Las crecientes dudas sobre la viabilidad de hidrógeno verde por su elevado precio y las dificultades para llevarlo a gran escala no espantan a Enagás, que lo ha convertido en su gran apuesta por la descarbonización. El consejero delegado de la empresa, Arturo Gonzalo, ha negado que sea una "burbuja" el día en que presentaba una revisión del plan estratégico que prevé una inversión de 3.125 millones en este vector energético hasta 2030, el 75% de sus inversiones previstas, que ascienden a 4.035 millones. Para entonces, de hecho, los activos de hidrógeno verde deben ser superiores a los del gas en la compañía. 

Enagás es una de las principales empresas encargadas de la gran infraestructura de hidrógeno verde que debe transportarlo por Europa desde Portugal hasta Alemania, el H2Med, para cuya red troncal en España la empresa presentó hace unas semanas sus planes de ampliación, que cuentan con una ronda de consultas por los territorios por los que pasará. Esta ampliación de 1.480 kilómetros, que contará con 2.135 millones de inversión, sin embargo, no entra en el plan estratégico, ya que se ejecutará después de 2030. 

El CEO de la compañía, Arturo Gonzalo, ha asegurado en la presentación de resultados que "lo que es una burbuja no es el hidrógeno verde, lo que es una burbuja es un cierto clima de opinión que se está intentando generar alrededor de la importancia del hidrógeno verde para Europa". "La apuesta de Europa es incontestable", ha rematado. 

Tras presentar un resultado con pérdidas de 299,3 millones por las minusvalías derivadas de la venta de su participación del 30,2% en la estadounidense Tallgrass, la compañía ha anunciado la dimensión de su nueva gran apuesta, que, sin embargo, "no restará importancia" a corto plazo al negocio gasístico.  

Volver al beneficio con 265M en 2025

De cara a 2025, Enagás espera cerrar con un beneficio de 265 millones de euros y un ebitda en torno de los 670 millones de euros y cerrar el ejercicio con una deuda neta de en torno a 2.400 millones de euros, similar a la actual que es de 2.404 tras reducirse en 1.000 millones por la venta de Tallgrass. La compañía abonará un dividendo de 1 euro por acción. Los resultados y planes no convencieron al mercado y Enagás cayó un 0,74% en Bolsa durante la jornada. 

Gonzalo estimó que la desconexión nuclear prevista en España entre 2027 y 2035 y la nueva demanda que generarán los centros de datos harán que existan picos de demanda de gas natural que podrán incrementarse un 22% hasta 2030. "La infraestructura gasista es nuestra principal garantía a corto o a medio plazo para hacer frente a las nuevas necesidades del sistema eléctrico", dijo. Los ciclos combinados portarán "un rol adicional" a la intermitencia de renovables y la desconexión nuclear. El pasado invierno, ha recordado, se produjo un récord de demanda en ciclos combinados, cuyo peso aumenta cuando hay menos sol y menos viento. 

El hidrógeno como vector energético se produce separando con electricidad moléculas de agua que se pueden almacenar en estado gaseoso e invisible y, para que sea considerado verde, es necesario que la electricidad que separe las moléculas sea renovable, es decir, eólica o fotovoltaica. El proceso, al tener una necesidad energética para producir energía y al requerir una tecnología de electrolizadores, tiene ahora unos precios difíciles de colocar en el mercado, pero todo apunta a que debe tener en un futuro un peso importante para la descarbonización de la industria, del transporte pesado por mar y aéreo, el transporte de mercancías en carretera e incluso una cuota de vehículos de turismo o autobuses, que deberán competir en descarbonización con el vehículo eléctrico. 

España, al contar con abundante energía eólica y fotovoltaica, es candidata a ser la gran referente en hidrógeno verde en Europa, por lo que empresas como Repsol o Cepsa cuentan con ambiciosas inversiones al respecto. Enagás debe ser la empresa que transporte todo ese hidrógeno verde a través del territorio español con los nuevos hidroductos que contarán con subvenciones europeas para la descarbonización. 

Con su plan de inversiones, Enagás espera aumentar su ebitda un 9,5% entre 2026 y 2030. Sus activos regulados deben alcanzar los cerca de 5.000 millones de euros para esa fecha y los de hidrógeno verde superarán a los de gas natural. El resultado bruto de explotación (ebitda) alcanzó los 760,7 millones en 2024, un 2,5% por debajo del ejercicio anterior pero por encima del objetivo fijado para este año. Sus ingresos ordinarios, excluyendo la venta de Tallgrass, alcanzaron los 913,2 millones de euros.  

La filial Scale Green Energy

La empresa anunció también Scale Green Energy como su filial para descarbonización en ámbitos como el CO2, bunkering de GNL y BioGNL, hidrógeno renovable para la movilidad y amoniaco renovable. En la gestión del CO2, Enagás desarrollará ceoductos, plantas de licuefacción y barcos de transporte de CO2, impulsando la creación de hubs logísticos en torno a plantas de Gas Natural Licuado. 

El proyecto de captura junto a Molins, Mosusol Netco2, presentado hace 5 días, se suma a otros como CO2necta —con Holcim y Saggas. Entrarán en operación en 2031 y supondrán una inversión neta total para Enagás de unos 130 millones de euros. Los dos proyectos serán presentados al Innovation Fund en abril de 2025. En conjunto, Scale Green Energy contribuirá a reducir 4 millones de toneladas al año de emisiones en cementeras españolas en 2030. 

El CEO de la empresa se expresó también sobre los planes arancelarios de Donald Trump, que aseguró que no deben representar un riesgo para España, que cuenta con el suministro "más diversificado de Europa" de gas natural. El estadounidense representa el 45% del que llegó a Europa el año pasado y el 30% del que recibe España, que en cambio importa más GNL ruso (un 35%).