Ernst & Young (EY) ha echado el ancla a la escisión de su negocio. Pese a que esta operación se antoja clave para el futuro de la compañía, la que es una de las mayores firmas de servicios profesionales, mantendrá en pausa la división de su negocio a la espera de concretar algunos apartados relacionados con su negocio fiscal y su negocio legal, tal y como ha avanzado Financial Times. EY, que entra dentro de las denominadas Big Four, es, por el momento, la única que ha pensado en dividir su negocio, una operación que, de cara a los expertos, podría predefinir mejor las pretensiones y objetivos de la compañía. Al fin y al cabo, al dividir la empresa en dos partes, se consigue que cada una de ellas se centre más en un negocio.
El motivo principal que llevó a EY a planear lo que se conoce como el ‘Proyecto Everest’ es que la normativa vigente impide asesorar a las mismas empresas que auditan. Es por ello por lo que la compañía estadounidense planteó escindir la empresa para que el negocio de la auditoría y el negocio de la consultoría pertenecieran a dos firmas independientes. Pese a que puede resultar una operación beneficiosa de cara al futuro de EY, tan solo esta es la que ha plantado una división de su negocio. Ni KPMG, ni Deloitte, ni tampoco PWC han planeado una operación como la que parece que finalmente llevará a cabo EY, aunque por el momento no hay fecha concreta.
EY ve necesario “rehacer” el acuerdo
Aun esto, los planes de EY de escindir sus negocios de auditoría y de consultoría se han paralizado, ya que “es necesario rehacer” el acuerdo, tal y como ha explicado Julia Boland, jefa de EY en Estados Unidos y la que será la encargada de dirigir la compañía resultante de a la escisión. Cabe destacar que el negocio de la compañía de servicios financieros en el país americano representa el 40% de los ingresos globales de la firma, cifrados en 45.000 millones de dólares. Este apartado, según el diario Financial Times, tiene peso en las negociaciones sobre la división de EY.
Una de las problemáticas que surgen a la hora de trazar la división de la compañía reside en comprobar que parte del negocio fiscal podría formar parte de la división de auditoría, o que pasará con el servicio que prestan como despacho de abogados.
EY había planeado dejar a la mayoría de sus equipos fiscalistas en el nuevo grupo de asesoría y consultoría, dejando solo a una minoría de sus expertos en impuestos en la rama dedicada a la auditoría. Pese a esto, el problema viene desde Estados Unidos, ya que el equipo del país americano quiere contar con un mayor número de fiscalistas, tal y como avanza Financial Times.
EY mantiene la idea de dividir su negocio
Sea como fuere, e independientemente de los retrasos que pudiera haber en la escisión de EY, la compañía mantiene en pie la división de esta, siendo esta una de las operaciones más importantes en la historia de Ernst & Young. Es por ello por lo que, atendiendo a que aún hay varios cabos sin atar, la empresa ha decidido ralentizar los planes de escisión. “Como parte de nuestra deliberación y diligencia debida en relación con la transacción propuesta, estamos dialogando la forma final de la transacción. Esta es compleja y será la hoja de ruta a seguir para remodelar la profesión, por lo que es importante que lo hagamos bien.
El anterior lunes, el diario Financial Times adelantó que los directivos de la compañía se reunieron para abordar la operación y ver qué negocio sería responsable de varias cuestiones legales. Además de ello, la cúpula directiva de EY se reunió para saber cuántos países de los 150 en los que opera la empresa de servicios financieros deberían incluirse en la nueva consultora.
Pese a que EY mantiene a flote la idea de dividir su negocio, aún son varios los puntos en lo que se tienen que poner de acuerdo y, sobre todo, predefinir para la que es una de las transacciones más importantes de la empresa salga bien.