La salida de España de Ferrovial no ha dejado indiferente a nadie. Los miembros del Gobierno de España no han dejado de lanzar críticas a la decisión tomada por Rafael del Pino, presidente de la constructora. Pese a que la empresa nacional ha explicado que su salida responde únicamente a una intención de acrecentar la posición de Ferrovial en el mercado internacional y avanzar hacia el debut en la Bolsa de Estados Unidos, varias personalidades del Ejecutivo nacional, incluido Pedro Sánchez, han cargado contra la compañía, llegando a opinar que había una connotación política en la decisión de Del Pino.
Sea como fuere, este mismo sábado se ha pronunciado otro miembro del Gobierno de España sobre la marcha de la compañía todavía española. Alberto Garzón, ministro de Consumo, ha explicado que el anuncio de la marcha de Ferrovial responde a que siempre “está dispuesta a recibir dinero (por los contratos públicos), pero nunca está dispuesta a sufragar derechos sociales como la sanidad, la educación y las pensiones públicas”.
Ferrovial, “siempre dispuesta a recibir dinero público”, pero no a pagar
El ministro ha cargado con dureza contra Ferrovial, detallando que, para él, “representa, mejor que ninguna otra empresa, el modelo clientelar y caciquista que ha imperado durante demasiado tiempo en España”. Tras ello, el titular de Consumo ha añadido que Ferrovial “fue pensada para crecer con contrataciones de obra pública, del dinero de nuestros impuestos, pero cuando llega el momento de contribuir más, entonces deciden irse”. Varios economistas explican que la salida de la constructora se da en un momento en el que han reducido sus beneficios en 2022 y tendrán que asumir una carga fiscal mayor. Pese a ello, tal y como informó ON ECONOMIA, Ferrovial paga fuera del territorio nacional tres de cuatro impuestos. María Jesús Montero, ministra de Hacienda, lamentó su salida, pero recalcó que el 80% del beneficio del grupo procede de otros países, por lo que no tributa en España.
Alberto Garzón ha añadido que los “falsamente llamados liberales españoles siempre están dispuestos a recibir dinero público, pero nunca están dispuestos a contribuir y a sufragar la sanidad, la educación y las pensiones públicas”.
Ferrovial obvia “el esfuerzo inversor” de España
Las críticas del ministro de Consumo se unen a las hechas por Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español, Nadia Calviño, vicepresidenta primera del Ejecutivo nacional, o la de la mencionada ministra de Hacienda, María Jesús Montero. Calviño fue otra de las miembros del Gobierno que tuvo una posición crítica ante la salida de España de Ferrovial. Para la también ministra de Economía, se trata de una decisión “errónea” y que responde a la “falta de compromiso” de la empresa con el país.
Cabe destacar que Ferrovial se ha llevado más de 1.000 millones por adjudicaciones de contratos desde que Pedro Sánchez es presidente. De ahí que varios miembros de la Moncloa hayan cargado con dureza contra la constructora. María Jesús Montero explicó durante la jornada de ayer que mantuvo una conversación con Rafael del Pino, en la que le mostró su lamento ante la decisión tomada, pero le enfatizó el “esfuerzo inversor” que había hecho España en la multinacional a lo largo de los años. Para la titular de Hacienda, este es uno de los motivos que podría haber replanteado la decisión de Ferrovial de trasladar la sede social de España a los Países Bajos.
Garzón ha ido más allá y ha expresado este mismo sábado que la constructora representa “a las mismas familias económicas de siempre, las élites dominantes desde el franquismo, y por eso aún queda mucho por modernizar nuestro país, para tener empresas a la altura de los ciudadanos, que contribuyen al sostenimiento…”.
La CEOE apoya a Ferrovial
En el lado opuesto, y en defensa de la compañía liderada por Del Pino, salió ayer Garamendi declarando que la reacción del Gobierno de España ha sido “increíble, absurda y peligrosa”. Para el presidente de la patronal de empresa debería haber “más Del Pino” en el país, añadiendo que los empresarios “son la solución, no el problema”. De cara al máximo mandatario de la CEOE, la rección del Ejecutivo “supone un mensaje muy malo en España y a los inversores extranjeros”.
Garamendi pidió ayer respeto para la compañía, y “aún más respeto” para los empresarios de Ferrovial, defendiendo la postura adoptada por la constructora y la decisión de mudarse a los Países Bajos para intentar dar el salto al mercado de valores de Estados Unidos, el que para el presidente de la patronal es el “mercado del futuro”.