Una vez más, como ya sucedió en 2020 por el covid-19, la multinacional catalana de masa congelada Europastry ha frenado su salida a Bolsa repentinamente, tras anunciarlo a bombo platillo en un momento dulce de rentabilidad. Esta vez, en un comunicado del viernes por la noche. lo achaca a la "mayor volatilidad del mercado" y menciona en su comunicado "el contexto electoral europeo". Los ojos de la inestabilidad europea miran hacia la cuna del cruasán, donde la extrema derecha puede dar en los próximos comicios parlamentarios, avanzados a este domingo tras el éxito del Frente Nacional de Marine Le Pen en las elecciones al Parlamento Europeo.
La compañía se encontraba en pleno proceso de valoración, que la situaría en torno a los 1.800 millones de euros, de acuerdo con la marcha de sus beneficios y los multiplicadores que utilizan otras firmas competidoras comparables. Aunque sigue considerando "estratégica" su salida a cotización, no aclara cuándo volverá a la carga.
El pasado año, la compañía obtuvo un beneficio de explotación (ebitda) de 205 millones de euros que, según previsiones del mercado, podría elevarse hasta los 240 millones al cierre de este ejercicio. Teniendo en cuenta que las firmas similares a Europastry cotizan de media en torno a las 9 veces su ebitda, el valor de la compañía superaría esos 1.800 millones de euros antes apuntados, aunque lógicamente las sorpresas tanto al alza como a la baja vendrán determinadas por la marcha de las ganancias empresariales y las expectativas que el mercado prevea sobre el crecimiento del valor. También habría que ofrecer, como es habitual en las salidas a bolsa, en caso de que acaben de dar el paso definitivo, un descuento para hacer más atractiva la oferta y la penalización por la falta de recorrido histórico de sus acciones en los mercados financieros.
El multiplicador de su beneficio de explotación depende mucho del momento del mercado y de las previsiones del propio sector en el que opera Europastry. El crecimiento anualizado de los mercados en los que vende se situaría en el 6,5% hasta 2026, como recoge la propia compañía en el documento que confirma su intención de salir a bolsa.
Un dato que juega a favor de la compañía, controlada por la familia Gallés (80%) y participada también por el fondo de capital riesgo español MCH (20%), es su elevada rentabilidad en relación con su facturación. En 2023 la compañía de panadería y masa congelada vendió por valor de 1.347 millones de euros con un ebitda de 205 millones, lo que implica un margen de rentabilidad del 15,2% o, dicho de otra manera, que de cada 100 euros que factura, 15,2 euros se convierten en ganancias de explotación.
Esta rentabilidad se sitúa por encima de otros competidores como la suiza Aryzta cuyo margen de rentabilidad entre facturación y ebidta se colocó en el 13,9%, claramente por debajo de la firma catalana. Arytza fue hace unos años una de las apuestas más firmes del gurú español Francisco García Paramés, creador de la gestora Cobas, donde llegó a alcanzar el 14% de su capital a través de sus fondos de inversión.
Europastry espera que su margen de ebitda ajustado crezca ligeramente respecto a los niveles de 2023, gracias "a la mezcla de productos, el apalancamiento operativo, la diversificación de los canales de distribución, la progresiva supresión de los costes de las inversiones en crecimiento, la cristalización de sinergias de las adquisiciones recientes y la mejora de la rentabilidad del segmento internacional de la compañía, excluyendo Europa".
De su facturación total del pasado año, Europa alcanzó los 1.046 millones de euros, de los que el 55% corresponden a España. Las ventas en el resto del mundo se quedaron los 300 millones de euros, aunque Europastry tienen intención de potenciar la presencia de la compañía en Estados Unidos. Fundada en 1987, Europastry es una empresa familiar con sede en Barcelona y que opera de forma global en 80 países con 27 centros de producción. En el primer trimestre del presente año, la compañía logró unas ventas netas de más de 325 millones de euros y un resultado bruto de explotación ajustado de más de 47 millones de euros.
Una salida y dos operaciones
Esta es el segundo intento de Europastry de salir a cotizar en bolsa, tras la experiencia de 2019 que se vio frustrada por la llegada de la pandemia del Covid-19 con el desplome de los mercados financieros. La operación busca reducir deuda (actualmente de 700 millones de euros), contar con liquidez para nuevas adquisiciones y también permitir la salida del capital riesgo MCH que a buen seguro deshará su participación del 20% del capital. Se espera que las acciones en circulación de la compañía (free-float) alcancen el 25% de su capitalización.
A falta de concretar los últimos flecos de la operación, la salida a bolsa se realizaría mediante una oferta pública de venta (OPV) de acciones existentes con una oferta pública de suscripción de nuevos títulos (OPS). El tamaño del tramo de ampliación de capital será de 225 millones de euros, y la venta de los actuales accionistas rondará los 375 o 475 millones de euros por lo que la colocación total rondará los 600 o 700 millones de euros.
Al igual que ocurriera con la multinacional de perfumería Puig, la operación va destinada en exclusiva para inversores profesionales. Después de su cotización, que estaba prevista en torno al próximo 11 de julio, podrán adquirir títulos en el mercado los inversores particulares. Está por ver ahora si se acaban de atrever a dar el paso y si lo hacen en condiciones similares a las actuales.