La empresa fabricante de turbinas de eólica marina GE Vernova ha cerrado un preacuerdo este viernes con sus trabajadores para reducir el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de 165 a 118 personas, el 36% del total de 320 trabajadores que tiene la empresa repartidos entre Madrid y Barcelona.
Los recortes se enmarcan en una reestructuración europea que amenaza a 740 trabajadores en Europa, entre ellos los fabricantes de la planta de Francia y empleados del diseño como los de Barcelona, de alto valor añadido.
Los trabajadores han venido defendiendo que existen oportunidades de futuro en eólica marina en Europa que hacen rentable la plantilla actual, pero solo han conseguido una reducción de estos despidos que devuelven las tensiones a una oficina que ya vivió despidos en febrero del año pasado, cuando salieron 156 de los 950 trabajadores de eólica terrestre de Ge Renovables, como se llamaba entonces Ge Vernova, derivadas independientes de renovables de General Electrics.
El centro de trabajo de GE Vernova situado en el barrio de Poblenou de Barcelona proviene de la antigua Alstom Wind, que luego fue adquirida por General Electric.
Según CCOO, se crearán 14 puestos de trabajo en la planta de Barcelona que podrían ser para algunos trabajadores actuales si encajan los perfiles, de forma que se reduciría aún más el ERE. Las indemnizaciones serán de 45 días por año trabajado con un tope de 24 mensualidades, con un mínimo de 20.000 euros a partir de dos años, y los trabajadores con menos de 2 años de antigüedad recibirán un mínimo de 8.000 euros. Las personas de a partir de 57 años recibirán rentas de hasta el 70% del salario y del 80% entre 60 y 62.
En los últimos tiempos, Ge Vernova ha cerrado importantes contratos en eólica terrestre y marina alrededor de Europa, incluso el que debe ser el mayor parque eólico marino del mundo, Dogger Bank, en Reino Unido, que ya envía electricidad a la isla aunque aún está en construcción y debe alcanzar los 3,6 GW a 130 kilómetros de la costa de Yorkshire y en el Mar del Norte. Entre una cosa y otra, Ge Vernova habrá perdido 300 trabajadores, una cuarta parte de su plantilla total en España, en tan solo un año y medio.
Los elevados costes de producción y las divergencias con los contratos de concesión de las administraciones, tanto por su lentitud como por las cuantías que pagan los estados en la Unión Europea, han sacudido en los últimos tiempos las cuentas de varios fabricantes de energía eólica, paradójicamente cuando más crece su producción y cuando más necesaria es para la descarbonización de la economía. Al mismo tiempo, la competencia de las turbinas chinas, más baratas y con más fácil acceso a las materias primas, resulta complicada para empresas como GE o Siemens Gamesa, por lo que hace tiempo que los productores piden que se dé más relevancia a la cadena de valor en la concesión de contratos.
En España, la eólica marina está pendiente de la apertura de subhasta, pero ya tiene las normas pautadas y el terreno marcado en el mapa donde se podrá producir. Varias empresas se han inscrito ya como precandidatas a esta carrera, pero entre ellas no está GE Vernova porque no produce eólica marina flotante, que es la modalidad necesaria en España por la profundidad del mar, en vez de la clavada en tierra que suele construir la empresa norteamericana.