Tras la comodidad de pedir la cena a través de una aplicación móvil y que llegue caliente a casa o contratar un servicio de transporte privado en tan solo unos segundos se esconde una realidad incómoda: la precariedad laboral. Un nuevo estudio refleja que las grandes plataformas digitales que operan en España como Glovo, Uber, Cabify o MyPoppins no cumplen unos estándares mínimos de trabajo justo. Tal es la situación, que la mayoría de sus trabajadores tienen que echar entre 60 y 70 horas semanales para llegar o superar ligeramente el salario mínimo interprofesional (SMI).
La conocida como gig economy o economía de plataformas está presente en la sociedad con el impulso del avance tecnológico y las herramientas digitales que facilitan las formas de consumo. Sin embargo, las empresas que abanderan esta tendencia llevan años en el foco por no respetar los derechos laborales y cometer irregularidades en la contratación de sus trabajadores.
Un informe elaborado por investigadores de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y de la Universidad de Oxford, en el que ha participado también Comisiónes Obreras, pone de manifiesto diferentes materias laborales en las que la mayoría de estas empresas suspenden en España. El trabajo se enmarca en el proyecto Fairwork, que estudia los sistemas de trabajo de las compañías que operan en 40 países.
Ni salario mínimo, ni salario vital decente
El resultado apunta que, de las siete plataformas analizadas, tan sólo Just Eat garantiza a quienes trabajan para ella ingresos por hora iguales o por encima del salario mínimo establecido legalmente en España. Por contra, el resto "no han proporcionado evidencias de que retribuyan estos ingresos mínimos por hora efectivamente trabajada".
Por tanto, el informe destaca que Cabify, Uber, TaskRabbit, Glovo, MyPoppins y La Pájara suspenden en este principio. En este sentido, señala que algunas de ellas como Cabify y Uber requieren del desarrollo de jornadas de trabajo semanales de entre 60 y 70 horas para que los ingresos obtenidos alcancen el salario mínimo.
"Además, ninguna de las siete plataformas analizadas pudo demostrar que proporciona una retribución vital decente, por encima del salario mínimo", se extrae del estudio. Dicha retribución, según sus criterios, debería estar en un rango de entre 9,7 y 9,9 euros netos por hora efectiva de trabajo. En este caso, ninguna empresa analizada se salva.
Solo un tercio de los trabajadores tienen reconocida su laboralidad
Por otro lado, el estudio destaca que prácticamente solo un tercio del total de los trabajadores tienen reconocida su laboralidad por parte de las plataformas. Esto sería unos 11.000 repartidores del sector, frente a los 29.000 que se calcula que forman el mercado de trabajo. "El resto se mantendría como trabajadores autónomos o cedidos por terceras empresas, incumpliéndose en la mayoría de los casos la legislación vigente", subraya el documento.
La ley rider impulsada por el Ministerio de Trabajo determina la presunción de laboralidad en actividades de reparto o distribución, lo que supone que los trabajadores son laborales y tienen todos los derechos que recoge el Estatuto de los Trabajadores relativos a la organización, sindicación, protección social, cotizaciones y salario.
La única que cuenta con una valoración positiva es Just Eat, a la que los autores señalan como la que más respetuosa se ha mostrado con la aplicación de la ley, ofreciendo "con diferencia" los mejores estándares laborales del sector. No obstante, destaca el estudio que "sigue recurriendo a la subcontratación y moviliza a sus propios trabajadores con contratos de trabajo (indefinidos) a tiempo parcial".
Por su lado, hacen mención especial a Glovo como ejemplo negativo de no respetar la legislación vigente. "En el caso de Glovo es imprescindible señalar que la plataforma mantiene una estrategia de no aceptación y oposición continuadas a las obligaciones de laboralización establecidas por la ley rider para el sector del delivery, acumulando denuncias y sanciones administrativas por parte de la Inspección de Trabajo", refleja el estudio.
La Pájara, la mejor puntuación; Glovo y MyPoppins, la peor
A pesar de esta situación, apunta que la plataforma sigue negándose a abandonar su modelo de negocio basado en la movilización de trabajadores supuestamente autónomos (falsos autónomos o autónomos forzados, a juicio de la Inspección del Trabajo y del ministerio). De igual modo, señalan que los ingresos globales que obtienen los repartidores suelen ser insuficientes para su subsistencia, "debiendo recurrir al pluriempleo y registrándose una alta rotación de la mano de obra, que limita el asentamiento de derechos en la empresa".
El análisis del sistema de trabajo de las plataformas digitales de reparto en España apunta también a otros factores como la representación sindical, la protección frente a los riesgos laborales, que las condiciones sean claras y seguras, las cláusulas abusivas o la toma de decisiones. En todas, ellas, la mayoría de las empresas suspenden, siendo Just Eat y La Pájara las que mejor puntuación han obtenido en términos globales.
De este modo, la cooperativa La Pájara ha obtenido 8 puntos, de los 10 posibles, mientras que Just Eat ha obtenido 7 puntos. Por su parte, Cabify, Uber y TaskRabbit, han obtenido únicamente 2 puntos. Las dos restantes plataformas, Glovo y MyPoppins, "al no haber proporcionado evidencias suficientes", no han podido recibir ninguno de los 10 puntos posibles que otorga.
En el caso de la libertad sindical y los derechos de representación colectiva, Just Eat, La Pájara, Uber y Cabify están garantizando dichos derechos y no dificultan la actividad sindical legalmente reconocida en España.