El premiado estudio de arquitectura Casper Mueller Kneer, con sede en Berlín y Londres, se encargará del diseño del nuevo Museo Carmen Thyssen Barcelona junto al equipo barcelonés OUA Group que lidera Jordi Artigas.
Estos dos estudios serán los encargados de la reforma integral del palacete de los antiguos Cines Comedia, en uno de los chaflanes del Paseo de Gracia con la Gran Via, para transformarlo para usos museísticos, si bien también tendrá un restaurante, según informan fuentes conocedoras del proyecto.
Casper Mueller Kneer es un estudio de arquitectura que ha desarrollado proyectos culturales de impacto –como la White Cube Gallery de Londres– y también es conocido por sus trabajos para las grandes compañías de la moda. Así, son los arquitectos de cabecera de sedes y tiendas de referencia de Céline, Saint Laurent, Givenchy, Antonioli, Bally o Dries van Notten. Pero también han diseñado grandes almacenes como Hyundai de Seul o el club Ministry of Sound, templo de la música electrónica de Londres.
En el campo cultural, destacan los proyectos que han realizado en Londres –White Cube Gallery, Barbican, Institute of Contemporary Arts (ICA), University of the Ars (UAL)...– pero también en otras ciudades como Liverpool (Foundation for Art and Creative Technology) o Colonia (Museo Ludwig). Al frente de este estudio están sus fundadores, los arquitectos alemanes Marianne Mueller y Olaf Kneer.
Pero en la reforma de los antiguos Cines Comedia también participará un estudio de arquitectura e ingeniería barcelonés, OUA Group, del que Jordi Artigas es CEO y fundador. Se trata de un equipo multidisciplinar de más de 100 profesionales que han ejecutado proyectos en varios países. En los dos últimos años han llevado a cabo en Barcelona las reconversiones de la antigua redacción de El Periódico, en el Eixample, o de las viejas galerías comerciales Wagner del Turó Park, que llevan 30 años cerradas. También están metidos en la redacción del proyecto para transformar las instalaciones de la fábrica de Cemento de Vallcarca, en el municipio de Sitges, en un hub audiovisual. El magnate mexicano Carlos Slim es uno de los financiadores.
El promotor del nuevo museo es el gestor de Inversiones Stoneweg. Su CEO, Jaume Sabater, cerró un acuerdo con la baronesa Carmen Thyssen para la cesión, en régimen de alquiler, de una de sus colecciones de arte privadas. Cuando presentaron en público el proyecto el pasado diciembre en el Saló de Cent del Ayuntamiento, anunciaron que constituirán una fundación, llamada Art i Llegat, presidida por la baronesa, que se encargará de gestionar la parte cultural de estas instalaciones.

El museo contará con salas de exposiciones con obras de grandes maestros de la pintura catalana de los tres últimos siglos, pero también contendrá un “espacio gastronómico creativo”, del que se hará cargo la división de hostelería de Stoneweg. La semana pasada, Stoneweg firmó otro contrato con la baronesa para llevar la cocina del Pink Elephant, el hotel boutique de S'Agaró que abrió hace dos años.
Hay museos con el nombre Carmen Thyssen en Madrid, Málaga, Andorra la Vella y, a partir de 2027, también los habrá en Sant Feliu de Guíxols y Barcelona. La baronesa avanzó que realizarán intercambios de obras entre estos centros para hacerlos más atractivos. Se prevé que el museo de Barcelona abra las puertas al público como muy pronto en 2027 después de una reforma integral diseñada por estos dos estudios de arquitectura.
Los Cines Comedia estaban en el Palau Marcet, llamado así porque su primer propietario fue Frederic Marcet Vidal, un directivo del antiguo ferrocarril de Barcelona a Figueres, que lo estrenó como residencia en 1890. Con el paso del tiempo pasó a ser propiedad de las familias Pla i Planàs. El empresario José María Padró junto a un grupo de socios lo convirtió en Teatro Comedia, nombre que adoptó en 1941, después de la Guerra Civil. En 1960 se convirtió en cine. La cadena Yelmo se encargó de su gestión desde 2017, ya como multicine, a raíz del concurso de acreedores, pero bajaron definitivamente la persiana en enero del pasado año.
Stoneweg compró el palacete a las familias Pla i Planàs hace unos meses. En diciembre pasado, Jaume Sabater indicó que este proyecto ha supuesto un “desafío” y que llevaban años con la intención de “materializar” un gran museo. Y recalcó que "siempre hemos tenido muy clara la apuesta por Barcelona".