El circuito de festivales se está convirtiendo en un oligopolio de grandes fondos de inversión que se están comiendo el pastel de este producto que, en los últimos tiempos, ha certificado que es un negocio muy rentable. Así pues, los conciertos tradicionales, cada vez más, conviven con estos festivales donde, teniendo en cuenta que el consumo del ocio cada vez tiene que ser más inmediato y diverso, se ofrecen más de uno y dos cantantes con precios muy competitivos. Una tendencia que va en paralelo a la industria musical donde los famosos hits o las canciones publicadas en redes sin anunciar, están haciendo disminuir los discos propios o la producción de tener que tener 12 canciones trabajadas y estudiadas para lanzar de golpe. Y en este contexto de querer escuchar las canciones más actuales y de la mano de varios perfiles, el festival parece que es la fórmula perfecta.

¿Quién está detrás de los grandes festivales?

El último fondo de inversión al entrar en este circuito es el conglomerado español The Music Republic por parte del fondo inversor norteamericano Providence Equity Partners. La empresa valenciana fundada en el 2010 tiene una decena de festivales, entre ellos, el Arenal Sound, el Viña Rock y el FIB de Benicàssim, y consideró a principios de febrero que venderse les salía a cuenta. Este es el último ejemplo de una cifra flagrante: en ocho de los diez macroacontecimientos más multitudinarios hay capital extranjero, principalmente del fondo norteamericano Superstruct Entertainment. Superstruct Entertainment, la filial de Providence Equity Partners centrada en el sector del entretenimiento y la música ha comprado The Music Republic y que desde el 2018 ya poseía un porcentaje de acciones de Advanced Music, a la productora del festival Sónar.

No solo cuenta el éxito para seguir vivo

¿Así pues, como sobrevivir a este fenómeno global con una fuerte incidencia por todo el Estado, teniendo en cuenta que en España es olmo hay más actividad 'festivalera'? Parece difícil. Uno de los festivales que ha batido récords de asistencia en la última edición del 2022 es el Reguetón Beach Festival, de la empresa DQuality Group. En este contexto actual hay que preguntarse como una empresa de 3 jóvenes de Badalona sin capital extranjero, subvenciones ni más medios que su trabajo e ingenio han sido capaces de crecer de una manera tan espectacular convirtiéndose en uno de los líderes del sector de esta tipología de música. El festival RBF nació en el 2017 con una edición que contó con 8.000 asistentes y en el 2022 lo cerró con 250.000 con una gira incluida por las principales capitales, con más de un 20% de público extranjero vendidos de países como Francia, Italia, Alemania, Portugal o Inglaterra y con capacidad para exportar el producto por toda Europa.

Ejemplos polémicos

Este festival nació en Barcelona. Y, más allá de la tendencia global de estos fondos de inversión, el trato con la administración también acostumbra a ser otra derivada. Festivales consolidados, sobre todo a nivel mediático, como el Sónar o el Primavera Sound incluso juegan a la amenaza de marcharse de la capital catalana, pero otros tienen que batallar para convencer de que el producto importa e interesa a la ciudad. Demasiado a menudo, ni con el éxito de entradas, se llega a un entendimiento. El último ejemplo también lo encontramos en Barcelona con el Festival Jardines de Pedralbes. Esta es la carta de su despido de este 2023: "Queridos amigos del Festival Jardins Pedralbes, Como quizás estéis leyendo a los medios de comunicación, nos despedimos de los Jardines del Palacio Real de Pedralbes. Y lo hacemos después de no haber resultado vencedores en la licitación injusta que había abierto la Generalitat de Catalunya para seleccionar una empresa promotora por hacer un festival de verano en esta ubicación durante los próximos tres años. Que crearan la licitación ya fue la primera vez hacia nuestro festival. ¿Cómo podían estar licitando alguna cosa que hemos creado nosotros? Y además lo estaban haciendo saltándose un compromiso oficial, firmado y escrito".

Finalmente, la situación se ha resuelto a favor de otro fondo de inversión. La empresa Clippers Live será la encargada de explotar el festival Jardines de Pedralbes de Barcelona durante los próximos tres veranos, El procedimiento abierto, en tramitación urgente y régimen de concurrencia, incluía dos grandes capítulos, el planteamiento artístico y económico. Si bien Concerts Studio, la empresa que creó el festival y lo ha organizado hasta ahora, ha ganado el primero de ellos, su propuesta económica, 555.000 euros, ha quedado lejos de las realizadas por dos concurrentes más, Doctor Music i Clippers, que han ofrecido 1 millón. La musculatura económica de quien explota un festival, demasiado a menudo, coincide con quien se lo acaba llevando. Y, por eso, sobrevivir tan solo acreditando el éxito, acaba resultando insuficiente.