Después de un inicio de 2023 con una mejora de los resultados "de forma acelerada", la farmacéutica Grifols habla de un "punto de inflexión" con "una compañía renovada que se prepara para una nueva etapa de crecimiento". Este ha sido el mensaje que ha lanzado Thomas Glanzmann, nuevo presidente y consejero delegado del fabricante mundial de hemoderivados, durante la junta general de accionistas, que se ha celebrado este viernes en la sede de Sant Cugat del Vallès (Barcelona). La solvencia del grupo de la familia Grífols -posee un 30% de la cotizada- implica mantener un plan de desinversiones, con operaciones como la que ha anunciado esta misma semana, con la reducción de su participación en la china Shanghai RAAS, y reducir los actuales niveles de deuda, situados en unos 9.300 millones de euros, al cierre del primer trimestre de 2023. Con estas palabras, Glanzmann ha dado un repaso de las medidas que el grupo catalán ha llevado a cabo para reconducir el rumbo de la compañía, castigada por el mercado de capitales por su elevado endeudamiento después de la compra de la alemana Biotest, con una reestructuración del negocio de plasma, especialmente en los Estados Unidos.
Mientras los niveles de endeudamiento estén en los niveles actuales, Glanzmann ha reconocido que la política de retribución a los accionistas se mantendrá congelada y no se recuperará hasta que la ratio de endeudamiento no baje a 4 veces el ebitda, a finales del 2024. Mientras tanto, se bajarán los pagos por intereses -actualmente un 65% está a tipo fijo-, y se mejorará el flujo de caja. La intención del grupo es que la mejora del negocio permita rebajar la deuda en un 70% y que el 30% restante provenga de las desinversiones, en las áreas de diagnóstico, entre otros. En paralelo, la compañía está ultimando el plan de ajustes que le ha reportado un ahorro de costes de más de 450 millones de euros, según han adelantado hoy los directivos de la compañía, que han aclarado que no prevén nuevos ajustes de personal, después de los despidos de 2.300 personas, la mayor parte en los Estados Unidos, dónde cierran 25 de los 300 centros de recogida de plasma.
Las previsiones del negocio para este año son buenas, con unas perspectivas de incrementar las ventas de entre el 8% y el 10% anual, y seguir reduciendo los costes operativos, de manera que los márgenes se aumenten. Eso permitiría, para el conjunto del año, obtener un resultado operativo (ebitda) de 1.400 millones de euros que, sumando el ahorro por la reestructuración, llegaría a los 1.700 millones de euros, según han explicado a la junta.
China sigue siendo un mercado prioritario
La responsable de relaciones con inversores y sostenibilidad, Nuria Pascual, ha explicado que China sigue siendo "una localización estratégica" para la empresa, aunque "tenga que desinvertir" en el socio chino Shanghai RAAS, del 26,2% actual a "una participación significativa". Pascual ha explicado que quieren seguir siendo "decisivos" en la compañía y que, por lo tanto, la participación será la necesaria "para tener voz y voto en el consejo de administración". "Cuando hicimos la inversión en 2020 pensamos que valía la pena estar en China y lo seguimos pensando. Estamos buscando maneras de seguir estando presentes en China", ha añadido sin más concreción sobre "la operación corporativa que se está estudiando" y que no tiene por qué ser una venta de activos. "Esta transacción está enajenada con el compromiso de reducir el endeudamiento de la compañía", había recordado el presidente Glanzmann a los accionistas presentes en la junta.
Con respecto al negocio, Grifols se centra en la división de Biopharma, en la cual a partir del plasma desarrolla medicamentos para tratar pacientes de todo el mundo con enfermedades crónicas y raras. La otra pieza imprescindible, en la cual tiene "muchas esperanzas puestas", es Biotest especializada en hematología e inmunología clínica innovadora, con una atractiva cartera de productos derivados del plasma, y que lanzará nuevos productos en el mercado en los próximos años, "mejorando los resultados financieros y completando nuestra cartera de innovación", ha mencionado al presidente del grupo. "La innovación será uno de los principales focos en los próximos años", ha dicho.
La Junta General de Accionistas ha aprobado las cuentas anuales y el informe de gestión consolidado, así como la propuesta de aplicación del resultado correspondiente al ejercicio de 2022 y la política de remuneraciones de los consejeros, entre otros documentos. En la reunión también se ha procedido a la reelección de Raimon Grífols Roura, Tomàs Dagà Gelabert, Carina Szpilka Lázaro, Íñigo Sánchez-Asiaín Mardones y Enriqueta Felipe Fuente como miembros del consejo de administración, y se ha aprobado un plan de incentivos basado en la concesión de opciones sobre acciones para un total de 220 directivos, entre los cuales hay Víctor Grífols Déu y Raimon Grífols Roura. En este plan no participa el nuevo consejero delegado, Thomas Glanzmann, que tiene uno propio.