El grupo Freixenet es una de las pocas compañías de Catalunya que ha hecho una apuesta por el transporte intermodal (tren más carretera) para exportar sus cavas y vinos, dentro de su política medioambiental, que es uno de sus ejes de crecimiento. La empresa de Sant Sadurní d'Anoia (Barcelona) hace poco menos de tres años que está desarrollando este proyecto que contribuye a la descarbonización del sector del cava y el vino. El tren se ha convertido en el medio de transporte de las mercancías que se exportan a Alemania, Polonia y Bélgica, y adelanta que este año se ha extendido hasta Suecia.

"Todavía nos quedan varios mercados donde hacer llegar nuestros productos en tren", explica a ON ECONOMIA, Cristina Durán, responsable del departamento de logística del grupo Freixenet. La intención de la compañía es ir incorporando nuevos destinos, como se ha hecho este año con los envíos en Suecia.

Hoy por hoy, "los resultados son exitosos". Con el uso del tren versus el transporte por carretera, a cada viaje a Bingen (Alemania), se reducen 1,6 toneladas de CO₂ por viaje, que supone un 61% de reducción de emisiones. En el caso de Torun (Polonia) se reducen 3,86 toneladas de CO₂ por viaje, con una reducción de emisiones del 75%, y en el caso de Willebroek (Bélgica), 1,72 toneladas de CO₂ por viaje y una reducción del 59,2%.

La capacidad de reducción de la huella de carbono va en función de la distancia que se puede cubrir en tren. Mientras que hasta hace tres años el transporte hacia Europa se hacía únicamente en camión, ahora hay tramos en que la carga se puede subir al tren. De hecho, un 20% de los camiones que se dirigen a Alemania, ahora son intermodales. Y en países como Polonia, el 100% de los camiones son intermodales.

"El transporte intermodal nos permite un volumen de carga de 44 toneladas en total, con la posibilidad de sumar en muchos tráficos dos cantos rodados más por expedición", expone Durán. "Esperamos conseguir que a escala europea se amplíe estas 44 toneladas a todas las cargas, y entonces en el intermodal serían al menos 46 y podríamos cargar hasta 4 cantos rodados más, ya que nuestro producto es de peso, y nos permitiría darle más ventaja competitiva al tren," añade.

El grupo Freixenet también cuida del control del impacto medioambiental en el capítulo de las importaciones. En este caso, los productos que la compañía transporta de Italia a España, por ejemplo, se hace en barcos de puerto a puerto (short sea shipping). "Es un ahorro de camiones en la ruta, más mejoras para los transportistas que hacen trayectos cortos, como también reducción de emisiones", determina.

Del piloto a la consolidación

En el 2021, la compañía inició el transporte intermodal con una prueba piloto impulsada junto con el Cluster Ferroviario In-Move by Railgrup, presidido por Cimalsa, el Cluster Vitivinícola Catalán, INNOVE, y el Comité de Servicios Multimodales.

La prueba piloto "nos dio una visión global de la intermodalidad. Funcionó perfectamente y pudimos analizar el control de calidad", asegura Durán. Se supervisaron la vibración de las botellas -el cava en botella llega en perfectas condiciones en su destino- o la temperatura de los productos en el contenedor y se experimentó el primer e-cmr -la información digital sobre el contrato con el operador logístico-, entre otros aspectos.

La compañía también tuvo que estudiar qué operadores y transportistas estaban trabajando en el transporte intermodal, donde estaban las estaciones de salida, etc. "El año 2022 nos sirvió para ponerlo en marcha, pero la intermodalidad fue una realidad total en el 2023", confirma la directora de logística.

La directora de logística del grupo Freixenet, Cristina Durán.
La directora de logística del grupo Freixenet, Cristina Durán.

Combustibles renovables

En su voluntad para reducir su huella medioambiental, Grupo Freixenet también ha colaborado con otras empresas como Repsol y Serveto. Inició un proyecto piloto de combustible renovable que ya se ha convertido en una realidad. Actualmente, se envía el 50% de las cargas completas al operador logístico central de Madrid utilizando el combustible renovable de Repsol procedente, por ejemplo, de aceites de cocina usados y otros residuos. Este combustible renovable se puede utilizar en camiones estándar y está suponiendo una reducción del 85% de emisiones de carbono con respecto a los combustibles de origen mineral que sustituye.

Con todos estos proyectos, más los que están por implementarse los próximos meses, Freixenet apuesta no solo por ser sostenible en su propia movilidad, sino también por apoyarse en organismos públicos, escuelas y grupos de empresas para avanzar más rápidamente y para ser en lo referente a su sector y para dar impulso a la movilidad en tren también fuera del sector. "Hemos dado a conocer todos los avances que hemos ido haciendo, a fin de que más emprendidas, del Penedès y de toda Catalunya se vayan animando a subir al tren, y/o a utilizar combustibles renovables", sentencia la directora de logística del grupo Freixenet.