La caída de precios de un 64% del gas y, en consecuencia, de un 48% de media de la electricidad después de un 2022 de fuertes subidas han provocado una caída de beneficios de un 70% en Endesa hasta los 742 millones de euros.
El pago de 530 millones de euros a una empresa de gas catarí por el laudo y de 208 millones por el gravamen a los beneficios liberalizados también ha afectado a unas cuentas que, con todo, se han mantenido en positivo y han permitido una reducción de la deuda del 4,3%, de los 10.869 a los 10.405.
Las caídas de precios del mercado energético han propiciado una bajada del 22,6% en la facturación tota hasta los 25.549 millones, por los 32.896 millones. Endesa, en cambio, ha triplicado su cash-flow operativo hasta los 4.697 millones.
Endesa ha invertido un 2% menos en 2023 que el año anterior, 2.304 millones, pero sigue en la línea de descarbonización con una capacidad instalada renovable 5 puntos mayor, del 42 al 47% del total de electricidad instalada, que es de 21.247 MW y 9.899 renovables, 600 MW más que el año pasado.
Endesa ha aumentado en un 38,5% los puntos de recarga públicos y privados hasta los 19.252 y ha seguido ganando clientes en el mercado libre en España y Portugal hasta los 6,9 millones, por lo que tiene buenas perspectivas para el año en curso.
Con el 95% de su producción propia ya vendida en 2024 de antemano, un 85% de la de 2025 y un 50% de la de 2026, Endesa mantiene buenas perspectivas para 2024, en el que espera lograr un ebitda de entre 4.900 y 5.200 millones, un alza de a partir del 11% en relación con los 4.392 de este año, y ganar entre un 60 y un 70% más el beneficio ordinario neto hasta los 1.600-1.700 millones de euros.