La empresa aragonesa de energías renovables Grup Forestalia proyecta una cuarta línea de Muy Alta Tensión (MATE) de 220 kv que exportaría energías renovables de Aragón a Barcelona. El Boletín Oficial del Estado (B.O.E) publicó el pasado 18 de diciembre que la solicitud de autorización administrativa previa y la declaración de impacto ambiental pasaban a información pública, tal y como publicó a su blog el consultor y exgerente de EolicCat Jaume Morron. El proyecto de Forestalia incluye también los 6 parques eólicos con una potencia total de 86 MW sumándolos todos y los 11 parques fotovoltaicos (cuya propuesta se ha publicado este miércoles también en el B.O.E) con un total de 279,94 MW de potencia que darían luz a Catalunya con punto de llegada en l'Espluga de Francolí.

Ante la gran carencia de energías renovables en Catalunya (que solo genera un 14% de su luz con renovables), Forestalia pretende exportar parte de su excedente (366 MW en este caso) mientras sigue fabricando parques de renovables en un contexto legal, el de Aragón, que facilita la rápida autorización y puesta en marcha. Esta línea iría desde la comarca del Baix Cinca, en la provincia oscense, hasta l'Espluga de Francolí, más de 80 kilómetros que pasarían por la provincia de Lleida antes de llegar a Tarragona.

Una de las alternativas, más cara, sería soterrada en el tramo catalán y costaría 277 millones de euros. Esta alternativa tendría un primer tramo soterrado de 14 kilómetros desde la subestación eléctrica de Cabañera, cerca de Fraga, hasta Saidí. Y de allí saldría una línea soterrada que atravesaría Alcarràs, Lleida, Albatàrrec Artesa de Lleida, Puigverd de Lleida, Juneda, les Borges Blanques, l'Albi, Vinaixa, Tarrés, Vimbodí y Poblet hasta l'Espluga de Francolí.

La otra alternativa es una línea aérea de 84,635 km que atravesaría los términos municipales de Velilla de Cinca, Fraga, Soses, Torres de Segre, Alcarrás, Lleida, Albatàrrec, Artesa de Lleida, Puigverd de Lleida, Juneda, les Borges Blanques, Puiggròs, Arbeca, els Omellons, l'Espluga Calba, Fulleda y Torregrosa, hasta l'Espluga de Francolí. Esta opción costaría 162 millones de euros.

En un primer momento, Forestalia descartó esta cuarta línea y se centró en las tres que ya tienen declaración de impacto ambiental positiva y que tienen que cruzar Catalunya entre Baix Cinca y Pierola (97 kms), Valmuel y Begues (272 kms), y Laluenga e Isona (180 kms). Este dos últimos, sin embargo, han recibido informes desfavorables del Gobierno que Madrid considera vinculando y pueden no salir adelante, según explicó la consellera de Territori Sílvia Paneque en entrevista con La Vanguardia.

Los alcaldes de los municipios por donde pasa y varias plataformas vecinales se han opuesto a esta línea de alta tensión por su impacto paisajístico y ambiental y el Gobierno español reconoce que le cuesta ver el sentido y que tiene más hacer los parques energéticos cerca de los lugares donde se tiene que consumir la energía.

Pero Catalunya trata de salir de un estancamiento en la evolución de renovables que hace que solo produzca un 14% de la luz con fuentes limpias (cuatro veces menos que el resto de España) y que dependa altamente de la energía nuclear. La lentitud y dificultades burocráticas para sacar adelante los proyectos, así como la oposición del territorio, ha dificultado la instalación de parques fotovoltaicos y eólicos en Catalunya, que por este motivo ha aumentado su dependencia energética: el año 2023 importó el 14% de la producción, el doble que el año anterior.

Durante el pasado 2024, el nuevo Gobierno de Salvador Illa anunció medidas para reducir los tiempos y agilizar los trámites burocráticos para hacer renovables, pero a finales de 2024 todavía no habían impactado las medidas: se han instalado 79 MW. A partir de 2025, cuando empiecen a desplegarse las medidas e incrementarse los proyectos, se tendría que ver un incremento de renovables dentro del territorio, de forma que mejoraría la soberanía energética, la descarbonización y la competitividad industrial.