aquellos que serán los responsables que el proceso llegue a buen puerto. En la radiografía a futuro del nuevo perímetro industrial y laboral que tendrá el recinto de 500.000 metros cuadrados se visualiza a cinco inquilinos y una masa de trabajadores que este año tendría que llegar a la cifra de 1.200 personas. En el medio plazo, el hito es llegar a 3.700 personas.

El perímetro de la antigua fábrica de Nissan incluirá las empresas de eletromobilitat Silence. que ya se ha instalado hace unos meses; QEV y BTech, socias del D-Hub; el operador logístico Goodman, y un antiguo inquilino, el Nissan Technical Center Europe (NTCE) que, a pesar de la salida de Nissan de Catalunya, siempre ha estado operativo como uno de los centros de desarrollo e investigación de la firma automovilística.

Las áreas han quedado repartidas de la siguiente manera: los fabricantes de vehículos eléctricos QEV y BTech, que comercializarán las marcas Zeroid y Ebro, respectivamente, dispondrán de 309.737 m², en buena parte de los cuales todavía están los activos fabriles que tenía Nissan y que quedan en manos de los nuevos arrendatarios para poder iniciar la producción. Las zonas para la logística sumarán tres áreas de 30.014 m², 66.173 m², 12.578 m², esta última es la que ahora ocupa el edificio La Masía, que será derribado. Mientras, la marca Silence, ya trabaja en un espacio de 61.078 m² [ver mapa].

Con 34.438 metros cuadrados, desarrolla sus tareas el NTCE. El centro de investigación, que forma parte del hub mundial d'I+D+i de Nissan, tiene 287 ingenieros trabajando en la Zona Franca y reporta directamente a la central que la multinacional tiene en Londres. Los técnicos trabajan en dos vectores, uno para la electrificación de nuevos motores, y otro, todo lo que está relacionado con la asistencia a la conducción autónoma, de seguridad y de ayuda a la conducción.

CAST Los nuevos arrendatarios de la antigua fábrica Nissan
 

Para llegar a la deseada cifra de 3.700 trabajadores hará falta sumar la plantilla de cerca de 300 personas que podrá tener el fabricante de motos eléctricas Silence cuando traslade su plantilla de la factoría de Sant Boi a Zona Franca y ultime la incorporación de 110 exempleados de Nissan para iniciar la producción de un coche eléctrico urbano. Ahora mismo, en cumplimiento de los acuerdos con los sindicatos, Silence ya ha incorporado a 56 personas provenientes de la antigua plantilla de Nissan.

También se sumarán 600 personas más, como mínimo, que QEV y BTech quieren contratar a lo largo de este año para poder iniciar la fabricación de vehículos, furgonetas y camiones eléctricos, dentro de un plan de negocio muy amplio para, dentro de tres años, estar produciendo 100.000 vehículos eléctricos anuales y tener una plantilla de 1.000 personas.

El resto, hasta los 3.700 empleados, sería responsabilidad de Goodman, el operador logístico australiano que, en su proyecto logístico-industrial que presentó junto con el D-Hub, da por hecho que pueden crear 3.200 puestos de trabajo directos. Ahora, a esperar que la cifra se haga realidad. Para eso, los sindicatos siguen reivindicando que Goodman también ocupe expersonal de Nissan, pero el operador se limita a decir que "eso dependerá de las empresas que se instalen en las naves logísticas que ellos gestionarán". Los sindicatos no confían demasiado.

Los 30 primeros, para llegar a 600 personas

Lo que sí que están negociando los sindicatos con el D-Hub es ampliar con todos los instrumentos posibles el número de trabajadores que se puedan rescatar de las listas del paro, una prestación que se acabará al llegar a los dos años de percibirla, es decir, en diciembre de este año. De entrada, hay satisfacción porque en las semanas entrantes una treintena de personas, entre directivos y empleados de mantenimiento, podrían aterrizar ya en las instalaciones de Zona Franca, de la mano de QEV. El calendario se tiene que definir, pero será escalonado de aquí a finales de año.

El acuerdo implica maximizar los planes de contratación y generar alternativas a lo que sería el trabajo para las líneas de producción. Por lo tanto, apuestan por recorrer a los fondos europeos para la formación -que gestionan las comunidades autónomas- con un proyecto de reciclaje profesional que diseñe el hub industrial, para la mejora de la calificación profesional de una parte de los contratados. También está sobre la mesa incrementar la partida para contratación de personal por valor de unos siete millones de euros, según fuentes sindicales de Sigen-Usoc.

Otras opciones que se han planteado son, por una parte, obviar inicialmente la subcontrata de servicios complementarios a la industrialización -como pueden ser seguridad, mantenimiento, tareas relacionadas con la cadena de suministro (Supply Chain)- y que se encarguen también a personal para recolocar. Esta sería una medida temporal hasta que la producción llegue a los niveles necesarios para ocupar más empleados.

También para cuándo la fábrica esté a niveles óptimos de capacidad, los sindicatos apelan a la solidaridad que siempre ha mostrado la plantilla y proponen establecer la jornada laboral de cuatro días; es decir, menos salario pero más trabajadores en activo. Todo eso, para un objetivo, ocupar hasta 1.300 personas de la antigua Nissan entre QEV, BTech y Silence.